Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

La confianza del consumidor alemán para julio cae de nuevo a mínimo histórico

La confianza del consumidor alemán para julio cae de nuevo a mínimo histórico
Berlín —

0

Berlín, 28 jun (EFE).- La confianza del consumidor continúa su caída en Alemania y los pronósticos para julio, tras el breve respiro del mes anterior, marcan un nuevo mínimo histórico por la guerra en Ucrania y la subida de la inflación, según un comunicado difundido hoy por la Sociedad para la Investigación del Consumo (GfK).

Así, la consultora pronostica para su indicador -elaborado entre el 2 y el 13 de junio a partir de la opinión de cerca de 2.000 encuestados y que mide la confianza de los consumidores- una bajada de 1,2 puntos, de los 26,2 negativos de junio a los 27,4 negativos para julio.

Desde el comienzo de la serie histórica para el conjunto de Alemania en 1991 no se había medido un valor inferior al actual.

Tanto las expectativas económicas y de ingresos como la propensión a la compra tienen que encajar pérdidas.

“La guerra en curso en Ucrania, así como las interrupciones en las cadenas de suministro, hacen que sobre todo los precios de la energía y de los alimentos se disparen y como consecuencia el clima de consumo es más sombrío que nunca”, explica Rolf Bürkl, experto en consumo de GfK.

Agrega que “sobre todo el aumento del coste de la vida, actualmente casi del 8 %, pesa mucho en el ánimo de los consumidores, que cae en picado”.

Para un cambio de rumbo sostenible en el clima de consumo es decisivo sobre todo, además del fin de la guerra de Ucrania, que las altas tasas de inflación vuelvan a reducirse.

Esto depende principalmente del Banco Central Europeo (BCE) y de que acompañe el proceso con una política monetaria adecuada.

No obstante, estas medidas deben ser bien sopesadas para no llevar a la recesión por una política monetaria demasiado restrictiva a la ya de por sí trastocada economía alemana, señala la consultora.

Los consumidores siguen viendo un riesgo importante de que la economía alemana entre en recesión; tras una breve recuperación en mayo, las perspectivas económicas han vuelto a caer este mes y el indicador correspondiente perdió 2,4 puntos hasta los 11,7 negativos, lo que se traduce en 70 puntos menos que en el mismo periodo del año pasado.

Los problemas de las cadenas de suministro y la guerra de Ucrania obstaculizan actualmente la producción en Alemania, a lo que se suma la amenaza de que la elevada inflación haga desaparecer el consumo privado como importante pilar para el crecimiento económico.

En tanto, las expectativas de ingresos continúan su fuerte descenso, de manera que el aumento registrado el mes anterior resultó ser sólo un breve respiro.

El correspondiente indicador pierde 9,8 puntos hasta los 33,5 negativos, el valor más bajo en casi viente años -cuando en diciembre de 2002 se midieron 35,5 negativos- y 68 puntos menos que hace un año.

Las tasas de inflación de casi el 8 % no sólo afectan al ánimo del consumidor, sino que hacen que el poder adquisitivo de los hogares se desvanezca.

En consecuencia, los medios económicos ahorrados en los dos últimos dos años durante los dos cierres parciales de la vida pública para contener la pandemia del coronavirus probablemente no se traducirán en compras y adquisiciones en la medida esperada, lo que repercutirá en los próximos meses en la economía alemana.

Ante el descenso de las expectativas económicas y de ingresos, la propensión a comprar también se ha resentido y el correspondiente indicador perdió 2,6 puntos, hasta los 13,7 negativos.

La última vez que se midió un valor inferior -20,1 puntos negativos- fue durante la crisis económica y financiera en octubre de 2008.

La disminución del poder adquisitivo como consecuencia de la inflación se hace sentir cada vez más también en la propensión al consumo: si los hogares tienen que pagar mucho más por la energía y los alimentos, habrá en consecuencia menos recursos disponibles, especialmente para compras más grandes.

Etiquetas
stats