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Francia apuesta por su competitividad para reforzar la inversión española

En la imagen, el director general de Business France, Christophe Lecourtier.

EFE

París —

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España fue en 2019 uno de los principales contribuyentes a la creación de empleo en Francia, país que se apoya ahora en su competitividad y peso en Europa para atraer a mayor número de inversores españoles pese a la incertidumbre generada por la pandemia de coronavirus.

“Por su población y fuerza en Europa, Francia sigue siendo un mercado muy importante, el segundo ahora que Gran Bretaña prácticamente se ha ido de la UE. Es un buen momento para participar en el impulso de la economía francesa”, explica en entrevista con EFE el director general de Business France, Christophe Lecourtier.

Su organismo fomenta el desarrollo internacional de las empresas francesas, la promoción económica de Francia y las inversiones extranjeras en el país, y recalca que los 45 proyectos de inversión españoles registrados en 2019 permitieron crear o mantener 1.717 puestos, un 63 % más que en 2018.

La balanza entre ambos países, no obstante, no está equilibrada: en Francia hay unas 900 empresas españolas, frente a las 2.850 francesas en España, y aunque Francia es el primer cliente de España, España es su cuarto, por detrás de Alemania, Estados Unidos e Italia.

“Desde hace años los españoles están más presentes en Francia. Europa es un poco eso, el poder beneficiarse cada uno de la fuerza de su mercado y tener juntos una economía más interconectada”, apunta Lecourtier, que asumió el cargo en 2017.

ATRACTIVO QUE SUPERA LAS PROTESTAS

Los “chalecos amarillos”, las huelgas por las reformas de las pensiones del Ejecutivo de Emmanuel Macron u otras protestas habituales en el país no deben verse como posibles obstáculos, en su opinión, sino como una consecuencia de la voluntad de cambio.

“Son el indicio de que Francia se había vuelto a poner en movimiento después de probablemente varias décadas en las que había dado la impresión a los inversores extranjeros de estar inmóvil”, recalca.

Tradicionalmente la automoción y la maquinaria han sido los dos sectores principales de inversión entre ambos países, aunque el grupo textil Inditex, con 9.000 efectivos en Francia, es la primera empresa española en términos de empleo.

Lecourtier, de 57 años, no esconde que 2020 será un año negro para la economía, con una caída del PIB que en ambos países se espera que ronde el 11 %.

“Nuestro objetivo para este año, que es muy difícil, es estar entre los países europeos que empujaremos la reanudación de la economía europea y, si es posible, ser uno de los mercados ganadores de esta crisis. En ese sentido, la presencia española, que ya es importante, espero que encuentre las condiciones para desarrollarse más”, apunta.

PLANES DE APOYO SECTORIALES

Los planes de apoyo sectoriales del Ejecutivo francés, con unos 18.000 millones de euros destinados al sector turístico, 15.000 al aeronáutico u 8.000 a la automoción, son uno de los pilares erigidos por la economía gala para mantenerse a flote.

“El desafío para después de la crisis es llegar a modernizar nuestra industria no solo para conservarla en términos de producción y empleo, sino también, en caso de que sea posible, porque ese es el futuro, volver a ganar producción y empleo en Europa respecto a lo que se dirigió hace 20 o 25 años a Asia”, sostiene.

Para Lecourtier no es contradictorio defender una mayor soberanía europea y a la vez mantenerse abiertos al mundo y que lo producido gracias a esas políticas que refuerzan el atractivo local “pueda ser vendido a países o zonas que no tienen las mismas capacidades”.

La fuerza de Francia, España y otros países europeos, a su juicio, es el capital humano: “es el que podrá desarrollar la innovación y adaptarse a modos de producción cada vez más digitalizados e inteligentes y menos físicos. La principal inversión debe estar ahí”.

Reforzar una competitividad centrada en las industrias del futuro, con el foco en las energías limpias y la digitalización, es el eje su estrategia.

Una estrategia en la que invita a sumarse a España: “para las empresas españolas que ya están presentes en Francia es un buen momento para seguir pisando el acelerador allí”, concluye sobre unas relaciones bilaterales que concentran en la región parisina el grueso de los proyectos de inversión españoles.

Marta Garde

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