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La ciudad apadrina al campo

La ciudad apadrina al campo

EFE

Madrid —

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El mundo rural tiende puentes con la gran ciudad y cada vez son más los pequeños productores que ofrecen la posibilidad de apadrinar sus animales, árboles o hasta colmenas, en un doble intento por acercar la naturaleza a los urbanitas y explorar vías de negocio alternativas.

Las nuevas tecnologías y los servicios de mensajería son grandes aliados de estas iniciativas ya que permiten, a cambio de una aportación económica, enviar información y fotografías de lo que se apadrina, así como recibir en casa todo aquello que producen los “ahijados”, como embutidos, miel o castañas.

“Necesitábamos innovar para evitar el abandono de las explotaciones y saltarnos intermediarios, porque los precios que pagan los mayoristas son muy bajos”, asegura a Efe Marcos Prada, un agricultor de la comarca leonesa de El Bierzo que ofrece apadrinar castaños, algunos de ellos centenarios.

“Internet es fundamental para que cada vez nos conozca más gente”, explica, al tiempo que recuerda solo en su comarca hay hasta un millón de castaños que aguardan a que un padrino garantice su supervivencia; ofrecer esa ayuda da derecho a recibir en casa diez kilos de castañas en octubre a cambio de 90 euros anuales.

En la misma línea, Rafael Escudero, un apicultor asturiano, ofrece desde hace dos años la opción de apadrinar una de sus colmenas a los amantes de la miel, que reciben a domicilio productos como miel, polen o jalea real “de primera calidad”.

Por cincuenta euros se apadrina un enjambre y por cien una colmena a la que puedes incluso bautizar, y el balance es satisfactorio al suponer para su empresa de apicultura ecológica algunos ingresos extra. “Además -explica- se crean oportunidades para más gente en el medio rural, muy deprimido actualmente”.

La propuesta del criador salmantino Pablo Ingelmo es similar, solo que con el cerdo ibérico como protagonista: “Unos amigos de Madrid me pidieron poder hacer el seguimiento del animal que iban a sacrificar -explica- y decidimos comenzar el programa de apadrinamiento”.

De eso hace seis meses, y hasta ahora cinco animales ya han sido patrocinados, lo que permite cubrir buena parte de los costes de la crianza; los padrinos, por su parte, pueden visitar al animal y van recibiendo todos los productos de la matanza -jamón, paleta o embutidos- cuando concluye el proceso de cría.

En muchos de estos casos, el apadrinamiento incluye visitas guiadas a las explotaciones agrícolas o ganaderas y condiciones especiales en el alojamiento en las inmediaciones, así como descuentos en el resto de productos de determinadas empresas.

Además de abejas y cerdos, existen iniciativas de apadrinamiento de otros animales como burros -actualmente en peligro de desaparición-, delfines -para promover su cuidado y conservación-, e incluso se puede adoptar una gallina como mascota, lo que permite comer huevos recién puestos casi cada mañana. Por Ibon Uría

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