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Soria destituye a una directiva de Turespaña que criticó una campaña en la que se dilapidaron 4,5 millones

La secretaria de Estado de Turismo y el ministro de Industria, Energía y Turismo.

Antonio M. Vélez

El Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha destituido fulminantemente a la responsable de publicidad del Instituto de Turismo de España (Turespaña), Blanca Pérez-Sauquillo. La decisión llega semanas después de que trascendiera que el organismo eligió la víspera de las pasadas navidades para lanzar una costosa campaña de promoción de la imagen de España como destino turístico en el exterior que, según fuentes de la Administración, fue “un auténtico disparate” a cargo del contribuyente al llevarse a cabo en “los peores días del año”. La campaña costó 4,5 millones de euros.

Fuentes del Ministerio confirman el cese de Pérez-Sauquillo, una decisión “técnica”, dicen. Su sustituto es otro funcionario de la casa, Rafael Chamorro. Pérez-Sauquillo había sido nombrada recientemente subdirectora general de Marketing de Turespaña y estaba entre los técnicos que se habían opuesto a la decisión de lanzar en esas fechas la campaña del organismo, cuya presidencia corresponde a la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego.

Algunas fuentes consideran que, con este cese, la dirección de Turespaña “intenta desviar la atención de la desastrosa gestión de la campaña de publicidad de 2014, en la que se despilfarraron más de cuatro millones de euros concentrando 242 millones de impresiones en dos días” en distintos medios digitales de Reino Unido, Alemania, Francia y Rusia.

Colocación en las oficinas

La “sustitución” de Pérez-Sauquillo (en estos términos se refiere Industria a la decisión) tiene además una consecuencia. De salir adelante el polémico real decreto elaborado por Industria para rebajar los requisitos para poder ser destinado consejero en las oficinas de turismo de España en el exterior, Borrego puede nombrar a una persona más afín en la comisión asesora de destinos que decidirá los nombramientos de los directores de oficina. En esa comisión, la presidencia de Turespaña (la secretaria de Turismo) tendrá derecho a nombrar dos de los cinco vocales.

La polémica campaña publicitaria, susceptible de ser financiada con fondos comunitarios, se adjudicó por el procedimiento restringido a la agencia Aegis por un montante idéntico al importe máximo de licitación: 3.719.004 euros neto sin impuestos y 4.499.995 euros, IVA incluido.

La adjudicación data del 31 de octubre, pero la formalización no se produjo hasta el 16 de diciembre. La campaña se ejecutó en los dos días siguientes, fechas en las que la publicidad turística es “absolutamente inútil, pues los potenciales viajeros, especialmente en Gran Bretaña y Alemania, esperan a las promociones de enero para pensar en sus próximos viajes”, explican los críticos con la campaña. En esas fechas, además, los medios de comunicación (soporte de la campaña) “están inundados de anuncios de compras de Navidad”, según esas fuentes, que atribuyen la tardanza en adjudicarla (el concurso se convocó el 31 de marzo) a la inexistencia de presupuesto para la promoción turística hasta finales de año.

Sin embargo, Industria ha subrayado que fue un “éxito”, tanto por su impacto, “muy superior al planificado”, como por el número de clicks y visionados. “En términos de coste”, resultó “muy rentable en tanto que se han obtenido precios muy ventajosos” y la campaña se planteó “siempre de acuerdo con los expertos y el Consejo Asesor de Turespaña”, aseguran en el Ministerio.

En cuanto al trámite administrativo, “si la tramitación del contrato de medios ha sido extenso se debe al rigor y a la pulcritud con que se ha querido llevar a cabo el proceso”. “Durante el procedimiento de licitación se produjo la circunstancia de la presentación de ofertas susceptibles de ser consideradas en baja temeraria por lo cual se procedió a dar trámite de audiencia a las empresas correspondientes, lo que provocó un retraso en la tramitación”, según Industria.

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