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Investigación

El Corte Inglés investiga a uno de sus principales directivos, acusado de adjudicar cientos de millones de euros a empresas de su madre

Personal de seguridad de un centro de El Corte Inglés.

Ignacio Escolar / Rodrigo Ponce de León

Dos denuncias anónimas han puesto patas arriba la ya de por sí compleja situación interna de una de las principales empresas españolas, El Corte Inglés, que está inmersa en una guerra familiar por el control de la Presidencia y los demás puestos claves del Consejo de Administración. Se trata de dos documentados escritos, a los que ha tenido acceso eldiario.es, que acusan a uno de los principales directivos de la compañía, el exinspector de policía Juan Carlos Fernández-Cernuda, de adjudicar contratos millonarios a empresas de familiares y amigos.

La primera denuncia llegó en octubre de 2017 a los máximos responsables de El Corte Inglés: entre otros, a su presidente, Dimas Gimeno, al presidente de la Fundación Ramón Areces, Florencio Lasaga, y al consejero Manuel Pizarro. La segunda, a los mismos destinatarios, en febrero de 2018. En ellas se señala a Fernández-Cernuda como el responsable de inflar los contratos que él mismo entregaba al grupo Mega-2, y que ya ha facturado a El Corte Inglés cerca de 300 millones de euros en los últimos diez años.

Las dos denuncias anónimas, muy profusas en detalles, han supuesto un terremoto interno en esta empresa: por la verosimilitud de las acusaciones, según valoran distintas fuentes de la compañía, y por las enormes cifras de los contratos. De momento, ya han provocado que El Corte Inglés haya puesto en marcha dos auditorías: una interna, ya concluida, y otra externa, que actualmente está realizando E&Y.

Como dueños de Mega-2 figuran dos personas, ambas muy próximas al expolicía Fernández-Cernuda. Su propia madre –propietaria del 51% a través de otra empresa de la que es administradora y socia única– y un excomisario de la Policía Nacional amigo suyo, Joaquín Domingo Martorell. Solo en el año 2016, estas empresas facturaron 53,6 millones de euros al Grupo El Corte Inglés, su principal cliente.

Según denuncian los anónimos que investiga la auditoría encargada por El Corte Inglés, los dos expolicías han logrado una enorme fortuna mediante contratos exclusivos, precios hinchados, implantación de sistemas con sobrecostes del 300%, pagos de pluses y la asunción de El Corte Inglés de costes laborales de las empresas de seguridad. Domingo Martorell y los familiares de Fernández-Cernuda consiguieron que Mega-2 Seguridad y Mega-2 Sistemas Integrados pasasen de ser pequeñas firmas sin apenas facturación a compañías con ventas millonarias, de las que aproximadamente el 90% de los ingresos corresponden a empresas del Grupo El Corte Inglés.


El 90% de los ingresos del grupo Mega 2 provienen de El Corte Inglés

Facturación en 2016 de las sociedades Mega 2 Seguridad SL y Mega 2 Servicios Integrales SL a filiales de El Corte Inglés, empresas vinculadas a directivos de El Corte Inglés y a otras empresas y entidades


Juan Carlos Fernández-Cernuda confirmó este martes a eldiario.es que “es cierto que se ha contratado a empresas vinculadas a familiares” pero niega que exista un conflicto de intereses “ni irregularidad alguna” ya que “contaba con la autorización del anterior presidente, Isidoro Álvarez”, –que falleció en 2014– “y de un director general”, del que prefiere no detallar su nombre.

El directivo asegura que no hay documentación por escrito sobre esta autorización, y que el permiso fue verbal. Fuentes oficiales de la compañía posteriormente han afirmado que la contratación de Mega-2 Seguridad y Mega-2 Sistemas Integrados “contó con la autorización del consejo de administración de la época”. También admiten que han encargado una auditoría para aclarar la situación ante las graves acusaciones recibidas. “Son controles habituales en todas las empresas”, explican desde El Corte Inglés.

Contratos millonarios

La llave para conseguir estos contratos y que ha permitido al grupo Mega-2 aumentar su facturación anual desde 187.000 euros a 53,6 millones en solo diez años es el propio Fernández-Cernuda. Durante años ha sido el director de Seguridad de la empresa de grandes almacenes y máximo responsable del departamento que entregaba estos contratos. El año pasado dejó ese puesto en manos de una persona de su confianza, la expolicía Catalina Polán, que él mismo fichó. Actualmente Fernández-Cernuda figura como responsable de Protección de Datos de la compañía y continúa como apoderado de numerosas firmas del grupo de distribución como Supercor o Bricor, entre otras. Igualmente aparece como consejero en algunas de las empresas patrimoniales de Marta y Cristina Álvarez, hijas de Isidoro Álvarez, consejeras de El Corte Inglés y accionistas mayoritarias del grupo.

Fernández-Cernuda llegó a El Corte Inglés en 1990, en un puesto de mucho menos relumbrón: como guardaespaldas personal del anterior presidente, Isidoro Álvarez. Y quien le consiguió ese trabajo, hace ya 28 años, fue Domingo Martorell, el actual socio de su madre en Mega-2.

Ambos exfuncionarios pertenecían al grupo dedicado a labores de información y lucha antiterrorista que, tras su paso por la Policía Nacional, hicieron negocios y fortuna con las grandes empresas españolas. Domingo Martorell, el mayor de los dos, fue jefe provincial de la Policía en Álava durante la Transición. De ahí pasó a principios de la década de los 80 a la Brigada Central de Información (hoy Comisaría General de Información): uno de los departamentos más poderosos dentro de la Policía Nacional y que se ocupa de la inteligencia, los agentes encubiertos, la lucha antiterrorista y la seguridad del Estado.

Como comisario jefe de la Sección 21 de la Brigada Central de Información, Domingo Martorell estuvo presente en momentos clave de la historia de España. Fue el enlace entre el teniente coronel Antonio Tejero y Francisco Laína, director de la Seguridad del Estado, durante el golpe de Estado del 23F. También fue una figura fundamental en la lucha contra ETA.

Pero hay una operación que lo coloca en el centro de la vida social española y que le abriría las puertas de la jet set y las familias empresariales de España: Martorell lideró el operativo del rescate del doctor Iglesias Puga, padre de Julio Iglesias. El éxito de la operación policial hizo que el cantante lo contratase como manager años después. Domingo Martorell pasó de dirigir unidades operativas antiterroristas a poner en marcha una empresa de representación de deportistas y artistas, Agencia Bahía. Desde ese nuevo negocio, también extendió su influencia en las principales empresas españolas, donde colocó a distintos colegas de la Policía. Entre otros, a Fernández-Cernuda en El Corte Inglés, a principios de los 90.

Según fuentes de la empresa, Fernández-Cernuda se convirtió en la sombra de Isidoro Álvarez. Su manejo de información confidencial y su habilidad para hacerse indispensable le permiten ganarse la confianza del entonces presidente de El Corte Inglés, que finalmente le nombra director de Seguridad de los grandes almacenes.

Fuentes de la compañía también aseguran que los expolicías controlan “información delicada” de consejeros de El Corte Inglés que, según esas fuentes, les ha servido para mantener su boyante negocio con los contratos de seguridad, que empiezan mucho antes de la puesta en marcha de Mega2.

El primer movimiento es la entrada en el accionariado de la firma Paneuropea de Seguridad Integral (PSI) por parte de Domingo Martorell en 2002. En poco tiempo, PSI empieza a cerrar contratos con centros comerciales. Cuatro años más tarde, PSI es vendida a la empresa de seguridad privada Securitas por 27 millones de euros. Fuentes internas de El Corte Inglés aseguran que la única vía que se le permite a Securitas para poder trabajar con estos centros comerciales es la compra de PSI.

La siguiente operación con una operativa similar es con la firma Interlabora, que tiene como director general y apoderado a Luis Fernández-Cernuda Hidalgo, hermano del entonces director de seguridad de El Corte Inglés. Interlabora es una compañía especializada en integración en el mercado laboral de personas con discapacidad. Al igual que PSI, fue vendida a Securitas por 14 millones de euros en 2008. Luis Fernández-Cernuda Hidalgo se mantiene como director general de la compañía.

Paralelamente a las operaciones de estas dos empresas, Domingo Martorell y los familiares de Fernández-Cernuda Hidalgo han ido creando su propio imperio de firmas de seguridad con Mega-2 Seguridad y Mega-2 Servicios Integrados. Domingo Martorell tiene el 49% de las acciones en ambas compañías mientras que el 51% restante pertenece a las firmas Industrial Abisa y ONCE SL, donde la madre de Fernández-Cernuda, María Concepción Hidalgo Iglesias, es presidenta y administradora única.

“Todo está autorizado”

Para Juan Carlos Fernández-Cernuda, según ha asegurado a eldiario.es, la aparición de las denuncias anónimas que lo inculpan se debe a la guerra entre las familias accionistas del gigante de la distribución. “Todo estaba autorizado, no ha habido problemas hasta el pasado octubre [fecha en la que aparece el primer anónimo], cuando el presidente actual se enroca”, subraya Fernández Cernuda.

“El problema está en la pelea particular del actual presidente. Nunca he manejado información de nadie. Estoy alineado con mi trabajo y con el consejo de mi empresa. Soy un ejecutivo que está donde está la mayoría de la empresa, no tengo por qué entrar en esta guerra”, concluye.

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