Austria no espera de momento una solicitud de ayuda por parte de España

La ministra austríaca de Finanzas, Maria Fekter, dijo que “de momento” no espera una solicitud de ayuda para la compra de deuda soberana por parte de España, aunque sí que proporcione el monto exacto de las necesidades de la banca.

“No lo espero en este momento”, señaló Fekter, que asiste a la reunión informal de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro que se celebra en la capital chipriota.

Fekter sí espera que su homólogo español, Luis De Guindos, informe sobre la marcha del plan de recapitalización de la banca y revele el importe exacto de ayudas que requerirán las entidades en el marco del programa de ayuda europea de hasta 100.000 millones de euros que España recibe para recapitalizar los bancos en apuros.

De Guindos, a su llegada a la reunión, adelantó que el resultado del análisis individualizado de las necesidades financieras y de las carteras crediticias de los bancos españoles “van a estar en línea con las perspectivas”, lo que “es un buen indicador”.

La ministra austríaca consideró además que el conjunto de medidas adoptadas hasta ahora han generado una “relajación importante” en los mercados.

Hasta el momento se han adoptado, además de diversas decisiones institucionales, otras decisiones como el plan de compra ilimitada de bonos en el mercado secundario, por parte del Banco Central Europeo (BCE), y se ha obtenido luz verde del Tribunal Constitucional alemán al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), de carácter permanente.

“Europa está estabilizada”, consideró Fekter, quien respaldó además la propuesta de la Comisión Europea para crear un supervisor bancario único para la zona euro en torno al BCE.

Austria saludó también una “regulación central para todos” los países de la zona euro y todos los bancos, aunque apuntó que habrá que estudiar cómo se llevará esta visión a la práctica con la infraestructura y los recursos humanos actuales y cuál será exactamente la labor del BCE frente a la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por su sigla en inglés) y los organismos reguladores nacionales.