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'News That Moves' desmiente los rumores peligrosos entre los refugiados

Una mujer aguarda en la frontera entre Grecia y Macedonia rogando permiso para entrar en la antigua república yugoslava, cerca de Gevgelija (Macedonia)

Patricia Ruiz

Llueva, granice o queme el sol al amanecer, Hussein duerme en la calle todos los días, a cielo abierto. En el edificio del antiguo aeropuerto de Elliniko, donde el Gobierno griego ha improvisado un campo de refugiados, no hay espacio para todos. Llegó a Lesbos, de ahí se fue a Atenas y siguió subiendo hasta Idomeni, en la frontera con Macedonia. “Cuando llegué, la frontera estaba cerrada. Alguien me dijo que volviera a Atenas, que aquí las organizaciones me informarían sobre la reubicación, pero he enviado emails a muchas, de verdad, a muchísimas, y aún no me ha contestado ninguna. Así que espero”, cuenta a Médicos Sin Fronteras.

Espera, como tantos otros, atrapado en Grecia. Nadie le ha explicado que tiene derecho a pedir asilo antes de que expire su “kharti”, el documento que le permite quedarse en el país durante seis meses. Tampoco nadie le informó sobre el programa de reubicación de la UE, al que puede acogerse para ser realojado en otro país de Europa.

“La desinformación les priva de sus derechos y puede llevar a estas personas a tomar decisiones muy peligrosas”, aseguran desde Internews, una ONG que se encarga de ayudar a medios de comunicación de países pobres y de garantizar noticias fiables a su población. Explican que durante los últimos meses los migrantes y refugiados han dependido enormemente de las noticias que les han proporcionado sus amigos, sus familiares, e incluso la que proviene de los traficantes de personas. Buena parte de esta información es falsa o contribuye a alimentar rumores.

“Alguien tenía que hacer algo”, dicen. Y lo hicieron ellos. A principios de enero Internews creó la iniciativa News That Moves (“Noticias que se mueven”), un proyecto con el que pretenden dar “información real en tiempo real”, a los refugiados y migrantes en su camino de huida hacia Europa.

Desde la previsión del tiempo que hará en el campo de refugiados de Idomeni –donde las lluvias aprietan fuerte desde hace semanas y la gente vive sobre el barro– hasta el oleaje peligroso que habrá en el Mediterráneo, pasando por las novedades sobre el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía. Todo clasificado en categorías por zonas geográficas, para quienes se encuentren en Grecia, Turquía, Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia o Austria, y recogido en una página web.

Pero la gran novedad de News That Moves es también el apartado más visitado: el de los rumores desmentidos. Todas las semanas publican en árabe, inglés, persa y griego la recopilación de las confusiones más frecuentes, dándoles respuesta y negando la información en la que no pueden confiar.

“El programa de reubicación es mentira, no existe, es algo que nos cuentan para tranquilizarnos y conseguir librarse de nosotros enviándonos a campos en Turquía”, dice un joven refugiado en las redes sociales, al que la ONG trata de dar respuesta: “No es exactamente así. El programa de reubicación sí que existe, pero el gran número de solicitudes y la falta de recursos hacen que se esté gestionando muy lentamente. Para acogerte a ese programa, para lo que debes ser de Siria, Irak, Eritrea, Burundi, República Centroafricana o Maldivas, debes pedir primero asilo en Grecia. El motivo por el que llevan a la gente a los campos abiertos de la península es porque allí hay servicios para los refugiados”, publican.

“Necesitamos escucharles para entenderles”

Internews explica que investiga, analiza y prioriza los más importantes de entre todos los rumores que recolectan para después elaborar respuestas claras. Estas las reparten tanto físicamente –en folletos en los campos de recepción– como a través de su web y de las redes sociales. Entre todas, aseguran haber oído de todo, como que “en Austria los médicos se niegan a atenderte si eres sirio”, o que en Alemania “te obligan a olvidar el Islam, te prohíben rezar y te meten en la cárcel si llevas un corán encima”, explican. 

A inicios de año, las llegadas de refugiados y migrantes a las islas griegas seguían creciendo, mientras la frontera con Macedonia permitía el paso a cuentagotas hacia la ruta de los Balcanes. Todo ello generó un clima de tensión e incertidumbre que no ha hecho sino aumentar desde entonces.

El cierre definitivo de la frontera macedonia se hizo efectivo y la entrada en vigor del acuerdo entre la UE-Turquía el día 20 del pasado mes reavivó las dudas. Muchos no saben qué opciones tienen, qué deben hacer ni de quién fiarse, y ante las dificultades de acceso a la información oficial, son las ONG las que, como pueden, la suplen.

En News That Moves, tratan de hacerlo detectando los rumores de manera transversal. “Intentamos responder en una comunicación bidireccional, necesitamos escucharles para entenderles. La crisis del Mediterráneo plantea nuevos retos porque los migrantes y refugiados están en movimiento constante, y con esta iniciativa queremos asegurar sus derechos y reducir la situación de estrés y ansiedad a la que se enfrentan tras el cierre de fronteras y el inicio del acuerdo”, dice Alison Campbell, directora jefa de Global Initiatives en Internews.

Suplir la falta de información oficial

“Podemos solicitar acogernos al programa de reubicación con Praksis (una ONG) en persona los lunes, martes y miércoles, pero el proceso es muy lento. Con EASO, sin embargo, es más rápido, aunque hay que pedir cita por Skype y no funciona”, recoge uno de los rumores publicados en la web de News That Moves. Pero no es cierto. No pueden solicitar asilo a través de ninguna ONG, ni pueden acogerse al programa de reubicación de la UE quienes no hayan solicitado previamente asilo en Grecia. Además, las entrevistas por Skype las gestiona el servicio de asilo griego, no EASO, quien se encarga únicamente del programa de reubicación, responden desde el proyecto.

De lo que sí debería encargarse la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), apuntan, es de informarles sobre el programa de reubicación y sus derechos. Su portavoz, Jean Pierre Schembri, asegura a eldiario.es que cumplen con ello y que los refugiados y migrantes “disponen de muchísima información, aunque nunca es suficiente”. “Hay mucha demanda dentro del programa de reubicación que nosotros gestionamos, por lo que deducimos que la mayoría sabe lo que es. La gente está informada”, añade.

Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que viajó a las islas griegas para documentar la situación, aseguran que en EASO “solo informan en profundidad cuando hay personas que manifiestan interés y solicitan información expresa del mismo”. Quienes no saben que esta posibilidad existe corren el riesgo de quedar fuera, y son las organizaciones humanitarias las que se encargan de informarles. 

El personal de Acnur se encuentra repartido entre las islas griegas y el norte de la península, principalmente en Idomeni, los dos puntos donde las dudas y la tensión son mayores, aseguran. “Hay muchísima desinformación. Parte de nuestro personal se encarga de proporcionar información personalmente, porque a veces con repartir folletos no basta y se necesita hablar con ellos para poder aclarar sus dudas”, explica Rosa Otero, portavoz de Acnur.

Idomeni: la cuna de los rumores

Otero explica que especialmente allí, en el norte de Grecia, los rumores son constantes. La gente aún mantiene la esperanza de que se abran las fronteras, por lo que se niegan a ir a otros campos que el Gobierno está habilitando a lo largo de toda la península para garantizar mejores condiciones y evitar el hacinamiento de Idomeni. 

Pese al barro, a dormir en el suelo, y a las condiciones inhumanas, muchos no quieren irse a los diferentes campos distribuidos por el país. “También tienen miedo a que los campos estén gestionados por el Ejército, aunque eso sólo ocurre en las islas, y lo sufren quienes llegaron después de la entrada en vigor del acuerdo entre la UE y Turquía. De nuevo, una confusión que llega porque se mezclan informaciones”, cuenta Otero.

Acnur señala que las informaciones falsas también afectaron negativamente a su equipo y, según apuntan, se sintieron las consecuencias. “Se llegó a decir que estábamos participando en las expulsiones a Turquía, cuando nunca ha sido así ni lo será. Este tipo de cosas hacen que los refugiados no sepan en quién confiar, y pueden perder la oportunidad de informarse debidamente o de ser atendidos por las ONG”, explican.

El 10 de abril un falso rumor hizo creer que las autoridades macedonias abrirían la frontera, lo que llevó a centenares de personas que permanecen en el campo de Idomeni –algunas desde hace meses– a protestar frente a la valla. La policía de Macedonia reprimió la revuelta lanzando botes de humo y pelotas de goma al otro lado de la valla, en zona griega, causando daños físicos y psicológicos incluso a niños. Al recordarlo, Alison Cambell concluye con contundencia: “La gente necesita información. Sin ella, no pueden hacer nada”.

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