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El cierre de comercios continúa inexorable sin que la nueva ley de autónomos lo remedie: 4.700 en enero

El comercio vendió el 1,2 % más en 2017 y encadenó cuatro años al alza

Marina Estévez Torreblanca / Raúl Sánchez

El pequeño comercio sigue echando el cierre en España. En enero cayeron 4.697 activos en términos netos en este sector, que se añadieron a los 13.315 del año 2017, según el Ministerio de Empleo. Esta es la diferencia entre aperturas de nuevos negocios y cierres. Si solo se tienen en cuenta los segundos, fueron 50.000 los comercios que tiraron la toalla (solo una mínima parte se debe a jubilaciones, 11.000 para el total de los autónomos de todos los sectores).

El descenso de afiliación de autónomos del comercio está seguido por la hostelería (2.861) y la construcción (1.844).

En el caso del comercio, si se analizan los datos de los últimos años se observa una caída en los primeros meses del año, con un ligero repunte en los centrales y una nueva destrucción al final del ejercicio. En todo caso, la tendencia es a una progresiva decadencia del sector.


Variación mensual de los autónomos afiliados en actividades del comercio

Datos sobre los afiliados en régimen de autónomos a las actividades del comercio

Fuente: Ministerio de Empleo y Seguridad Social

Las ventas del comercio minorista crecieron en 2017 en un 1,2% respecto al año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, el pequeño comercio se elevó un exiguo 0,2%. En diciembre, mes en el que habitualmente se animan las ventas por la campaña de Navidad, la caída fue del 1,6%.

Para el secretario general de UPTA, y también comerciante, Eduardo Abad, “los datos no son malos, son malísimos”. Entre otros culpables, apunta al comercio electrónico (Amazon o Alibaba), que “está rompiendo el tejido comercial del país a una velocidad tremenda sin que seamos capaces de adaptarnos a la nueva situación de 'dumping' empresarial”. Las ventas con ningún margen de beneficio aparente, como denuncia Abad, no ha impedido que los dueños de estos gigantes del e-commerce se coloquen en las listas de las personas más ricas del planeta

Entre las soluciones que apunta, el fomento de la I+D+i para obtener mayores rendimientos en los establecimientos, y la promoción de las compras conjuntas entre comercios, para poder competir en precios.

Datos decepcionantes

En general, los datos para el trabajo autónomo en el primer mes del año han resultado decepcionantes. Las asociaciones esperaban un repunte de las afiliaciones gracias a la entrada en vigor de la nueva Ley del Trabajo Autónomo. Por el momento, si va a producirse una mejora, sus efectos se hacen esperar. Han sido 10.785 trabajadores autónomos menos en un mes (0,34%), aunque 16.461 más que hace un año (0,52%). 

“Las expectativas creadas sobre la entrada en vigor de la ampliación de la tarifa plana chocan con la triste realidad de la continua bajada del número de autónomos durante éstos últimos meses”, asegura la asociación UPTA.

Por su parte, la asociación ATA prefiere ver el vaso medio lleno. Su presidente, Lorenzo Amor, destaca que a pesar del resultado negativo “se trata del mejor registro en la última década” para un mes de enero. “La tarifa plana ha disparado las altas de nuevos autónomos (19.000 más que enero de 2017) pero también en este mes se han incrementado notablemente las bajas, lo que se traduce en un resultado neto negativo”. En lo que se refiere al comercio, sí admiten una “sangría”.

La tarifa plana es la “medida estrella” de la nueva Ley del Trabajo autónomo. Se trata de una ampliación a 24 meses de la tarifa de 50 euros para nuevos autónomos. Los seis siguientes la reducción es del 50% de cuota (137,97 euros) y hay otros seis adicionales con una reducción del 30% (cuota de 192,79 euros). 

Para María José Landaburu, secretaria general de la unión de autónomos UATAE, si bien enero suele ser un mal mes para las altas, su número está muy por debajo “de lo que una Ley de Medidas Urgentes para autónomos debería haber impulsado”. A su juicio, las medidas de esta ley (que también contempla, por ejemplo, nuevas deducciones) son de corto alcance. “Evidentemente damos la bienvenida a sus avances, por muy pequeños que sean, pero la consideramos insuficiente”.

Entre las políticas que reclama Landáburu, una cotización por ingresos reales y unas prestaciones sociales dignas, “ya que cobramos 500 euros de media por nuestra jubilación y la prestación por cese de empleo solo la cobra el 1% gracias al laberinto administrativo que supone”.

Además, “no existe una baja laboral efectiva, y si tenemos un accidente o enfermedad, nos vemos obligados a actuar como súper héroes”, destaca. En muchas ocasiones, los empresarios y trabajadores autónomos se ven obligados a contratar seguros privados para tener una cobertura en caso de baja. 

Según Landáburu, a este factor de desprotección se suma que durante muchos años la consigna del emprendimiento no ha estado sustentada por políticas sólidas de empleo para que las nuevas altas mantuvieran su actividad. “La incorporación de la tarifa plana ha sido como decir 'cómprate este boleto de lotería de 50 euros y, si tienes suerte, consigues un trabajo”, afirma. Una estrategia que generalmente ha servido para que los parados de larga duración hicieran descender unas negativas cifras del paro y se dieran de alta como autónomos.

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