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Marc Pérez, el primer banquero de HSBC imputado en España

La Audiencia confirma la prisión de Gao Ping porque puede influir en los testigos

Antonio Asenjo

Marc Pérez es un caso inédito, el de un banquero suizo imputado por formar parte de una red de blanqueo y evasión de capitales. El primer caso del que se tiene constancia en España de un empleado del HSBC de Ginebra respondiendo a la Justicia por sus manejos de las fortunas de sus clientes. Una rareza si tenemos en cuenta que estamos hablando de una práctica habitual en muchas entidades bancarias situadas en paraísos fiscales, cuyo objetivo es captar la mayor cantidad de dinero posible sin preocuparse de su procedencia.

Pérez está imputado desde el año pasado como uno de los responsables de una red que blanqueaba dinero de empresarios y familias acomodadas de nuestro país, la conocida como trama Gao Ping, pero la policía del país helvético se ha negado a detenerlo, como reclamaba el juez Fernando Andreu, y se ha limitado a tomarle declaración, sin que a fecha de hoy se tengan noticias de que se haya iniciado algún procedimiento contra él, más allá de haber sido apartado de sus funciones en el banco HSBC.

Práctica habitual del banco, no hay rastro de Marc Pérez en internet como empleado de HSBC. Tampoco lo hay, por ejemplo, de Agathe Stimoli, la gestora de las cuentas de Luis Bárcenas para Dresdner Bank. Los gestores prácticamente desaparecen, se vuelven fantasmas, una vez que su nombre comienza a salir en los papeles. De hecho, según adelantó Vozpópuli, Bárcenas habría utilizado algunos banqueros que también trabajaban en la red de Gao Ping, aunque en este caso el gestor, Frederic François Mentha, estaba a sueldo de la entidad Lombard Odier.

La policía española está convencida de que Pérez era el encargado de los movimientos transnacionales de dinero de evasores españoles como hombre de confianza de François Leiser, considerado el número 1 de la red de blanqueo. Su contacto en nuestro país era la española de origen israelí Malka Maman Levy, alias Sobrina, que hacía de intermediaria entre empresarios y personas acomodadas que habían evadido dinero y necesitaban recuperar una parte de él sin declararlo a Hacienda, y quienes disponían de efectivo y querían sacarlo de España, igualmente sin pasar por el fisco (una parte importante de éste procedía de operaciones de la mafia china de Gao Ping).

El modus operandi era muy sencillo replica al del blanqueo de capitales a alto nivel: las personas que necesitaban dinero (receptores) transferían desde sus cuentas en paraísos fiscales el importe que deseaban recibir en efectivo a los bancos que previamente les indicaban los donantes, que en ese momento les hacían llegar su dinero en efectivo en España. Unos y otros pagaban una comisión a la red y evitaban dar cuenta de sus transacciones a la Agencia Tributaria. Un negocio sencillo.

Malkan tenía una nutrida agenda de clientes, tanto receptores como donantes, que esta semana han comenzado a prestar declaración como imputados ante el juez Fernando Andreu, que instruye el sumario contra la red de blanqueo desarticulada en la Operación Emperador. Una de las primeras comparecientes ha sido María Ilia García de Sáez Borbón Dos Sicilias, que requirió los servicios de la red tanto para ella como para su madre, María Inmaculada Borbón Dos Sicilias Lubomirska, y su tía, María Margarita Borbón Dos Sicilias Lubormirska. Hoy le toca el turno, entre otros, a Enrique Lasarte, expresidente del Banco de Vitoria y exconsejero delegado de Banesto con Mario Conde al frente de la entidad, condenado por el Tribunal Supremo (TS) a cuatro años de prisión por la quiebra del banco en 1993.

Los especialistas de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) que investigan la red aseguraban en un informe elaborado el 17 de mayo del año pasado que a medida que las pesquisas avanzaban era más palmario que la red de clientes “sobrepasa los planeamientos iniciales, no sólo en número de usuarios de los servicios o en volumen de capital ocultado y defraudado, sino en la especial consideración que por su notoriedad, bien en el mundo empresarial bien en otros ámbitos de la vida pública, acreditan estos individuos”, y señalaban la elitista urbanización La Moraleja como “una fuente de clientes muy significativa”.

Malka no sólo trabajaba para la mafia china de Gao Ping; lo hacía también para otras redes de blanqueo que disponían de sus propios clientes, al frente de las que estaban personas de reputados apellidos, como Javier Eduardo Rosón Boix, hijo pequeño de Juan José Rosón, ministro del Interior con Adolfo Suárez, que fue detenido en su puesto de trabajo en una sucursal del Banco de Sabadell en Madrid, y Vicente María Gregorio Abelló, sobrino del empresario Juan Abelló. En todos los casos, el dinero que manejaba las distintas redes procedía fundamentalmente del fraude fiscal, y en todos los casos pasaba por las manos de Marc Pérez, que era el encargado de moverlo de unos países a otros.

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