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Lola Flores, Jaime Botín, Messi o Ana Torroja: otros 'vips' denunciados por Hacienda antes que Ronaldo

Cristiano Ronaldo, durante la presentación de uno de sus hoteles, en Lisboa.

José Precedo

“Si no me llamara Cristiano Ronaldo, no estaría aquí”. El delantero del Real Madrid, uno de los futbolistas mejor pagados del planeta, ha entrado este lunes en el club de vips españoles que se sienten perseguidos por Hacienda. En el juzgado de Instrucción de Pozuelo, que le investiga por un presunto fraude fiscal de 14,7 millones de euros denunciado por el ministerio público, la estrella portuguesa pronunció una de esas frases que los famosos en apuros dejan para la posteridad. 

Ronaldo se suma así a una larga lista de personajes del mundo del deporte, la cultura o el espectáculo acusados de no pagar al fisco que se defienden desde el papel de víctimas. El caso más célebre, el que hizo más ruido, a finales de los 80 fue el de la tonadillera Lola Flores. “Si una peseta me diera cada español...” Fue el atajo que buscó para solucionar sus problemas con Hacienda después de que la fiscalía la denunciase por no hacer la declaración entre 1982 y 1985 y le pidiese una fianza de 145 millones de pesetas. Su caso acabó en condena en 1991 y fue amplificado por el entonces gobierno socialista de Felipe González para convencer a los contribuyentes de que “Hacienda somos todos”. Lola Flores no fue a la cárcel porque ninguna de sus cuatro condenas -por otros tantos delitos fiscales- superó el año de prisión.

Más reciente es la sentencia del Tribunal Supremo contra Leo Messi: 21 meses de cárcel por tres delitos fiscales y un fraude de 4,1 millones de pesetas. La investigación a la estrella mundial tampoco estuvo exenta de ruido. Desde el entorno de su club, el Barcelona, se atribuyó la inspección a una mano negra relacionada con el Real Madrid en la que supuestamente participaron varios poderes fácticos y esa élite de empresarios y altos funcionarios que alterna en el palco del Santiago Bernabeu.

La lupa sigue puesta en el entorno de Jorge Mendes, el superagente portuqués que maneja una multinacional para representar a futbolistas con nóminas millonarias. Nombres como Falcao, Di María o Coentrao siguen bajo la lupa de la Agencia Tributaria. Pero la lista de los denunciados por Hacienda se extiende fuera del césped.

La cantante Ana Torroja, líder de Mecano, también pactó una condena de 15 meses por tres fraudes fiscales en el impuesto del IRPF que sumaron 796.000 euros. El acuerdo incluyó el pago de una multa de 1,4 millones. 

La Justicia sigue detrás de actores muy conocidos como Imanol Arias y Ana Duato a raíz de una inspección más amplia al despacho Nummaria, de asesoría fiscal, y cuyos socios fueron detenidos en una operación contra el fraude que instruye la Audiencia Nacional. El matrimonio protagonista de la serie Cuéntame está acusado de defraudar 2,9 millones de euros

El banquero Jaime Botín, expresidente de Bankinter también ha sido objeto de una querella de la fiscalía donde le acusa de un fraude de un millón de euros relacionado con su jet privado. Según la Agencia Tributaria, el avión fue “deslocalizado” a través de una maraña de sociedades para que figurase en Portugal, donde no paga impuestos, pese a que su base es España.

Las investigaciones que más estruendo provocan en los medios de comunicación no son siempre las que persiguen los fraudes más cuantiosos. Pocos lectores pondrán cara del industrial José María Aristraín, el señor del acero, accionista de Arcelor. El juez que le investiga en Pozuelo de Alarcón, donde residen algunas de las grandes fortunas del país, le atribuye un perjuicio a las arcas públicas de 200 millones de euros.

Lejos de los focos solventó sus problemas tributarios también la familia Carceller, una saga empresarial que hizo patrimonio gracias a su cercanía al franquismo y que hoy controla la cervecera Damm y tiene intereses en empresas de autopistas, cómida rápida, congelados y estaciones de servicio. Demetrio Carceller, padre e hijo, aceptaron pagar 93 millones de euros de multa, con tal de evitar la cárcel, tras aceptar 13 delitos de fraude fiscal por un montante que rondó los 25 millones de euros.

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