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Mandatos más cortos, jóvenes, proximidad y precariedad: nuevos aires en CCOO

Unai Sordo será elegido secretario general de CCOO en el congreso.

Ana Requena Aguilar

Queda apenas un mes para que Comisiones Obreras celebre su próximo congreso. Aunque la principal incógnita ya está despejada –Ignacio Fernández Toxo no se presentará a la reelección y, salvo sorpresa, su sucesor será el vasco Unai Sordo– otras decisiones y conflictos menos mediáticos pueden marcar el futuro del sindicato.

El sindicato quiere centrarse en recuperar la afiliación perdida durante la crisis, pero también busca mejorar la proximidad con la sociedad y su transparencia. Mientras, la división interna de algunas de sus organizaciones territoriales podría condicionar el mandato del próximo secretario general.

751 delegados debatirán en Madrid el futuro de la organización. Sobre la mesa, decenas de propuestas que tendrán que pasar el filtro del congreso. Por ejemplo, que las comisiones ejecutivas y el personal designado tengan que depositar un certificado de retenciones al inicio y al final de sus mandatos, y que la limitación de tres mandatos (doce años) que ya afecta a los secretarios generales se extienda a todos los cargos. De momento, lo que ya es seguro es que el sindicato se ha comprometido a publicar las retribuciones de todos los sindicalistas que tiene en nómina. 

¿Cómo llegar a más gente en un mercado laboral cada vez más fragmentado? El sindicato quiere crear la figura del sindicalista de proximidad, que sirva de referencia en cada espacio donde esté presente el sindicato, y concentrarse en colectivos como el de autónomos, el empleo doméstico, y los técnicos y profesionales. 

Los ejes generales sobre los que el sindicato quiere que giren sus próximos años son la distribución de la riqueza, la recuperación de derechos perdidos en las reformas laborales, como la negociación colectiva, acabar con la devaluación salarial, o activar un plan de choque para el empleo

Lucha por el poder

La celebración del congreso confederal será el colofón a un año en el que todas sus organizaciones han renovado sus estructuras. Solo en cuatro de las organizaciones territoriales del sindicato continúan equipos similares a los del mandato anterior. Desde la organización subrayan que estos cambios han supuesto rebajar la media de edad de los dirigentes de CCOO en cuatro años.

La llegada de las nuevas generaciones es palpable, por ejemplo, en Andalucía, donde Nuria López, una abogada de 38 años, dirigirá la organización. El propio Unai Sordo tiene 45 años. No será, sin embargo, el secretario general de Comisiones más joven: Antonio Gutiérrez tenía 36 años cuando llegó al cargo en 1987.

No obstante, los congresos han dejado a algunas organizaciones territoriales de CCOO partidas en dos, como Extremadura, Aragón, Madrid y la Comunidad Valenciana, donde los resultados electorales han sido ajustados. En algunos casos, los procesos electorales o son fruto o han derivado en fuertes batallas internas que también pueden tener consecuencias para todo el sindicato.

Tanto en Madrid como en la Comunidad Valenciana la lista oficialista ganó por solo unos votos a la lista alternativa: en Madrid, el actual secretario general Jaime Cedrún, salió reelegido con un 53% de los votos, y en Valencia, Arturo León lo hizo por un 55%. Los estatutos de CCOO obligan a hacer ejecutivas que integren a todas las listas ganadoras proporcionalmente. Sin embargo, en ambos casos esta regla no se está cumpliendo.

En Madrid, todas las personas de la lista alternativa han sido incorporadas como vocales y ninguna tiene responsabilidad: la ejecutiva ha pasado de tener 18 miembros a 36. Desde la organización aseguran que el enfrentamiento ha sido muy duro y que se abrirán espacios de diálogo para que estas personas vayan asumiendo responsabilidades. En la Comunidad Valenciana, la lista alternativa rechazó una oferta en la que el candidato ganador solo les ofrecía el 20% de los puestos.

En ambos casos las buenas intenciones de integrar quedan para después de la celebración del congreso confederal. ¿Por qué? “Lo más posible es que quieran intentar condicionar el equipo de Unai”, dicen varias personas de la organización. Es decir, pacificar sus organizaciones territoriales a cambio de poder en el futuro de Comisiones Obreras. “Puedes pasarte el mandato plantándole cara al Gobierno y a la CEOE o puedes pasártelo apagando fuegos en el sindicato”, asegura un sindicalista que lleva años en la estructura. 

Secretaría de la precariedad

La batalla en estos territorios ha sido de personas y también de modelo. En Madrid a Jaime Cedrún, 64 años, le achacan que no deje paso a otros y cumpla así con la renovación que predica el sindicato. Pero hay también una discusión de fondo, la de cómo acercar el sindicato a la calle. “Puedes poner los recursos en lugares y federaciones donde ya tienes el apoyo o intentar repartirlos para llegar a gente que no tienes asegurada”, dicen los críticos de Cedrún, que apuestan por reforzar los recursos en comarcas muy castigadas por el paro y la precariedad. El ganador, por su parte, ha contestado creando una Secretaría de Precariedad y añadiendo a la estructura la comarca de Madrid capital.

El debate se extiende a más organizaciones del sindicato. “Hay mucha gente que quiere apostar por un modelo sociopolítico: abrir el sindicato y proyectarlo con otra visión”, asegura un sindicalista, que apunta a que algunos sectores de la organización muestran más resistencias o bien se centran en conservar la posición que ya tienen. “A algunos unirse a la sociedad civil, o apoyar reivindicaciones sociales o feministas le da más igual. Al final tienen una buena afiliación en sus sectores y buscan más conservarla que otra cosa”, apuntan. 

La candidatura de Unai Sordo, apoyada por la ejecutiva confederal, genera un amplio consenso. Procede de una organización territorial pequeña, en la que CCOO y UGT tienen enfrente a los sindicatos nacionalistas, y evita la confrontación de las grandes federaciones del sindicato. En los últimos años CCOO ha fusionado a sus federaciones para terminar creando cuatro grandes ramas: la Federación de Servicios, la de Industria, la de Construcción y la de Servicios a la Ciudadanía, a la que se añaden Sanidad, Enseñanza y Pensionistas.

No han sido pocas las luchas de poder y los enfados entre los sectores fusionados, algunos por perder peso o por ser integrados con otros con los que, consideran, comparten poco en el día a día. Al no proceder de ninguna de estas federaciones, la figura de Unai Sordo evita (o pospone) la lucha por imponer un candidato propio.

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