Activistas marchan en México contra el “modelo agroindustrial de Monsanto”

Cientos de activistas marcharon hoy en la Ciudad de México en repudio al “modelo agroindustrial” representado por la compañía estadounidense Monsanto y para exigir que se aliente un esquema de “agricultura ecológica para producir comida sana para todos”.

Alrededor de 400 personas, convocadas por organizaciones civiles, se congregaron este mediodía al pie del monumento conocido como Ángel de la Independencia, desde donde marcharon hasta otro hito de la capital, el Hemiciclo a Juárez.

“Esta caminata la convoca el Carnaval del Maíz y nos sumamos otras seis organizaciones, entre ellas Vida Orgánica, Semillas de Vida y Mesa Ambiental, para apoyar desde México este movimiento mundial que está haciendo frente al modelo agroindustrial que representa Monsanto”, dijo a Efe Sandra Lazo, vocera de la campaña Comida Sana, Tierra Sana de la organización Greenpeace.

De acuerdo con Lazo, la multinacional encabeza un modelo que, “al controlar el mercado de semillas a nivel mundial y ser parte del mercado de agrotóxicos, está impulsando que se sigan produciendo alimentos con sustancias altamente tóxicas, con estas semillas que amenazan la diversidad genética de cultivos como el maíz, del cual somos centro de origen en México”.

“Es por ello que hoy, Día Mundial Contra Monsanto, nos sumamos en un tono de celebración, porque tras 20 años de lucha en los que esa y otras empresas han estado tratando de introducir este tipo de semillas al país, gracias a la lucha de campesinos, de comunidades, de organizaciones y de la gente, eso se ha podido detener”, abundó.

Sobre un estudio publicado el 16 de mayo por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, el cual no halló “evidencias convincente de efectos adversos para la salud directamente atribuibles al consumo de alimentos modificados genéticamente”, Lazo destacó que el mismo documento señala incertidumbres al respecto.

“El informe señala que todavía hace falta más investigación exhaustiva. Cuando está en riesgo la salud de las personas y del medio ambiente, la decisión debe ser muy clara, y por eso nosotros hacemos un llamado a que se atienda (el tema) con el principio precautorio”, expuso.

El estudio “Cultivos genéticamente modificados: Experiencias y Perspectivas” señala efectivamente que existen áreas en las que hay incertidumbre acerca de los impactos económicos, sociales y de salud de los cultivos alterados genéticamente, o transgénicos.

“La pregunta aquí es: ¿para qué queremos este tipo de semillas cuando significan un costo muy alto a nivel medioambiental, un riesgo a nivel salud, y cuando ya existen alternativas de producción donde deberían estarse enfocando las políticas públicas, donde debería estar volteando también la industria alimentaria?”, planteó Lazo.

Y concluyó: “Queremos que se aliente un modelo de agricultura ecológica para producir comida sana para todas y todos”.

Durante la marcha, muchos de los participantes lucían camisetas o portaban letreros con lemas como “Monsanto, fuera del maíz mexicano” y “Sin maíz no hay país”.

El 19 de mayo, la Alianza Protransgénicos (APT), formada por asociaciones agrícolas, científicos y empresas agroalimentarias, exigió a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) pronunciarse sobre los cultivos genéticamente modificados en vista del estudio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

En un comunicado, la APT argumentó que, de acuerdo con el estudio, “los cultivos biotecnológicos son tan seguros como sus contrapartes convencionales”.

La exigencia de la Alianza deriva de las declaraciones del titular de Sagarpa, José Calzada Rovirosa, quien aseguró el 16 de marzo pasado que “el uso de transgénicos está en manos de la ciencia y es bajo esa óptica como México tomará una decisión responsable”.

Rubén Chávez, presidente de la APT, instó a Calzada a “que tome esa decisión responsable ahora que ya cuenta con el más reciente estudio científico, además de otras 1.200 investigaciones que sobre el tema se han hecho en los últimos 20 años”.