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Desmontando las excusas del Gobierno para no haber hecho los deberes con los presupuestos

Moscovici y Guindos se saludan antes de discutir sobre el Presupuesto español

Belén Carreño

Pocas veces unas cuentas públicas generan tanta expectación por el circo político montado a su alrededor como los presupuestos para 2016. Presentadas antes de tiempo, han protagonizado una rocambolesca historia de desencuentros con la Comisión Europea que ha culminado con una opinión en contra de Bruselas y varias excusas oficiales por parte del Ejecutivo español. Estas son algunas aclaraciones necesarias para no dejarse arrastrar por las confusiones del Ejecutivo.

¿Es un socialista el responsable de la mala opinión de Bruselas sobre las cuentas españolas?

El comisario Pierre Moscovici, socialista y francés, es responsable del área de Asuntos Económicos encargada de redactar el informe con la valoración del borrador de Presupuestos. Pero son los funcionarios de la Dirección General de Ecfin (Asuntos Económicos y Financieros), en concreto la unidad F4 que se ocupa de España y Croacia, los que realizan el seguimiento, hacen las previsiones y validan los datos presentados por el borrador. La influencia de Moscovici sobre los hombres de negro debería ser limitada si se quiere creer en la tecnocracia y fiabilidad de la Comisión Europea. Los técnicos que desempeñan este trabajo son en su mayor parte funcionarios de carrera y estaban antes de Moscovici y seguirán cuando este se vaya. Algunos son responsables de demoledores informes contra el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, y también de aplausos a la política de austeridad de Mariano Rajoy.

En cualquier caso, y si esto no fuera suficiente, la opinión que sale de la Dirección General tiene aún muchos procedimientos de validación. En la actual estructura de la Comisión Europea, por encima de Moscovici está el vicepresidente Valdis Dombrovskis, letón y de 'derechas'.

La recomendación que elabora la cartera de Moscovici se vota por todo el Colegio de Comisarios para evitar, precisamente, posibles injerencias de un solo comisario. Además, se debate con todos los ministros de diferentes países en el Eurogrupo, el foro donde surgió el último encontronazo ya que Alemania quería una posición más agradecida a los esfuerzos de España con la austeridad.

¿La Comisión no se fía de los Presupuestos por los ayuntamientos y comunidades 'del cambio'?

Bruselas refleja en varias ocaciones en el texto que ha aprobado que los presupuestos que ha presentado España están incompletos porque no incluyen las previsiones de ayuntamientos y comunidades autónomas y no están seguros del compromiso de estas últimas a la hora de implementar los ajustes presupuestarios exigidos por Madrid. Ahora bien, la falta de esta información no es culpa, en primer lugar, de corporaciones locales ni de regiones sino de la precipitación con la que el Ejecutivo ha intentado aprobar las cuentas para sacarse los presupuestos de encima antes de las generales.

El 13 de junio se constituyeron la mayor parte de los ayuntamientos pero las negociaciones para formar gobierno en algunas comunidades autónomas de dilataron aún más. La investidura de Javier Fernández para el Gobierno del Principado de Asturias se logró el 21 de julio. El Ejecutivo aprobó el borrador de las cuentas el 31 de julio y para muchos organismos, especialmente para los que entraron nuevos en las instituciones por el cambio de Gobierno, fue imposible elaborar unas previsiones o adaptar los presupuestos.

En cualquier caso, los diferentes organismos autónomos han preparado en tiempo y forma sus cuentas que, como es acostumbrado, se han empezado a tramitar durante el otoño. El cumplir el calendario impuesto por Hacienda era muy difícil y probablemente poco deseable, ya que era casi imposible conocer el estado de las cuentas públicas en primavera.

¿Se equivoca siempre Bruselas y España termina cumpliendo el déficit?

En esto de las previsiones económicas, las equivocacione están muy repartidas. Desde el inicio de la crisis se han escrito y reescrito objetivos y promesas sobre déficit y crecimiento que con el retrovisor han quedado en agua de borrajas. En 2012 fue casi imposible acertar con el déficit porque el rescate a la banca (el que ahora Rajoy no recuerda haber pedido) disparó el agujero de las cuentas hasta el equivalente al 10,3% del PIB. En 2013, el Ejecutivo aseguró que el déficit se había quedado en un 6,62%, ya por encima del límite del 6,5% estipulado por Bruselas. En la revisión final de las estadísticas el dato subió hasta el 6,8%.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró que en 2014 se cumpliría y aún tendría un colchón para lograr el objetivo de déficit marcado por Bruselas. En un primer momento, España remitió una cifra de déficit casi tres décimas por debajo de lo exigido por los hombres de negro (en un 5,5%). Sin embargo, como la Comisión advierte en este último informe, el Instituto Nacional de Estadística ha remitido una cifra final superior, en el 5,8% lo que, en opinión de la Comisión es un “muy mala base” para arrancar el ejercicio de 2015. Y eso que Montoro contaba con el comodín del cambio estadístico en el que la medición de actividades como la prostitución ensancharían el PIB y diluirían el agujero negro de las cuentas públicas.

El PP no ha cumplido, por lo tanto, el objetivo de déficit comprometido en ninguno de los tres años en los que el presupuesto dependió de sus leyes. Pero la Comisión tampoco se ha quedado corta en sus errores. Por ahora, las previsiones en crecimiento económico son las más desacertadas. Cabe recordar que el año pasado esperaba que el crecimiento para 2015 fuera del 1,7%, y ahora cree que será del 3,1%. Con todo, la principal discrepancia es en el crecimiento para 2016, donde la Comisión censura que España se ha pasado de optimista por no descontar riesgos a la baja como el frenazo de la economía mundial.

El siguiente Gobierno no tendrá que hacer nada

Es imposible saber qué hará el próximo Ejecutivo ya que es muy difícil aventurar cuál será el color político que predomine en el Gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre. Bruselas le pide a Hacienda que le remita correcciones a sus apreciaciones (exactamente igual que hizo en años anteriores) pero por calendario sabe que es imposible ya que las Cortes se disolverán la próxima semana. Así las cosas, le pide al próximo Gobierno que salga de las urnas que le mande las alegaciones a la opinión.

Esta contestación puede ser, en realidad, la que el próximo Ejecutivo desee. El PSOE ya ha dicho que va a enmendar casi por completo las cuentas pero no está claro si lo hará para estrechar los 7.000 millones de euros que a Bruselas le faltan para cumplir el objetivo el próximo año. Ciudadanos sí se ha inclinado a ajustar las cuentas para cumplir con el criterio estipulado por los hombres de negro y el PP simplemente cree que todo se solucionará y se cumplirán las cifras.

Pero el próximo Gobierno puede tratar de renegociar una mora para el objetivo de déficit de 2016. Rajoy ya consiguió alargar los plazos cuando llegó al poder y podría hacerlo un nuevo gobierno. Las sospechas sobre el rescate a España y la banca ya están disipadas (básicamente porque se han materializado), y podría haber margen para ralentizar la senda del déficit que cargaba las tintas especialmente sobre el ejercicio de 2016.

En cualquier caso, España tiene un problema (grave) de ingresos y un Ejecutivo de otro color deberá buscar los recursos de debajo de las piedras para conseguirlos. Puede acabar en revertir las bajadas de impuestos o en acabar con la política de bonificaciones y subvenciones a determinadas actividades.

NOTA: En una primera versión de este artículo se dijo que por encima del Comisario Moscovici estaba el vicepresidente Jyrki Katainen pero es el letón Valdis Dombrovskis.

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