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El sector biotecnológico reclama más financiación pública ante el parón de su crecimiento

El sector biotecnológico mantiene su peso en la en la economía española en 2018.

Iván Fernández

El peso del sector biotecnológico en la economía española se mantiene en el 0,7% del PIB en 2018, según el estudio publicado este miércoles por la Asociación Española de Biotecnología (ASEBIO). La valoración del entorno por parte de las empresas es más positiva que nunca y se refleja en un aumento en el número y en el volumen total de operaciones de ampliaciones de capital privado. Tal es así que se han identificado 30 operaciones por un importe que supera los 98 millones de euros (1% más que en 2017). Comparando estos datos con los años anteriores, estamos ante el tercer año consecutivo de crecimiento de la inversión en la industria biotecnológica. 

“Estamos ante un punto de inflexión donde se van a dar innovaciones que cambiaran el paradigma actual. Hay algunas cosas que suenan a locura, pero ya se están desarrollando”, explica Jordí Martí, presidente de Asebio. Según el informe,  la inversión pública a través del CDTI a los proyectos empresariales “prácticamente mantiene el presupuesto de años anteriores”, ya que en 2018 fue de 29,2 millones frente a los 29,1 millones de 2017. Sin embargo, desde la patronal reclaman un marco de financiación estable que garantice el crecimiento de un sector con un “importante impacto en el bienestar de millones de personas y que ayuda a resolver algunos de los mayores desafíos sociales y generacionales”.

“Nadie se cree que se vaya a llegar al 2% de inversión en I+D+i”, comenta Jordí Martí, presidente de Asebio. España, con un gasto público en innovación entorno al 1,20%, está lejos de la media europea (2%) y de países como Alemania o Dinamarca que la sitúan por encima del 3%. Para paliar esta situación, desde la patronal creen necesario un pacto social que incentive un cambio en el modelo productivo del país. “Los inversores buscan una rentabilidad a corto plazo y este sector está marcado por el largoplazismo”, declara Martí. Ante esta situación la financiación por parte del Estado se antoja vital, aunque “con los políticos actuales que miran en las consecuencias inmediatas es complicado. En este sector hay que tener paciencia”.

Mucho talento pero poca financiación

Según el informe de Asebio, las empresas de biotecnología alcanzaron en 2018 el mayor grado de satisfacción con el entorno de la serie histórica (3,6), consolidando una tendencia positiva que empezó en 2013. En las fortalezas del sector destaca el nivel formativo de los trabajadores y la cooperación con las universidades y centros tecnológicos. Respecto al año anterior, los aspectos positivos que más mejoran son la disponibilidad de personal cualificado (16% ) y el apoyo de la Administración Pública (13,8%) .

Por otro lado, los factores que más han lastrado a la biotecnología española se mantienen constantes respecto a los años anteriores. Se trata del período de rentabilidad largo, el elevado coste de la innovación, los problemas de financiación y la baja sensibilidad de la Administración Pública hacia el sector. Mientras que el problema que más crece es la falta de bioemprendedores (11%) y el período de rentabilidad a largo (6,6%).

Para Ion Arocena, director general de Asebio, toca apostar por la capacidad innovadora del sector ya que “si se produjera una mejora de los incentivos en nuestro país al I+D+i del sector público, se produciría todavía un mayor efecto incentivador de inversión hacia el sector privado”.

Dos startups españolas compradas por multinacionales

De todas las operaciones corporativas llevadas a cabo en el 2018, hay dos adquisiciones realizadas por multinacionales del sector y que no tienen precedentes en España. Se trata del caso de compra por Takeda de TiGenix por 520 millones de euros y el caso de Stat-Dx por Quiagen por 150 millones de euros. “Son dos startups que nacieron de la nada y han acabado situándose en el plano internacional”, asegura Arocena.

A nivel mundial, España es la novena del mundo en producción de biotecnología con 192 patentes realizadas en 2018, de las cuales el 26% se sitúan entre las más relevantes del sector. Finalmente, al mercado llegaron 86 nuevos productos y servicios en áreas como la medicina personalizada, seguridad alimentaria o bioproductos y biomedicamentos. De las 713 empresas que conforman el sector biotecnológico español, 40 se crearon en el último año, principalmente en el País Vasco y en Cataluña.

Respecto al empleo, las empresas dedicadas a la biotecnología crearon 2.400 nuevos puestos de trabajo en 2018, lo que supone un aumento del 10,6 por ciento frente al 2,9 % del conjunto de la economía española. Las más de las 25.000 personas que trabajan de forma directa junto con los empleos indirectos representan el 0,5% (92.000 personas) del empleo en España. Un sector donde predominan las mujeres con un 57,7% , y si analizamos el personal investigador estas suponen aún un mayor porcentaje, alcanzando el 56,7%. 

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