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Endesa arremete contra el recorte a las distribuidoras que plantea la CNMC: “No vamos a hacer las inversiones”

El consejero delegado de Endesa, José Bogas.

Antonio M. Vélez

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha arremetido este miércoles contra el recorte a la retribución de la actividad de distribución eléctrica que propuso en noviembre la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para el periodo 2020-2025, en el que plantea pasar del actual 6,5% al 5,58%.

Según Bogas, si se mantuvieran las actuales condiciones del coste de la deuda, las eléctricas podrían “aguantar” con el actual 6,5%, un retorno “muy justo” para esta actividad regulada que a veces “cuesta explicarlo en los consejos de administración”. Pero “si un día es del 5,6%”, será “un problemón para el gobierno de turno porque no vamos a hacer las inversiones”, ha asegurado.

Durante su intervención en el 16º Encuentro del Sector Energético organizado por IESE y Deloitte, Bogas ha evitado referirse a la probable convocatoria de elecciones generales que se avecina tras haber decaído el proyecto de Presupuestos del Gobierno, en una jornada en la que las eléctricas han liderado las caídas en la Bolsa española, al día siguiente de que la ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, confirmase el cierre “ordenado” de las centrales nucleares entre 2025 y 2035.

De cara al proceso de transición energética, Bogas ha reclamado incentivos a las plantas de gas a cambio de estar disponibles a través de la figura de los pagos por capacidad, que servirían para garantizar el papel que van a tener que jugar en los próximos años estas plantas, ya infrautilizadas, como respaldo a las renovables que se van a incorporar de forma masiva al sistema para duplicar su peso actual en el mix, hasta el 70%.

Una idea, la de los pagos por capacidad, también reclamada poco antes por Ángeles Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España, que ha instado a paliar este “déficit regulatorio”. Sin incentivos, ha dicho Bogas, esta tecnología “funcionando 1000 horas [al año] no es rentable” y las plantas “van a tener que cerrar”.

El ejecutivo de Endesa, que considera alargar la vida del carbón “mucho más allá va contra los tiempos”, ha señalado que si bien la transición energética es un “objetivo muy desafiante” a escala global, España parte “de una situación envidiable” en comparación con otros países.

“La otra cara de la moneda de la sobrecapacidad que tenemos hoy en el sistema eléctrico, de unos 8.000-9-000 megavatios, es que no necesitamos poner nueva potencia térmica de aquí a 2030”, si bien a partir de esa fecha, “dependiendo de cuál sea el calendario de cierre de las centrales” nucleares y de carbón, “nos vamos a encontrar con una situación de falta de capacidad”.

Por eso, Bogas ha instado a “no cometer errores con los cierres” y ha reclamado al Gobierno que el Plan de Energía y Clima que ultima Ribera sea flexible y tenga “capacidad de adaptación a las circunstancias que nos vamos a tener en el futuro”. Ese plan, que debe guiar el calendario de cierre de las nucleares (se llevará a cabo entre 2025 y 2035) y la senda de reducción de emisiones, “no puede estar escrito sobre piedra”.

Brufau pide “pragmatismo”

Por su parte, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha advertido de las consecuencias de los anuncios de prohibición del diésel y la demonización que, a su juicio, se está llevando a cabo con los combustibles fósiles, que en su opinión supone coartar las inversiones de la industria automovilística en motores de combustión, en una ofensiva, ha asegurado, liderada por España cuando “nadie nos pide ser mejores que Alemania”, una postura que ha calificado de “quijotismo” por el hecho de que España plantea objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos que los europeos.

Brufau también ha pedido “pragmatismo” y prudencia con el coche eléctrico, “primando una tecnología no madura con dinero público cuando con cinco veces menos podríamos ayudar a la gente a cambiar su flota actual”. Cuando esta tecnología madure “será bienvenida”, pero a estas alturas es aventurado saber qué tecnologías dominarán el panorama energético en 2050 cuando “hace cinco años nadie era capaz de prever que la fotovoltaica sería la energía del futuro, como hoy”.

El presidente de la primera petrolera española ha pronosticado que el 70% de las baterías de los coches eléctricos del futuro vendrán de China, “que cada semana abre una central de carbón”, y se ha preguntado si eso es “sensato para el mundo”.

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