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España y otros 14 países reclaman acelerar el debate sobre el tope al precio del gas en la UE

La vicepresidenta Teresa Ribera y la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, el 9 de septiembre de 2022 en Bruselas.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Doce países emplazan a la Comisión Europea a presentar ya una propuesta para poner un tope al precio del gas. Este viernes hay en Bruselas una reunión extraordinaria de los ministros de Energía de la UE, y España y otros 11 países empiezan a tener dudas de que el Ejecutivo comunitario llegue a tiempo con un plan para limitar el precio del gas, que se está retrasando.

Los ministros de Energía de la UE pidieron a la Comisión Europea el 9 de septiembre a UE limitar los beneficios de las eléctricas, poner un tope al precio del gas, reducir el consumo de luz y ayudar a hogares y empresas. Bruselas presentó el 14 de septiembre su propuesta para limitar los beneficios de las empresas y reducir el consumo de luz, pero aún no ha presentado nada relativo al precio del gas y a otro asunto que preocupaba a los ministros: aportar liquidez a los mercados energéticos de futuros.

Josef Sikela, ministro de Energía checo, país que ejerce la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, explicó: “Ahora sabemos la vía que queremos adoptar: el nivel de precios de la energía y electricidad en la actualidad genera inflación y perjudica la economía europea, debilitando la competitividad y genera tensión social. Hay cuatro ámbitos que los Estados miembros esperan que la Comisión Europea presente medidas legislativas en los próximos días. Los cuatro ámbitos son: limitar los ingresos de los productores de electricidad con bajos costes de producción, con inversión solidaria de empresas de combustibles fósiles; esperamos que la Comisión introduzca una intervención urgente para limitar el precio del gas; también medidas para una coordinada reducción de la demanda de electricidad. Los ministros han pedido medidas también que ayuden a resolver el problema de la liquidez [ayudas de Estado] en los mercados de futuro”.

Pues bien, cuando quedan escasos días, Bélgica ha puesto en marcha una iniciativa, a modo de carta dirigida a la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, para emplazar a la Comisión Europea.

“La crisis energética que comenzó el otoño pasado ha empeorado con el tiempo y ahora está provocando presiones inflacionarias insostenibles que están afectando duramente a nuestros hogares y nuestras empresas”, arranca la carta, a la que ha tenido acceso elDiario.es y que está pendiente de ser enviada al Ejecutivo comunitario: “Reconocemos los esfuerzos realizados por la Comisión y las medidas que ha planteado para enfrentar la crisis. Pero todavía tenemos que abordar el problema más grave de todos: el precio mayorista del gas natural. El tope de precios que ha sido solicitado desde el principio por un número cada vez mayor de Estados miembros es la única medida que ayudará a mitigar la presión inflacionaria, gestionar las expectativas y proporcionar un marco en caso de posibles interrupciones del suministro, y limitar la beneficios extra en el sector”.

Según los firmantes de la carta, España, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, “el tope debe aplicarse a todas las transacciones de gas natural al por mayor [incluido el gas natural licuado], y no limitarse a la importación desde jurisdicciones específicas [Rusia]. Puede diseñarse de manera que garantice la seguridad del suministro y el libre flujo de gas dentro de Europa, al mismo tiempo que logra nuestro objetivo común de reducir la demanda de gas. Este tope es la prioridad y puede complementarse con propuestas para fortalecer la supervisión financiera del mercado del gas y desarrollar puntos de referencia alternativos para la fijación de precios del gas en Europa”.

En consecuencia, los ministros firmantes piden a la Comisión que “presente una propuesta en este sentido para ser discutida en el Consejo de Energía extraordinario del 30 de septiembre, que vaya seguida de una propuesta legislativa lo antes posible”.

Las propuestas, hasta ahora, de Bruselas

Bruselas ha aprobado su propuesta para intervenir de urgencia en el mercado energético y eléctrico. Aunque aún pide más tiempo para definir los topes al precio del gas y aportar liquidez a los mercados financieros de futuros, este miércoles ha presentado en la sede del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, cómo quiere recaudar hasta 142.000 millones con los topes a los súper beneficios de las industrias inframarginales –como las renovables– y de las industrias de combustibles fósiles.

“En los tiempos en los que vivimos no puede ser que algunos obtengan unos beneficios extraordinarios y sin precedentes gracias a la guerra y a costa de los consumidores. En estos momentos, los beneficios deben compartirse y canalizarse hacia quienes más los necesitan”, ha afirmado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ante el pleno del Parlamento Europeo durante el debate del estado de la Unión, en Estrasburgo.

La propuesta del reglamento sobre una herramienta de emergencia eléctrica y una contribución del sector fósil se basa en el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, lo cual regatea el paso por el Parlamento Europeo. Como tal, la propuesta requiere el voto de una mayoría cualificada en el Consejo –los Gobiernos– para ser aprobada, y su adopción dependerá de los procedimientos internos del Consejo, que se reúne de forma extraordinaria el 30 de septiembre en formato de ministros de energía.

“Las medidas propuestas tienen carácter extraordinario y, por lo tanto, deben tener una duración limitada”, dice la Comisión Europea: “La herramienta de emergencia eléctrica debe aplicarse a más tardar el 1 de diciembre de 2022 y hasta el 31 de marzo de 2023. La Comisión Europea se ha comprometido a llevar a cabo una revisión de la herramienta de emergencia eléctrica antes del 28 de febrero de 2023, teniendo en cuenta la situación del suministro eléctrico y los precios de la electricidad en toda la UE , y presentar un informe sobre las principales conclusiones de ese examen al Consejo”.

Las llamadas aportaciones solidarias del sector fósil, es decir, la tasa sobre los beneficios extraordinarios, “se aplicarán durante un año desde su entrada en vigor. La Comisión llevará a cabo una revisión antes del 15 de octubre de 2023, en vista de la situación general del sector de los combustibles fósiles y los beneficios excedentes generados, y presentará un informe sobre las principales conclusiones de esa revisión al Consejo”.

Margen de maniobra

Bruselas deja margen de maniobra para que los países apliquen parte de sus propuestas, pero los Gobiernos quieren aún más. Según los borradores vistos por EURACTIV, se incluye permitir que los países “establezcan un límite específico” en los ingresos del carbón, establecer un límite de ingresos más alto para los productores con costes de inversión y operación “más altos que el límite de toda la Unión” y eximir la producción de energía utilizada en horas punta como “proveedor de último recurso”.

Junto con estos cambios, más de 15 países todavía están “buscando más espacio dentro de diferentes partes de las tres propuestas para acomodar las medidas nacionales que ya existen”, según una fuente diplomática.

La propuesta de la Comisión incluso destacó los peligros de tener “límites no coordinados” que “pueden generar distorsiones significativas entre los generadores de la Unión, ya que los generadores compiten en toda la UE en un mercado de electricidad acoplado”.

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