El Estado intentará vender CatalunyaCaixa de forma más eficiente que con las cajas gallegas
El Frob –el brazo financiero del Banco de España– acaba de cerrar la venta de Novagalicia Banco adjudicándolo al venezolano Banesco por 1.003 millones de euros, después de haber inyectado casi 9.000 millones en rescatar la entidad. “Con estos datos no se puede decir que estemos satisfechos con la operación”, han asegurado fuentes del organismo público, al tiempo que reconocen que tal y como está la situación del banco gallego, obligado a su desaparición por imperativo de Bruselas, era inviable pensar que se podían recuperar esos 9.000 millones.
En cualquier caso, la resolución ha resultado mejor que en situaciones anteriores, como cuando se vendió Banco de Valencia por un simbólico euro a CaixaBank, por ejemplo. Esperan que la era de estas decisiones límites haya pasado a la historia. Al menos, esa es su intención. Por ello, en el proceso de venta de CatalunyaCaixa, que comenzará a la vuelta de las vacaciones de Navidad, esperan implantar un mecanismo que sea más beneficioso para las arcas públicas que las subastas como la que ha permitido adjudicar Novagalicia Banco a Banesco.
Fuentes del Frob no han querido desvelar qué tipo de proceso puede ser ni si implicará o no trocear la caja catalana. Sólo han especificado que se “va a buscar el mayor número posible de jugadores” para no estar condicionado por las exigencias de nadie.
Otro de los problemas que puede generar la venta de CatalunyaCaixa es que el conflicto catalán pueda despertar reticencias en los posibles compradores internacionales. En este sentido el Frob asegura que hasta ahora en los contactos que han tenido con posibles interesados sólo estaban entidades nacionales a las que “el asunto político no parece preocuparles”.
Sobreprecio injustificado
A pesar del altísimo coste para los contribuyentes españoles que va a suponer el proceso de rescate y venta del banco gallego, los analistas de mercado consideran que el precio pagado ha estado muy por encima de su valor de mercado. “La red de oficinas de Novagalicia no vale más de 300 millones. Solo si el Estado asumiera un esquema de protección de activos generoso se podría pagar 600 millones. Pero pagar 1.000 millones responde a una lógica que se escapa a los criterios económicos”, asegura Javier Flores, director del servicio de estudios de Asinver.
