El experto en pobreza y profesor de la London School of Economics, David Piachaud, afirmaba hace unos años que los compromisos en la lucha contra la pobreza infantil no había que buscarlos en las declaraciones de intenciones ni en los diseños de planes nacionales, sino que: “el verdadero compromiso con la infancia se demuestra en los presupuestos”. Es ese el lugar en el que hay que buscar el reflejo de las medidas anunciadas, su monto y su posible impacto.
Ahora que estamos ante unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2016 es un buen momento para ver en qué medida los presupuestos están respondiendo a la voluntad de los grupos parlamentarios, manifestada más de una vez de forma unánime en estos últimos años, de luchar contra la pobreza infantil y por una mayor equidad entre los niños y niñas.
De cara a los PGE 2016, un análisis inicial en el que hemos comparado directamente partidas presupuestarias relevantes para la infancia y las familias, vemos cómo pese al incremento de determinadas partidas, o la creación de partidas nuevas respecto al PGE 2015, se está bastante o muy lejos de las cifras de 2011, aunque el incremento del presupuesto total es considerable en este periodo. ¿Pero en qué medida estos incrementos recientes ayudan a luchar contra la pobreza infantil y por la equidad? Sólo unos pocos ejemplos bastan para hacerse una idea.
En negativo:
Muchas de las partidas con mayores recortes proporcionales han tenido mucho que ver con la capacidad de inclusión de la educación y otros servicios para los menores de 18 años, como la eliminación en 2012 de la partida para promover la educación 0-3, o la reducción en un 93% de la partida de educación compensatoria.
La lucha contra la pobreza y por la inclusión no es un tema sólo que concierna sólo a los niños y niñas en España. La comparativa en el caso concreto de Cooperación al Desarrollo habla por sí misma: una fuerte reducción que se mantiene este año (-73,3% desde 2011).
En positivo:
El aumento, de nuevo, de la partida de lucha contra la pobreza infantil destinada a las Comunidades Autónomas hasta los 48 millones es una buena noticia. Sigue siendo una partida escasa para tener un impacto general en la pobreza de los niños y niñas pero se ha triplicado en sus 3 años de existencia y se ha asentado en el presupuesto.
La gran medida de apoyo a las familias introducida en 2015 se consolida, 1.142 millones de beneficio fiscal en el IRPF para familias numerosas, con hijos o ascendientes con discapacidad y hogares monoparentales con dos o más hijos. Sin embargo será una medida con poco impacto en los hogares con menores ingresos o ya que están fuera del sistema contributivo.
El análisis de los presupuestos en clave en infancia y su enfoque de equidad es una asignatura pendiente en este país en la que apenas hemos comenzado a avanzar. Pero no es imposible hacerlo: en otros países como Perú, Ecuador, Bangladesh o Rumanía los avances han sido muy importantes. El etiquetado e identificación de las partidas en clave de infancia, su evolución y sostenibilidad, la información y la transparencia sobre el gasto y su ejecución, y la participación ciudadana en su diseño, son elementos clave para comprobar de qué manera se responde a esos compromisos con la infancia (en especial con la más vulnerable) en la herramientas más potente en el diseño de la políticas públicas: los presupuestos.
Sobre este blog
¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
