El Aeropuerto de El Prat opera bajo mínimos y con solo un centenar de salidas

El aeropuerto barcelonés de El Prat funciona con una operativa mínima, con poco más de un centenar de salidas diarias y un número aún menor de llegadas, cuatro días después de que el Gobierno decretara el estado de alarma por el coronavirus y ordenara la reducción a la mitad de la oferta en el número de vuelos.

Después de esta medida, se han sucedido los anuncios de aerolíneas suspendiendo vuelos y países imponiendo restricciones a los viajes desde y hacia España.

En este sentido, fuentes del aeropuerto han apuntado que los acontecimientos en torno a la gestión de la crisis del coronavirus están provocando que las compañías reconfiguren permanentemente su operativa y reubiquen a los pasajeros, lo que hace difícil dar cifras concretas sobre los movimientos de aeronaves.

Sin embargo, la semana pasada, Aena, que comunicó que durante los siete primeros días de marzo el tráfico de pasajeros en El Prat había disminuido un 20 %, ya calculó que la caída se agudizaría “sustantivamente” a lo largo del mes.

Durante el día de hoy, el ambiente en las Terminales 1 y 2 del aeropuerto era desangelado, sin apenas colas ni acumulaciones de pasajeros esperando para facturar o pasar los controles.

Así lo reflejaban las pantallas del aeropuerto medio vacías por los pocos vuelos operados durante el día.

En uno de los escasos vuelos de hoy entre Londres y Barcelona, operado por Norwegian, han llegado una treintena de personas, la mayoría de ellos españoles que regresaban a casa después de que la Unión Europea (UE) decidiera ayer cerrar las fronteras exteriores comunitarias durante 30 días, con la salvedad de los ciudadanos que decidan volver a sus domicilios.

Una de las pasajeras era la estudiante Katia Mariñosa, que desde hace dos años cursa estudios en el Royal Alexandra & Albert School, en Reigate, al sur de Londres, y a la que ayer se comunicó que el colegio cerraba preventivamente su residencia ante la amenaza del coronavirus y que debía abandonar las instalaciones en el plazo de 24 horas.

A su llegada al aeropuerto de Barcelona, la alumna, que justo hoy cumple 16 años, ha explicado a Efe que su familia tuvo la fortuna de encontrar un vuelo para este mediodía, y además que no se haya cancelado a última hora, como les ha ocurrido a algunos viajeros.

“Tenía miedo de quedarme atrapada muchos días en Reino Unido sin poder volver a Barcelona por el cierre de fronteras, pero al final he tenido suerte y todo ha salido bien”, ha comentado con satisfacción la estudiante catalana.