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Díaz Ferrán dice que no sabía “muy bien lo que eran las preferentes” cuando fue consejero de Caja Madrid

Díaz Ferrán no sábía muy bien lo que eran las preferentes cuando fue consejero de Caja Madrid

EFE

Madrid —

El expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán no sabía “muy bien lo que eran las preferentes” mientras fue consejero de Caja Madrid “hasta que apareció el tema social a nivel nacional”, cuando procuró “enterarse de lo que eran”. Díaz Ferran hizo esta confesión ante el juez de la Audiencia Nacional Fernado Andreu el pasado 3 de marzo, cuando prestó declaración tras el expresidente de la caja madrileña Miguel Blesa dentro de la causa en la que investiga si la excúpula de la entidad planificó la emisión de preferentes para ocultar una situación de insolvencia.

Díaz Ferrán, preso desde diciembre de 2012 en la cárcel de Soto del Real (Madrid) por el vaciamiento patrimonial de Marsans, insistió en que en los seis primeros meses de 2009 no acudió a ninguna reunión del consejo de administración de Caja Madrid por las negociaciones de la reforma laboral con sindicatos y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

“En todo ese semestre estuve inmerso en muchas reuniones y estuve muy ocupado”, explicó el exjefe de la patronal, que añadió que en ese mismo periodo estuvo “intentando buscar una indemnización del Gobierno argentino” porque le acababan de “expoliar Aerolíneas Argentinas”, por lo que delegó en Blesa su voto en los consejos.

De esta forma, precisó que solo asistió en 2009 a una reunión en septiembre, aunque no se abordó el tema de las preferentes. “Para ser sinceros, yo no sabía muy bien lo que eran las preferentes. Me he enterado no ahora para venir aquí, sino cuando apareció el tema social a nivel nacional. Es cuando procuré enterarme de lo que eran”, reconoció al término de su interrogatorio, que se prolongó durante apenas diez minutos.

Blesa: cualquiera debería hacerse informado

Por su parte, el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa sostuvo en su declaración ante Andreu que “un jubilado o una persona que cobre una pensión no es un ignorante” y que cualquiera que tuviera “la más mínima curiosidad” por las preferentes debería haberse leído el tríptico informativo que se les entregaba al contratarlas.

El fiscal Anticorrupción basó buena parte de su interrogatorio en el perfil de los preferentistas e inquirió por qué la emisión de mayo de 2009, en plena crisis, estaba fundamentalmente destinada a minoristas. “Tampoco podemos pensar que el minorista es un ignorante financiero, es simplemente minorista”, respondió Blesa, que lamentó que en la prensa se viera una “simplificación” de este perfil para atribuírselo a “jubilados”.

Pese a que reconoció que “seguro hubo quien suscribió en esas condiciones”, precisó que “tampoco un jubilado o una persona que cobre una pensión es un ignorante”, y que entre los minoristas “hay abogados, hay empresarios, hay médicos, hay profesionales de distinta índole” y que esta calificación “no es un término peyorativo a efectos de dirigirles una emisión”.

El fiscal insistió en preguntar por qué el 95% de los contratantes eran personas físicas, el 43% de los cuales eran mayores de 65 años y el 73% por encima de los 50 años, y cómo determinaron los clientes que iban a pasar el test de idoneidad para adquirir estos productos.

Blesa explicó entonces que la CNMV impone la elaboración de un resumen del folleto, que se “queda realmente en dos páginas, donde se ponen de manifiesto los riesgos intrínsecos a este producto. Y se repiten muchísimas veces”.

Según reconoció, el folleto que se entrega a la CNMV “por supuesto que no se lo lee nadie”, y que por ello se hacía un resumen que “está tan claro, es tan breve, que cualquiera que tiene la más mínima curiosidad por la operación que está realizando eso sí se lo miraría”. Posteriormente, son los empleados de las oficinas los que deben lanzar las advertencias y proporcionar información, facilitándoles además el tríptico.

“El cliente podía conocer perfectamente ese producto, o podía no conocerlo. Había que ofrecerle el producto y tomar datos suficientes para saber si, por sus conocimientos y experiencia era lo que él quería”, prosiguió el exbanquero, que añadió que “siempre” confió en que los directores de las sucursales iban a informar “claramente” de las características de las preferentes.

Asimismo, recalcó que “no había una selección previa de los clientes. Había un ofrecimiento, y en función de quién acudiera a demandarlo, el tratamiento era de una manera o era de otra”.

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