La justicia brasileña ordena retirar a los indios de una polémica represa amazónica

Un tribunal brasileño ordenó que un grupo de unos 200 indios que ocupa las obras de la polémica represa de Belo Monte, en plena selva amazónica, sea retirado del lugar para que continúen los trabajos, informaron hoy fuentes judiciales.

Los indios, de las etnias Munduruku, Juruna, Kayapó, Xipaya, Kuruaya, Asurini, Parakaná y Arara, ocupan el lugar desde hace una semana para exigir la paralización de las obras al sostener que la presa causará un desastre medioambiental en el río Xingú, en el estado de Pará (norte).

Un tribunal de esa región decidió que la ocupación es “ilegal”, por lo que ordenó a las autoridades policiales que desalojen a los manifestantes.

Según medios locales, el Ministerio Público ya ha empezado a negociar con los indios para que el desalojo se desarrolle de forma pacífica.

Fuentes de la organización no gubernamental Xingú Vivo Para Siempre, que reúne a grupos de indios, ecologistas y movimientos sociales contrarios a la represa, dijeron a Efe que los manifestantes están dispuestos a abandonar el lugar pero no a cesar sus protestas.

La presa será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, por detrás de la Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay, y la china de Tres Gargantas.

Según el proyecto, que es uno de los principales de Brasil en el sector energético, el embalse generará 11.233 megavatios en las épocas de crecida del río Xingú y deberá entrar en actividad en 2015.

Para la construcción de este coloso de cemento en plena Amazonía serán inundados 516 kilómetros cuadrados de selva, lo que, según los opositores al proyecto, obligará a desplazar a unos 50.000 indios y campesinos que habitan en las riberas del Xingú y causará daños “irreparables” en el ecosistema de la zona.