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Barroso contraataca: acusa a Bruselas de “discriminación” por investigar su marcha a Goldman Sachs

José Manuel Durao Barroso

Laura Pérez-Cejuela

Bruselas —

El expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, no esconde las orejas. El político portugués ha tachado de “discriminatorias” e “inconsistentes” las razones que han llevado a Bruselas a remitir al Comité de Ética su contratación por parte del banco de inversión Goldman Sachs.

Ayer se supo que su sucesor al frente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, pidió el pasado viernes que se estudien las implicaciones éticas de un caso de puertas giratorias que ha levantado una ola de críticas sin precedentes entre la ciudadanía y los propios líderes y trabajadores comunitarios.

El conservador portugués no ha tardado en responder a Bruselas con una carta a Juncker que ha obtenido el 'Financial Times'. “Se ha defendido que el mero hecho de trabajar con Goldman Sachs plantea cuestiones de integridad”, escribe en ella Barroso. “Aunque respeto que cada uno tiene derecho a tener su propia opinión, las reglas están claras y tiene que ser respetadas. Estas afirmaciones no tienen fundamento y son totalmente inmerecidas. Son discriminatorias contra mí y contra Goldman Sachs”, sigue la misiva.

Barroso asegura que en principio no se opone a que el caso se remita al Comité de Ética, pero que le preocupa que ya se haya tomado una decisión con respecto a su estatus. “Si ese es el caso, me gustaría entender cómo se ha tomado esta decisión, por quien y en base a qué fundamentos. Estas acciones no solo son discriminatorias, sino inconsistentes con las decisiones tomadas respecto a otros antiguos miembros de la Comisión”.

Juncker advirtió que cuando Barroso asuma el cargo no será recibido como expresidente de la Comisión, con los privilegios que ello implica, sino como un lobista más. Sin embargo, esta medida no se ha previsto para otros comisarios que han pasado al sector privado. Es el caso de la última comisaria de Mercado Digital, Neelie Kroes, que en mayo se convirtió en asesora de la empresa de transporte privado Uber.

También es la primera vez que un caso se remite al Comité de Ética después de que haya expirado el periodo de dieciocho meses durante el cual los comisarios están obligados a informar de los puestos que piensan aceptar y, además, sin que se haya asumido el nuevo cargo en cuestión.

La Defensora del Pueblo, Emily O’Reilly, había pedido a la Comisión que aclarase en qué términos se había sellado el fichaje de Barroso por considerar que había generado una especial preocupación en un momento muy delicado para la UE. Además pedía que se revisase el Código de Conducta.

Cesión en vísperas del discurso del estado de la UE

Han hecho falta dos meses y la presión de O’Reilly para que Juncker ceda y dé una respuesta más allá de defender que Barroso había cumplido a rajatabla las normas europeas. Sin embargo, enviando el caso al Comité de Ética ahora el presidente se asegura un argumento de defensa si el tema sale a la palestra durante el discurso del Estado de la Unión que pronunciará mañana ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Uno de los males que aqueja al club europeo es precisamente la desafección ciudadana y falta de credibilidad que beben en buena medida de escándalos como este. Goldman Sachs fue un actor principal en la crisis financiera mundial que a punto estuvo de acabar con el euro y Barroso capitaneó la gestión de Bruselas que –bajo la batuta de los estados, eso sí- se centró en políticas de austeridad y se saldó con el rescate a varios estados.

Eurodiputados, funcionarios y líderes nacionales, como el presidente francés François Hollande, han expresado su malestar por lo que consideran fuel para la retórica euroescéptica. Casi 140.000 personas han firmado una petición para llevar el caso ante la justicia europea.

Barroso tiene ahora que enviar a la CE información sobre su contrato y sus nuevas responsabilidades como vicepresidente ejecutivo en Goldman Sachs, que incluirán asesoría sobre el ‘brexit’. Después será estudiada por los miembros del Comité de Ética: un exjuez del Tribunal de Justicia de la UE, un antiguo eurodiputado socialdemócrata y un exalto cargo de la Comisión.

La capacidad de reacción del Ejecutivo comunitario, sin embargo, es limitada. Solo en caso de que se demuestre que Barroso no ha actuado con integridad, algo difícil de probar antes de que empiece a trabajar, la Comisión o el Consejo (los estados) podrían llevar al expresidente ante el Tribunal de Justicia Europeo. La Corte podría entonces retirarle su derecho a pensión.

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