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Sao Paulo amenaza con rescindir el contrato de construcción del Metro a Isolux

Sao Paulo amenaza con rescindir el contrato de construcción del Metro a Isolux

EFE

Sao Paulo —

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El gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, amenazó hoy con rescindir el contrato al grupo español Isolux Corsán que construye la línea 4 del Metro de la mayor ciudad brasileña, por el supuesto retraso de las obras, mientras que la empresa aseguró que cumple sus compromisos.

“Nosotros ya comunicamos al Banco Mundial -que financia las obras- para llevar a cabo la rescisión contractual y todas las multas se aplicarán”, reveló Alckmin, después de anunciar la gratuidad del pasaje en el subterráneo y trenes metropolitanos de la red pública para los estudiantes.

No obstante, el gobernador dejó abierta la posibilidad a la empresa para que reanude las obras antes de finalizar el mes y así evitar la rescisión del contrato.

“Vamos a exigir las garantías (para la rescisión) y ahí, ciertamente, volver a licitar la obra. O (el grupo) retoma (las obras) en los próximos días o no hay cómo mantenerse más. La empresa no tiene equipos y no tiene insumos”, afirmó.

El Gobierno regional, encargado del transporte en el subterráneo y trenes metropolitanos en la capital regional, suscribió un contrato con Isolux Corsán para la conclusión de la línea 4 del Metro, conocida como “amarilla”.

En el mismo acto, el secretario de Transportes Metropolitanos, Clodoaldo Pelissioni indicó que la multa prevista es del 30 % del valor del contrato y aunque manifestó que prefería que el grupo vencedor de la licitación retome las obras, admitió que esa posibilidad es difícil.

“Estamos con todo el diálogo posible con la empresa para retomar la obra, pero creemos que no va a ser posible”, apuntó Pelissioni, quien confirmó que la próxima semana celebrará una reunión con representantes de Isolux Corsán.

El contrato se firmó en 2012 después de que las empresas que iniciaron la construcción de la línea se retiraran del proyecto, y prevé la conclusión de las estaciones Higienópolis-Mackenzie, Oscar Freire, Sao Paulo-Morumbí y Vila Sonia, esta última en fase inicial de obras.

Las dos primeras tenían que haber sido terminadas este año, pero Alckmin adelantó que su inauguración y puesta en marcha será sólo en 2016.

Alckmin reclamó que para la entrega de la estación Fradique Coutinho, en noviembre pasado, “tuvimos que presionar durante 24 horas”.

La línea 4, la única entre el centro y el oeste de la ciudad, transporta actualmente 690.000 de los 3,8 millones de pasajeros que diariamente usan el subterráneo de la ciudad.

En caso de rescindir el contrato, el Gobierno de Sao Paulo prevé llamar a los otros consorcios que licitaron para ver si asumen las obras con el mismo costo inicial de sus ofertas o si se abre un nuevo proceso de contratación.

A través de un comunicado de su Asesoría de Prensa, Isolux Corsán dijo que actúa en Brasil desde hace diez años y que “no dejó de cumplir ninguno de los contratos que asumió”, como por ejemplo la línea de transmisión eléctrica de Tucuruí, de más de 3.000 kilómetros entre las capitales Manaus y Macapá, en plena selva amazónica.

El grupo añadió que a partir de su “capacidad de ejecución, responsabilidad profesional y solidez financiera”, además del “espíritu de encontrar la solución más adecuada”, sólo se pronunciará después de la reunión que mantendrá la próxima semana con el secretario de Transportes Metropolitanos, Clodoaldo Pelissioni.

Antes, en un comunicado, Isolux Corsán había subrayado los “grandes esfuerzos para reajustar el flujo de pagos del proyecto de construcción de la línea 4 del Metro, en virtud del desequilibrio económico financiero de esa obra”.

Esa situación que fue generada, según la empresa, por “atrasos en la entrega y definición de los proyectos ejecutivos, por parte del Metro” y la “morosidad” en la “aprobación de nuevos servicios”, cuya responsabilidad es ajena al consorcio.

El Metro, por su parte, alegó en un comunicado que el grupo español “recibió todos los proyectos ejecutivos necesarios al proceso regular de las obras” y advirtió que en caso de no ser retomadas la obras a finales de febrero el contrato “podrá ser rescindido”.

Según el Metro, la empresa presionó al consorcio con los procesos administrativos internos debido a “la reducción del número de trabajadores y del ritmo de las obras” y constató que el valor del contrato suscrito en 2012 fue por un valor de 559 millones de reales (unos 195 millones de dólares).

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