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Falciani se enfrenta al Tribunal que analizará su extradición

Una foto de archivo de Hervé Falciani

Belén Carreño

Villano para la legislación suiza y héroe para la opinión pública española, Hervé Falciani se ha enfrentado por primera vez a un tribunal ante el que ha tenido que explicar cómo y por qué se llevó los nombres de hasta 130.000 evasores fiscales en su marcha del banco HSBC. Falciani aún no ha tenido que verse las caras con un tribunal, ni en su país de origen, Francia, ni en el lugar donde trabajaba y donde, según las autoridades locales, robó información secreta, Suiza.

El informático francoitaliano fue detenido el 1 julio de 2012 en el puerto de Barcelona al intentar entrar en España. Su nombre saltó inmediatamente en las pantallas de la aduana al estar en busca y captura por las autoridades suizas. Berna le acusa de haber robado la información de miles de clientes, valiéndose además de su posición privilegiada en el banco donde trabajaba. En un país donde uno de sus principales negocios es la confidencialidad y el secreto bancario, el acto de Falciani es un anatema con un coste demasiado elevado.

Según la versión de las autoridades suizas, Falciani intentó vender la información en el Líbano al mejor postor en 2008, poco después de huir del país. La versión del informático es muy distinta ya que según aseguró a un diario suizo, fue secuestrado por el Mossad (el servicio secreto israelí) que estaba investigando la relación entre Hezbolláh y el HSBC. Al francoitaliano le dijeron que el Líbano estaba intentando utilizar sus datos con fines poco lícitos.

Lo cierto es que Falciani terminó cediendo la información de forma aparentemente gratuita a Francia y España, dos de los países con un mayor número de defraudadores en su listado. La forma de hacerlo también se ha discutido hoy en la vista. Las autoridades francesas requisiaron los datos en su domicilio en Francia con una orden de registro y luego los compartieron con España en aras de los acuerdos de intercambio de información tributaria que rigen entre ambos países. En términos estrictos, Falciani no dio los datos voluntariamente a la gendarmería, un punto clave en la defensa de su extradición.

En cualquier caso, y gracias a la información encontrada en aquel registro al domicilio del exempleado de banca, Emilio Botín, presidente del Banco Santander, tuvo que regularizar la fortuna que escondía desde hace década en Suiza. En total, el hallazgo engrosó en 200 millones de euros las arcas españolas. Al nombre del cántabro se sumaron otras 658 fortunas.

Francia nunca detuvo ni procesó a su ciudadano, ni pareció tener la más mínima intención de devolverlo a Suiza, pero Falciani no terminó de sentirse seguro en territorio galo, como ha asegurado en las escasas entrevistas que ha ofrecido en el país vecino. Aconsejado por su entorno, el informático prefirió arriesgarse a entrar en España y ser detenido para que fuera en este país donde se decidiera su situación legal frente a Suiza.

Fuentes cercanas al informático aseguran que en España se ha sentido más cómodo, pese a estar bajo vigilancia y tener que moverse con escolta y sin pasaporte además de haber pasado en la cárcel de Valdemoro casi cinco meses. Su colaboración con Anticorrupción es muy estrecha y conforme avanzan los trabajos de investigación en la trama Gürtel, su nombre aparece cada vez con más frecuencia en los medios. Así, su expediente de extradición está ya anejo al sumario de la trama pilotada por Francisco Correa y con su ayuda se profundiza en la red de Gao Ping e, incluso, en las cuentas de Luis Bárcenas en Suiza.

La vista de extradición a la que se ha enfrentado hoy Falciani tiene varias particularidades. La primera de ellas es que la Fiscalía se encarga de garantizar que se preservarán los derechos de Suiza, el país que emite la orden de extradición pero que no se persona en el proceso. La fiscal española, Dolores Delgado, tendrá que garantizar que se vigilen todos los derechos que le corresponden a la confederación helvética, pero no llevará a cabo un ejercicio de acusación al uso.

Por su parte, la defensa ha llamado a declarar al anterior secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, y al exdirector de la Agencia Tributaria, Luis Pedroche. Ambos ejercían los cargos de máxima responsabilidad en el fisco español cuando Falciani deslizó la primera tanda de datos en 2010. Cabe esperar que ambos testigos pongan en valor la estrecha colaboración del francoitaliano con las autoridades españolas, aunque su deber de sigilo para con los contribuyentes investigados deja en el aire el alcance de sus testimonios.

Fuentes jurídicas consultadas no se atreven a aventurar cuánto podrá hacerse esperar el auto de resolución, un plazo que puede ir desde varios días a semanas. Además, cabe después un recurso de apelación que pueden presentar cualquiera de las dos partes y que llevaría el caso al pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Si una vez superados estos dos trámites, la justicia española decidiera extraditar a Falciani, el Gobierno se puede oponer alegando razones de orden público.

A priori, la legislación española es favorable a la no extradición de Falciani ya que los delitos por los que le reclama Suiza no existen como tales en el código penal. Más bien al contrario. En España no existe secreto bancario desde 1977 y, precisamente, la ley de Enjuiciamiento criminal penaliza la omisión de la información de un delito. Es decir, que Falciani hizo exactamente lo que la Justicia española cree que se debe hacer.

Con todo, el final feliz del proceso está en el aire, como lo están las comisiones rogatorias que el juez Ruz ha pedido a Suiza para aclarar varias cuentas que están ligadas a sociedades tapaderas en la trama Gürtel. Suiza está aguantando la información ya que dice que se ha obtenido mediante el uso de la información proporcionada por Falciani, lo que considera ilegal.

Del resultado de la vista de hoy puede pender también el éxito de la llegada de estas comisiones, así como de los avances en otros casos abiertos en la Audiencia Nacional. Según Vozpópuli, el caso Campeón, en el que está implicado el exministro José Blanco, o el de las ITV de Catalunya también han incorporado datos relacionados con el informático.

“Educado, listo y muy agradable”, según el entorno que le ha tratado en España, Falciani se maneja con total fluidez en tres idiomas (francés, español e italiano) por lo que puede que hoy hable ante el tribunal en español.

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