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Unicef alerta de que los niños han quedado fuera de la estrategia mundial contra la pobreza

Sanjana Lodha vive en el distrito Guna en Madhya Pradesh, una de las regiones más pobres de la India. / Unicef.

Laura Olías

El lugar donde uno nace importa y Unicef ilustra en un informe cuánto. La organización de las Naciones Unidas especializada en los derechos de la infancia denuncia que “los niños más pobres del mundo siguen marginados de los progresos mundiales”, en su balance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que tocan a su fin en 2015. No todas las regiones llegan igual a la meta: la desnutrición crónica, por ejemplo, ha aumentado un 20% en los países con menores ingresos desde 1990. Y aunque el matrimonio infantil se ha reducido en las cifras globales, la brecha entre los enlaces de los hogares más ricos y los más pobres se ha incrementado.

Los ODM se diseñaron en el año 2000 con el objetivo de alcanzar ocho metas para luchar contra la pobreza hasta 2015. Aunque las cifras totales hablan de éxito en algunos de los retos –como la reducción de la extrema pobreza a la mitad–, Unicef destaca en un informe que aquellos a los que supuestamente más iba destinada esta estrategia mundial se han quedado atrás en los avances. “Los ODM ayudaron a que el mundo consiguiera extraordinarios avances en favor de los niños, pero también nos mostraron a cuántos estamos dejando marginados”, ha apuntado el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.

El informe 'Progreso para la Infancia: Más allá de los promedios' resalta algunos datos, escondidos detrás de la media. Las cifras totales nos hablan de un descenso del matrimonio infantil (que involucra a menores de 18 años): de 1 de cada 3 en 1990, a 1 de cada 4 en 2010. Sin embargo, el acceso a los datos desagregados retratan grandes diferencias, que no han logrado mejorías en los hogares más pobres. En 1990, el 19% de las niñas de los hogares más ricos se casaban teniendo menos de 18 y lo mismo ocurría para el 39% de las hijas de las familias más pobres. En 2015, la brecha entre ambos hogares se ha disparado: un 41% de las niñas de las familias con menos recursos se ve ligada al matrimonio mientras que en los hogares con mayores ingresos la cifra ha bajado hasta el 10%.

Los ODM fijaron la reducción de la pobreza extrema a la mitad (entendida por las Naciones Unidas como vivir con 1,25 dólares al día) como su primer objetivo. Aunque el estudio de Unicef reconoce el éxito de cumplir con el reto, centra su mirada en la mitad de los mil millones de personas que sufrían esta realidad en 2010: eran niños. La ONU recuerda que, debido al crecimiento de la población, los países más pobres han visto reducir sus tasas de pobreza extrema pero el número total de afectados es mayor que en 1990. Son las zonas donde menos ha mejorado este índice, con una reducción del 33%.

El descenso de la desnutrición crónica (los niños que presentan un retraso en el crecimiento para su edad), de un 41% entre 1990 y 2015, también oculta una realidad muy desigual. La que ven cada día los niños que viven en países de pocos recursos, donde ha aumentado un 20% este tipo de desnutrición según el informe.

El sobrepeso infantil en los niños con menos de 5 años, otra manifestación de la malnutrición de los menores que no pueden acceder a una dieta equilibrada y saludable, casi se ha cuadruplicado en los países empobrecidos desde 1990. En los de renta media-alta, su incidencia ha descendido un 20%.

Los avances en educación, con una reducción del 45% de niños sin escolarizar en Primaria entre 1999 y 2012, también han quedado marcados por uno de los motivos que obligan a un número sin precedentes de personas a abandonar sus hogares: la guerra. El informe destaca que la reducción del número de menores que no acude al colegio apenas ha obtenido avances desde 2007 y señala los conflictos armados como una de las causas que “elevan el porcentaje en los últimos años”.

2030: nueva meta del desarrollo mundial

La disponibilidad de datos en la actualidad, muchos inaccesibles en los países en desarrollo cuando se elavoraron los ODM, suponen una ventaja a la hora de diseñar la nueva estrategia mundial de desarrollo. Y una responsabilidad. Los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) tomarán el relevo de los ODM en septiembre, con el fin de acabar con la pobreza en el mundo en 2030. Unicef destaca que, si se ignoran las carencias que han dejado de lado a los niños más pobres del planeta, el desarrollo no será posible.

En el caso del matrimonio infantil, Unicef indica que –con la tendencia actual y el crecimiento de población esperado– si en 2015 el número de niñas que pasaron por el altar ascendió a 700 millones, en 2030 podrían ser “950 millones”.

En materia educativa, las mejorías esperadas por Unicef para los países en desarrollo son escasas en comparación con los niveles actuales (con 58 millones de niños sin escolarizar en Primaria). La desnutrición crónica podría seguir afectando a 119 millones de niños en 2030. Pero esto puede no ser así si se actúa a tiempo, indica el estudio.

“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible representan una oportunidad para aplicar las lecciones que hemos aprendido y llegar a los niños más necesitados. Esperemos no tener que avergonzarnos por no haberlo hecho”, afirmó Anthony Lake.

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