La UE refuerza la solidaridad interna para protegerse ante crisis gasísticas

El Consejo de la Unión Europea, que representa a los países de la UE, y la Eurocámara han cerrado un acuerdo provisional sobre la nueva regulación para prevenir las crisis de suministro gasístico que introduce por primera vez la obligación de que unos Estados asistan a otros en caso de necesidad.

Según informó hoy el Consejo, que precisó que los embajadores de los Veintiocho (Coreper) tendrán que aprobar el acuerdo para que sea definitivo, las nuevas reglas buscan también mejorar la coordinación entre países a través de un enfoque regional, así como la transparencia sobre los contratos de suministro.

“Esta legislación será una contribución importante a nuestra seguridad energética. Reducirá nuestra dependencia de otros para nuestros suministros energéticos y nos permitirá lidiar más rápida y eficazmente con las crisis de suministro”, dijo en un comunicado el ministro maltés Konrad Mizzi, cuyo país preside la Unión este semestre.

La nueva regulación introduce los principios de “seguridad energética, solidaridad y confianza” entre los Estados miembros de la UE, que defiende la Comisión Europea (CE) en su estrategia sobre la “unión energética” de los Veintiocho.

“Los Estados miembros tendrán que ayudar a sus vecinos en caso de crisis grave, de forma que los hogares europeos no se queden en el frío”, celebró la Comisión Europea (CE) en un comunicado.

En concreto, la nueva regulación fomenta la cooperación y coordinación regional de forma que los distintos países y territorios desarrollen conjuntamente planes preventivos de emergencia obligatoria y escenarios de “casos extremos”.

Además, refuerza la vigilancia de las especificaciones de los contratos de abastecimiento gasístico para los países de la UE y concede al Ejecutivo comunitario poderes para coordinar la aplicación de su marco legal.

Introduce en la legislación comunitaria el concepto de “corredores de suministro de emergencia” en las simulaciones que preparará el organismo encargado de impulsar un mercado gasístico único en la UE, la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte (Entso-e).

Es decir, que los Estados podrán recurrir a sus socios europeos para aprovisionarse en caso de emergencia y como “último recurso”, a cambio de una “compensación adecuada”.

“El Estado miembro que exija solidaridad podrá buscar la oferta más ventajosa si hay varios Estados miembros dispuestos a abastecerle”, precisó el Consejo.

El acuerdo también contempla que los países de la UE refuercen el intercambio de información en materia gasística, y que las compañías de gas natural notifiquen sus contratos a largo plazo.

Si el regulador europeo alberga “dudas sobre el impacto” de un contrato en la seguridad energética del Estado miembro que lo suscribe y en su región, se lo notificará a la Comisión Europea, que podrá solicitar a la empresa que le facilite los detalles del contrato.

“Colocará a la UE en una mejor posición para prepararse y gestionar escasez en caso de crisis”, agregó el Ejecutivo comunitario, que subrayó que será la primera vez que se aplique “el principio de solidaridad” en materia gasística entre los países y regiones de la Unión.

El comisario de Energía y Acción Climática, el español Arias Cañete, declaró en un comunicado que el acuerdo supone “otro gran paso adelante” en la estrategia energética de la UE a través de una legislación que permitirá “una prevención (gasística) mejor y más coordinada”.