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El repunte del consumo dispara la expansión de empresas de bajo coste en España

Pasajeros en un vuelo de Ryanair.

Antonio M. Vélez

Al calor de la incipiente recuperación, las multinacionales centradas en el bajo coste han puesto en su punto de mira a España donde los exiguos sueldos propiciarán que se desarrolle este tipo de consumo. Empresas como Primark, Costco, Burger King o Ryanair han decidido redoblar su apuesta por el país y ampliarán en los próximos meses sus puntos de venta con la consecuente avalancha de empleo: más de 4.000 puestos de trabajo. Una buena noticia con una cara B: la de la calidad de estos trabajos.

Los anuncios se suceden. Esta semana, el gigante de la comida rápida Burger King cifraba en más de 50 nuevos restaurantes su previsión de aperturas para el próximo año en España, su tercer mercado a escala global, tras Estados Unidos y Alemania. Supondrá la creación de unos 1.000 empleos (entre 20 y 30 empleados por tienda) para la cadena, que este año celebra su cuarenta aniversario en España, donde explota más de 200 establecimientos en régimen de franquicia.

Para las próximas semanas se espera la inauguración del primer centro de la compañía de distribución estadounidense Costco en la Comunidad de Madrid. Ubicado en Getafe, incluirá la primera gasolinera del grupo en España (también basada en el low cost) y supondrá la creación de unos 520 empleos. Con su particular modelo (un club en el que hay que pagar una cuota anual para poder comprar en sus establecimientos, que suelen ofrecer precios muy ajustados), el grupo, que el año pasado estrenó en Sevilla su primera tienda en España, quiere crecer en otras regiones, entre otras Madrid. Uno de sus posibles objetivos a corto plazo es la localidad de Las Rozas (supondría 250 empleos más), pero la compañía, segunda de su sector en Estados Unidos tras Wal-Mart, todavía no lo ha confirmado oficialmente.

En algo más de un mes, el 25 de octubre, está prevista la inauguración de la mayor tienda en España de la irlandesa Primark, ubicada en la Gran Vía Madrileña y que en principio supondrá la contratación de 600 personas, aunque fuentes internas aseguran que el total de nuevos empleos, entre personal de tienda, administración y subcontratas, se acercará más al millar. El grupo irlandés (pertenece a Associated British Foods, también propietario de la antigua Azucarera Española) ha protagonizado un fuerte crecimiento en España, que ya es uno de sus principales mercados, desde la apertura de su primer centro en Madrid en 2006.

En el sector de gran consumo también encaja Uniqlo, perteneciente al grupo nipón Fast Retailing (considerado el Zara japonés), que abrirá en Barcelona el próximo año su primera tienda en España y sondea ubicaciones en Madrid; fuera del segmento de bajo coste, la británica Marks & Spencer anunció el año pasado que se plantea volver a España, mercado que abandonó en 2011, mientras que la estadounidense GAP ha inaugurado este mes en Madrid su sexta tienda en España, ubicada, como el resto, en un centro de El Corte Inglés.

En el sector de la distribución, el gigante del comercio electrónico, Amazon, en el centro de la diana por sus prácticas laborales en Estados Unidos y Alemania, ha anunciado la creación de otros 1.000 empleos en España en los próximos dos años con la ampliación de su almacén de San Fernando de Henares (Madrid), cuya capacidad prevé duplicar. La cadena alemana de bricolaje Bauhaus ultima la apertura de su primer centro en Madrid, que generará 200 empleos y estará ubicado en Alcorcón. Se sumará a los que ya tiene en Barcelona, Gavà, Girona, Mallorca, Málaga, Tarragona, Valencia y Zaragoza. También en Alcorcón, Ikea prevé abrir el año que viene una nueva tienda que sustituirá a la que ya tiene en esta localidad madrileña. Su superficie prácticamente duplicará la de la actual.

Un negocio tradicional en el segmento del bajo coste es el de las aerolíneas, que también han protagonizado recientes anuncios de creación de empleo en España al calor del buen comportamiento del turismo. Con el tráfico de pasajeros de batiendo un nuevo récord en agosto y estas aerolíneas creciendo a tasas de dos dígitos (24,4 millones de pasajeros en agosto, un 9,8% más que un año antes, según datos publicados esta semana por el Ministerio de Industria), destacan dos de sus compañías más emblemáticas, Ryanair y Easyjet. La primera, que ya es la primera del país por número de operaciones, anunció en marzo que creará 1.200 empleos este año. La segunda prevé contratar a 120 personas para su nueva base en Barcelona.

Traslado a las condiciones

Los anuncios se suceden en paralelo a los datos que confirman la progresiva mejora de la economía. En pleno año electoral, con la demanda interna (hogares, empresas y Administraciones) impulsando el PIB a crecimientos intertrimestrales del 1% (como antes de la crisis), el sector inmobiliario está saliendo del hoyo y el indicador de confianza del consumidor del CIS, en máximos desde su creación en 2004. Con 5 millones de personas engrosando aún las listas del paro (más de 3,7 millones sin ninguna prestación) y la tasa de desempleo todavía por encima del 22%, según la última EPA, la creación de empleo es una buena noticia. Pero, ¿se traslada la apuesta por los productos y servicios de bajo coste de estas empresas a sus condiciones de trabajo?

La respuesta va por barrios. En el caso de Ryanair y Easyjet, y según José Manuel Pérez Grande, secretario federal del sector Aéreo estatal de UGT, no hay duda. “Sus condiciones siempre están por debajo del resto, incluso de otras que están a medio camino como Vueling”; la norma es aplicar los convenios más bajos “si es que los tienen”, y “se nutren en buena parte de contratación eventual”. En ellas “la rotación es bastante alta, incluso teniendo en cuenta que el personal de vuelo requiere formación específica y está sujeto a una regulación muy compleja”.

“En el caso del handling [asistencia en tierra a los aviones], en Ryanair se paga el mínimo del convenio del sector: es un empleo bastante precario y se pagan unos 16.000 brutos anuales a 40 horas”, resume Ximo Sáez, responsable de UGT en el sector aéreo.

Santos Nogales, secretario de Acción Sindical y Negociación Colectiva de la federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo del sindicato, cree que, en el caso del comercio y la restauración, las condiciones varían mucho dependiendo de cada empresa. Si en Burger King se aplica el convenio de hostelería, “que por poner un calificativo se puede encuadrar en lo que llamaríamos normal, en cuanto a la media salarial y de condiciones”, en el caso del comercio, depende de la zona de adscripción, dadas las diferentes normativas en materia de regulación de horarios. Y Madrid, paraíso de la liberalización comercial, no es precisamente de las mejores regiones en comparación con el resto de España. “La contratación es, en su gran mayoría, a tiempo parcial: trabajan las horas que pactan, pero son tan pocas que no dan para sostener una familia y una vida normal”, resume Nogales.

En el caso de Primark, la empresa irlandesa tiene su propio convenio, que fuentes sindicales consideran bastante mejor que el del conjunto del sector textil. “Ellos libran un día, nosotros dos; nos pagan los domingos y las vacaciones, hasta ahora, las hemos disfrutado como hemos querido”. Sin embargo, hay quien advierte que las condiciones en el nuevo centro de Gran Vía van a a ser “a la irlandesa, de ordeno y mando”. Tampoco se puede olvidar que donde realmente se abaratan los precios es en la manufactura de la ropa y en el caso de Primark sus prácticas laborales han sido muy cuestionadas tras el derrumbe del Rana Plaza en Bangladesh.

En cuanto a Costco, es conocida en Estados Unidos por las buenas condiciones laborales que ofrece a sus empleados. En España, se ha adherido a la patronal de la gran distribución, Anged (la misma a la que pertenecen El Corte Inglés, Ikea, Carrefour o Alcampo, entre otras), que en enero de 2013, a rebufo de la reforma laboral de 2012 y con las ventas minoristas en caída libre, aprobó el convenio colectivo actual. Santos Nogales subraya que, si bien en términos de salario este acuerdo laboral “no está mal”, las condiciones no son tan buenas en materia de jornada, festivos y, sobre todo, flexibilidad, “que es total”. El convenio vigente expira en diciembre del año que viene y está previsto que empiece a negociarse un nuevo marco a finales de este año, con el sector en plena recuperación.

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