Soria admite que puede haber relación entre el depósito de gas y los seísmos

El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha admitido que, según el Colegio Nacional de Geólogos y el Instituto Geográfico y Minero, hay una “relación directa” entre la inyección de gas en el almacenamiento subterráneo de Castor, frente a las costas de Castellón, y los “microseísmos” en la zona.

“El almacenamiento podría estar en el origen de los seísmos pero todavía no tenemos constancia científica de ello. Serán los expertos lo que tendrán que determinarlo”, ha afirmado Soria en declaraciones a Onda Cero.

El ministro ha recordado que el pasado jueves, después de que se registrara un seísmo de magnitud 3,6 grados de intensidad en la escala Richter, el Ministerio de Industria dictó una resolución para parar “todo tipo de actividad adicional” en Castor “hasta que no se sepa exactamente lo que está pasando”.

Técnicos del Ministerio de Industria están recabando información para tratar de determinar si el aumento de la actividad sísmica en el Golfo de Valencia, en el entorno del almacenamiento de Castor, podría estar relacionada con la inyección de gas en dicha infraestructura.

El proyecto Castor, con una inversión de 1.200 millones de euros, trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema durante 50 días, pero, al parecer, la inyección de gas ha provocado desde el pasado 13 de septiembre centenares de seísmos, la mayoría de baja intensidad.

El Ministerio de Industria ordenó el pasado 26 de septiembre el cese temporal de la actividad de extracción de gas en la planta para investigar las causas del aumento de la actividad sísmica en la zona. Expertos geólogos han afirmado que los numerosos seísmos registrados en la costa de Castellón y Tarragona se deben a la “sismicidad inducida” por el proyecto Castor, provocada por la inyección de gas en la roca, aunque no hay consenso acerca de sus riesgos y evolución.

Ecologistas en Acción advierte de un posible “efecto dominó”

“El almacenamiento de gas es una cosa muy complicada. Se suele hacer en terrenos de roca porosa, pero el problema es que el suelo no es inmutable. Sufre cambios. Y eso es imposible de controlar. Por eso no se puede hacer este tipo de cosas a ciegas”, resume Rafael Yus, geólogo de Ecologistas en Acción.

El Castor es una antigua explotación petrolífera en la que ya no se realizaban extracciones. No es un agujero gigante ni una cueva, sino una zona de roca especialmente porosa. Allí inyectan gas a alta presión. Esta presión puede ocasionar pequeñas fracturas en la roca. Y los cambios geotérmicos, que modifican la capacidad de compactación del suelo, son capaces de multiplicar el efecto. En ocasiones, esas microfracturas se van propagando hasta causar una grieta mayor. El desplazamiento de las placas es el responsable de los temblores que se han registrado en la zona en los últimos días.

“Los microseísmos pueden parecer inofensivos, pero en este caso en particular se han registrado seísmos de más de cuatro grados en la escala de Richter, que podrían causar daños estructurales”, advierte Yus. Y avisa de un posible “efecto dominó” en el que estos movimientos sumen fuerza -como “un enjambre de seísmos” de hasta activar fallas durmientes. Si esto sucediera, el riesgo de terremoto es muy alto.

“La zona no es especialmente activa en materia sísmica”, reconoce este geólogo. “Pero no conocemos al dedillo todo el subsuelo. No podemos esperar a que una grieta que desconocíamos nos dé una desagradable sorpresa”, concluye.

Ya en el año 2008 Ecologistas en Acción presentó alegaciones para exigir la paralización del Proyecto Castor. Se argumentó entonces que el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto minimizaba los riesgos derivados del mismo, que no se había garantizado la participación ciudadana en el periodo de exposición del proyecto y que se registraba una carencia de seguridad en su ejecución.

Activado el plan de riesgo sísmico

Más de una veintena de seísmos, uno de ellos de 4,1 grados en la escala de Richter, se han registrado desde anoche en el Golfo de Valencia, en el entorno del almacén subterráneo de gas natural Castor, frente a las costas de Vinaròs (Castellón). Según datos del Instituto Geográfico Nacional, desde las once de la noche de ayer se han producido un total de 23 seísmos en esta zona, el último de los cuales ha quedado registrado a las 05.07 de esta mañana.

El más intenso se produjo sobre las once y media de la noche con una magnitud de 4,1 grados, mientras que poco después de las once se había registrado otro terremoto de 3,9 grados. El resto de seísmos han registrado una magnitud de entre 1,8 y 2,9 grados en la escala Richter, según las mismas fuentes.

El movimiento de tierra más intenso desde que comenzaron a registrarse estos terremotos relacionados con el proyecto Castor se produjo en la madrugada del martes con una magnitud de 4,2 grados, y llevó a activar el plan de riesgo sísmico de la Generalitat valenciana.