Ciénaga, de capital del realismo mágico colombiano a polo del turismo

Cuentan los pobladores de Ciénaga, un municipio del Caribe colombiano, que Gabriel García Márquez se inspiró para crear el realismo mágico que plasmó en su más grande obra, “Cien años de soledad”, en las historias que desde siempre se han escuchado en cada calle del pueblo.

Si bien el Macondo de “Gabo” se ubica en algún misterioso lugar entre la Ciénaga Grande de Santa Marta y la Sierra Nevada, y pasa por la llamada zona bananera y Aracataca, cuna del escritor, para muchos es innegable el parecido de la localidad con lo que se lee en el libro.

De hecho, aseguran que personajes como el “coronel Aureliano Buendía” se basa en el general Rafael Uribe Uribe, junto a quien el abuelo de García Márquez participó en la Guerra de los Mil Días y cuya última batalla se libró en Ciénaga en 1902.

También dicen que “Remedios La Bella” fue en realidad Rosario Barranco, una mujer nacida en esta tierra y que fue reina regional en 1933.

Tan convencidos están de que lo descrito por el nobel hace parte de su día a día que, incluso, en esta, la segunda ciudad en importancia del departamento del Magdalena, funciona el Hotel Boutique La Casa de Remedios La Bella.

El homenaje al escritor abarca no solo los nombres de las siete habitaciones, que fueron sacados de personajes femeninos de sus creaciones, sino también un mural elaborado por el artista plástico local J.E Lenders en donde mariposas amarillas acompañan a una hermosa Remedios, envuelta en sábanas blancas, durante su ascenso al cielo.

“Yo soy un enamorado de los libros de Gabriel García Márquez porque veo en ellos reflejadas las historias que escuché de mis abuelos y al caminar por Ciénaga pareciera que quedamos detenidos en los años que él describe en cada página”, dijo a Efe el propietario de la posada, Honorio Castañeda.

Precisamente para aprovechar el interés que despierta en el mundo el realismo mágico, la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés) otorgó recursos que gestiona la organización ACDI/VOCA mediante el Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) para promover el turismo en esta localidad.

“La intención es promover turísticamente al municipio, que tiene una población afectada por el conflicto armado, para que aprovechen las oportunidades que se dan en tiempos de paz”, señaló el director del PAR, Ricardo Amaya.

Para borrar el estigma de Ciénaga, en donde las cicatrices de la violencia incluyen no solo la ya novelada “Masacre de las Bananeras” de 1928 sino también los enfrentamientos entre guerrilleros y paramilitares en tiempos más recientes, se hizo necesario incluir a su gente.

De este modo, pescadores y jóvenes se convirtieron en guías turísticos que llevan a nacionales y extranjeros por un recorrido en el que se conocen las leyendas sobre el Cementerio San Miguel, la Casa del Diablo, el Templete, la iglesia San Juan Bautista y la Logia Masónica, entre otros enigmáticos espacios.

Para Agustín Lara, uno de los guías que seduce a los visitantes con sus relatos, “en Ciénaga creemos que 'Cien Años de Soledad' se basa en nosotros y por esa razón hemos tomado esos acontecimientos como una fortaleza”.

Por ello, los cienagueros están decididos a cambiar el pensamiento de que fueron atropellados por el conflicto para ver su hoy de una forma más positiva, como lo hubiera querido el admirado “Gabo”, que con sus escritos logró que el mundo se enamorara de la magia que encierra Macondo, aún sin saber en dónde queda exactamente.

Claudia Polanco Yermanos