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El “refuerzo” de las fronteras: lo que cambiará tras la tragedia de Ceuta

Varios inmigrantes permanecen encaramados en la valla interna de Melilla. /Jesús Blasco de Avellaneda

Gabriela Sánchez

Indignado con todo aquel que dude del carácter “benemérito” de la Guardia Civil, el ministro de Interior ha visitado Ceuta y Melilla con un claro mensaje: su Gobierno intentará “blindar” la frontera sur para evitar que “inmigrantes ilegales en Marruecos” logren ser “inmigrantes ilegales en España”. Con muchas palabras de agradecimiento y alabanzas hacia los agentes españoles y marroquíes, las menciones hacia las 15 personas que murieron ahogadas hace un mes en aguas fronterizas han sido escasas y no ha habido ninguna referencia a los familiares que dejaron atrás.

“La Guardia Civil no hizo nada mal. Nada mal..., hasta que se demuestre lo contrario y, de momento, no se ha demostrado”, respondió con contundencia el ministro. Los vídeos oficiales verificaron la falta de auxilio por parte de agentes españoles a los inmigrantes en aguas marroquíes, donde sí entró su patrullera. Tampoco recibieron asistencia a su llegada a la orilla ceutí, antes de ser devueltos en caliente al otro lado. Prueban el lanzamiento de botes de humo sobre las personas mientras nadaban, en una intervención “coordinada” entre Marruecos y España. Fernández Díaz tampoco ahondó en ninguna de estas circunstancias.

Sí habló de los nuevos blindajes de la valla de Ceuta y Melilla, del alargamiento del espigón, de una malla 'antitrepa' ya existente; defendió el carácter “disuasorio” del alambre de cuchillas y criticó los llamados “flejes de acero” de la alambrada melillense porque, según dice, “facilitan la intrusión” de inmigrantes.

Tras la tragedia de Ceuta, esto es lo único que cambiará en el “control” de las fronteras de Ceuta y Melilla:

Más mallas 'antitrepa'

La malla 'antitrepa' esta formada por una alambrada cuyos metales entrelazados dejan unos agujeros más estrechos de lo habitual que dificultan la introducción de los dedos a la hora de intentar escalar por ella. “Es una malla antiescalada, es decir, el hueco o claro de la cuadrícula tiene unas dimensiones tan reducidas que dificulta el gatear por la valla y saltarla”, explican a eldiario.es fuentes de Mora Salazar, la empresa fabricante de este material.

Estas placas ya están instaladas en parte de la valla de Melilla. “El hueco existente [de la última malla encargada por Interior] es de 16 milímetros, sería similar a la ya colocada anteriormente”, confirma un portavoz de la empresa. Las obras de implementación comenzaron a finales de octubre de 2013, al mismo tiempo que se colocó el polémico alambre de cuchillas que acaparó la mayor parte de la atención mediática debido a las graves heridas que provoca a los inmigrantes.

En el caso de estas placas de metal, los fabricantes aseguran que “son elementos de seguridad totalmente pasivos, sin ningún riesgo de daño para las personas”.

Durante su reciente visita a las ciudades autónomas españolas, Fernández Díaz ha anunciado la instalación de este material en el perímetro fronterizo de Ceuta donde aún no estaba colocado. En el caso de Melilla, se añadirá este material en “25 kilómetros” de la alambrada –incluyendo tanto la zona interior como la exterior, lo que explica esa longitud, ya que la totalidad de la valla mide 12 kilómetros–.

Se mantienen las cuchillas

El polémico alambre de cuchillas o concertina barbada forma parte de las vallas de Ceuta y Melilla desde 2005. Se trata de un material muy cortante que provoca profundas heridas en las personas que intentan saltar las alambradas.

Por este motivo, en 2007 el Gobierno socialista decidió retirar parte de las cuchillas del perímetro melillense: únicamente las colocadas en su zona superior; las instaladas en la zona intermedia de la valla interna se mantuvieron. Pero nunca se eliminó la concertina de la frontera: ni las superiores ni las inferiores. En 2009 una persona murió desangrada en su intento de entrada a Ceuta tras quedarse enganchada en el alambre de cuchillas.

Interior reinstaló las concertinas en la zona superior de la valla de Melilla en octubre de 2013 en medio de un gran rechazo de la opinión pública, ONG, organizaciones religiosas, partidos políticos e incluso la Unión Europea. Durante sus recientes visitas a Ceuta y Melilla, Fernández Díaz defendió de nuevo la “legalidad” y el carácter “disuasorio” de este elemento cortante, criticado también por la Comisión Europea. “Si la comisaria europea cree que hay alternativas a las concertinas, que las diga y las estudiamos”.

Retirada de los flejes superiores

Desde 2005, la valla de Melilla está coronada por unos flejes de acero de mayor inclinación, que impiden el apoyo de escaleras y, supuestamente, hacen que la parte de arriba de la valla sea inestable, dificultando su traspaso. Sin embargo, según afirmó este jueves el ministro de Interior, estos materiales no cumplirían ese objetivo sino el contrario. “En lugar de dificultar la 'intrusión' a los inmigrantes, se la facilitaba”. Este elemento no forma parte de la alambrada ceutí.

Más torres de vigilancia

El ministro de Interior ha anunciado la construcción de tres nuevas torretas con cámaras térmicas en la ciudad autónoma melillense para lo que dedicará, según ha especificado, un presupuesto de un millón y medio de euros en el que se incluye la retirada de los flejes que coronan la valla más cercana a Marruecos.

Sirga tridimensional

Se trata del obstáculo intermedio de la triple valla de seis metros de altura. Está formado por un entramado de cables de acero anclados con estacas de diferentes alturas –que van desde uno hasta tres metros– que impide el paso tensándose al apoyar peso en él, imposibilitando el uso de escaleras y la colocación de mantas para acceder a la segunda y última alambrada. Esta parte de la alambrada se mantiene tal y como está.

En Ceuta no está instalado ni se pretende colocar: el perímetro fronterizo ceutí está formado por dos vallas.

Sistema de agua a presión con pimienta

Existe únicamente en la valla de Melilla pero, a pesar de permanecer instalado, nunca se ha usado debido a las posibilidades de causar graves lesiones al rociar gas pimienta contra gente que viene agotada y en muchos casos con enfermedades respiratorias.

A pesar de que no se utilizan, Interior no ha mencionado su retirada. En Ceuta no existe ningún sistema similar.

Devoluciones inmediatas

Antes de la tragedia de Ceuta, las devoluciones inmediatas de inmigrantes tras pisar suelo español eran ilegales: lo dice la Ley de Extranjería, el tratado bilateral con Marruecos y una serie de tratados internacionales sobre el derecho de asilo. Tras lo ocurrido en el espigón ceutí, la difusión de diferentes vídeos demostró que, como llevaban años denunciando diferentes ONG, la Guardia Civil efectuaba estas prácticas de forma “habitual”.

Ahora Interior defiende la legalidad de las devoluciones inmediatas de inmigrantes a Marruecos. La novedad reside en qué es entrar en España: incluso cuando estas personas están pisando suelo español, si la Guardia Civil les frena, no habrían llegado a territorio nacional según su interpretación de la ley. Una teoría insostenible según expertos en derecho internacional, ya que recoge la flexibilidad fronteriza.

Bajo este argumento, Fernández Díaz ha abierto varias vías para legalizar las devoluciones inmediatas. Por un lado, el 26 de marzo creará una comisión mixta hispano-marroquí para “facilitar la interpretación” del tratado bilateral, que hasta ahora no permite la entrega de inmigrantes sin haber sido identificados. Por otro, un grupo de trabajo del Ministerio está estudiando una posible modificación de la Ley de Extranjería con este mismo fin.

Ampliación de espigones fronterizos

Los espigones del Tarajal y de Benzú conforman la extensión del perímetro fronterizo ceutí sobre el mar. Interior ha anunciado que de “forma inminente” comenzarán las obras de prolongación, previsiblemente de entre 30 y 45 metros, algo que, según publicó El Mundo, tendrá un coste de cerca de 250.000 euros.

Esta es la zona más sensible del perímetro fronterizo ceutí, puesto que el final del espigón está separado por pocos metros de la orilla y, con marea baja, podría ser posible rodearlo andando. Sin embargo, el pasado 6 de febrero al menos 15 personas murieron ahogadas en su intento de atravesar el espigón del Tarajal a nado, en medio de una polémica intervención de la Guardia Civil caracterizada por los disparos de pelotas de goma y lanzamiento de botes de humo muy cerca de los inmigrantes.

Más antidisturbios y helicópteros

El ministro de Interior ha anunciado la incorporación de un nuevo helicóptero con base en Ceuta. Hasta ahora, las dos ciudades autónomas compartían un mismo helicóptero que se desplazaba de una localidad a otra en función de las necesidades, aunque su base se situaba en Melilla. Ahora cada una tendrá el suyo propio.

La Delegación del Gobierno de Ceuta confirma a eldiario.es la llegada de la dotación extra de 60 agentes antidisturbios a la ciudad autónoma. Y se ha trasladado a Melilla un Modulo de Intervención Rápida de la Guardia Civil (MIR) compuesto por 20 agentes.

Ninguno de ellos podrá utilizar pelotas de goma para disuadir los próximos intentos de entrada, como sí hicieron el pasado 6 de febrero, cuando murieron 15 personas mientras intentaban acceder a Ceuta a nado. Después de la tragedia, la Dirección General de la Guardia Civil emitió una orden no escrita que prohíbe, hasta el momento, el uso de este material.

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