El Gobierno portugués dice que hay nuevas señales de inversión en el país

El ministro de Economía luso, António Pires de Lima, afirmó hoy que al menos cinco empresas planean grandes inversiones en Portugal y otras extranjeras han mostrado “interés” en proyectos para entrar en el país.

El titular consideró estas inversiones señales “extremadamente positivas” y prueba de que se está produciendo un “giro económico” en Portugal.

“El esfuerzo de atracción de inversión ya está produciendo resultados en la economía portuguesa”, señaló Pires de Lima en una comparecencia en el Parlamento luso.

Esos acuerdos empresariales incluyen un proyecto de 120 millones de euros de la lusa Portucel, una de las mayores productoras de papel y pulpa de celulosa del mundo.

En el mismo sector papelero, la española Goma Camps prevé una inversión de 30 millones de euros, y las portuguesas Caima y Celbi planean inversiones de 35 y 26 millones de euros, respectivamente.

La fábrica de Volkswagen en Portugal, Autoeuropa, también ha firmado un acuerdo de inversión de unos 37 millones de euros, según el ministro.

Además de estos proyectos, Pires de Lima aseguró que el Gobierno ha sido contactado por empresas extranjeras que han expresado “el interés” de invertir en el país.

En vista a un nuevo plan de inversiones públicas, el ministro anunció que se ha creado un grupo de trabajo para evaluar cuáles son las infraestructuras prioritarias y presentar una propuesta a partir de inicios de 2014.

El Gobierno conservador portugués ha reducido al mínimo la inversión pública y ha aplicado duros recortes para cumplir los compromisos del programa de ajustes del rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), concedido en mayo de 2011.

Al mismo tiempo, ha impulsado la captación de inversores extranjeros, así como la búsqueda de nuevos mercados para la exportación, con especial atención a los países en América Latina, China y las antiguas colonias portuguesas.

A pesar de los esfuerzos y un aumento significativo de la tasa de exportaciones, Portugal sigue sin remontar la crisis en su tercer año en recesión y prevé una caída del 1,8 % del PIB para 2013 y un ligero crecimiento del 0,8 % para 2014.

La difícil recuperación se ha visto agravada, además, por la elevada tasa de desempleo (15,6 %) y la inestabilidad de los mercados financieros, que han penalizado los intereses de la deuda portuguesa.