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ENTREVISTA | Jyrki Katainen, vicepresidente de la CE

“Un motivo del paro en España es que hay un gran grupo de personas preparadas para hacer cosas que no son necesarias”

El vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen

Marina Estévez Torreblanca

  • El comisario evita analizar el plan presupuestario enviado por España, pero recuerda que la recomendación es que España acometa en 2019 un ajuste estructural del 0,65% del PIB (el Gobierno ha ofrecido uno del 0,4% del PIB)

El conservador Jyrki Katainen (Siilinjärvi, Finlandia, 1971) es uno de los vicepresidentes de la Comisión Europea y comisario de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad. Este ex primer ministro finlandés participó recientemente en un encuentro en Bruselas con periodistas de países beneficiarios del macroplan de inversiones público-privadas conocido como Plan Juncker.

Responde a través de correo electrónico a las preguntas de eldiario.es sobre este plan y sobre otros temas como el proyecto presupuestario español, en el que no quiere entrar demasiado más allá de recordar el compromiso de ajuste estructural del 0,65% del PIB. Preguntado por la decisión específica de elevar el salario mínimo a 900 euros, explica que el análisis que se hará de esta medida se basará en el pilar social, que afirma que los trabajadores tienen derecho a salarios justos y a un nivel de vida digno, y que son necesarios salarios mínimos adecuados.

También ofrece su impresión sobre los motivos por los que España sufre la segunda peor tasa de paro de la UE, después de Grecia. En su opinión, la razón del alto índice de desempleo no debe buscarse en la especialización de la economía en el turismo, y su consiguiente estacionalidad, sino en la “inadecuación de las capacidades” y en el alto índice de abandono escolar prematuro.

Estamos en pleno proceso de análisis de los proyectos presupuestarios por parte de la Comisión ¿Confían en que el nuevo Gobierno español cumpla sus compromisos de reducción de déficit estructural?, ¿temen un presupuesto demasiado expansivo?

Hemos recibido, efectivamente, el proyecto de presupuestos de España para 2019 dentro del plazo fijado, el 15 de octubre. Según nuestras previsiones económicas, lo estamos evaluando teniendo en cuenta las normas presupuestarias de la UE, acordadas conjuntamente, y las recomendaciones del Consejo a España. Como recordatorio, el Consejo recomendó a España, el pasado mes de julio, que garantizase que la tasa de crecimiento nominal del gasto público primario neto no superase el 0,6% en 2019, lo que corresponde a un ajuste estructural anual del 0,65% del PIB [el Gobierno ha diseñado sus cuentas para un ajuste del 0,4%]. No puedo añadir nada más en esta fase, ya que seguimos evaluando los planes del Gobierno. Emitiremos nuestra opinión sobre el proyecto de plan presupuestario antes de finales de noviembre.

En todo caso, dada la situación de bloqueo político a las iniciativas presupuestarias en España por parte de la oposición, ¿cree que sería mejor para el país tener un nuevo presupuesto o prorrogar el anterior?

Como he dicho, estamos evaluando el proyecto de plan presupuestario presentado por España. No puedo prejuzgar el resultado de esta evaluación.

¿Cree que elevar el salario mínimo interprofesional un 22% hasta 900 euros, como se va a hacer en España, puede ser problemático para la competitividad y el empleo o por el contrario puede estimular la economía?

Para responder a su pregunta, permítame recordar lo que dice el pilar europeo de derechos sociales al respecto. Afirma que los trabajadores tienen derecho a salarios justos y a un nivel de vida digno, y que son necesarios salarios mínimos adecuados, salvaguardando al mismo tiempo el acceso al empleo y los incentivos para buscar trabajo. Creo que todos podemos llegar a un acuerdo sobre este principio básico. No obstante, fijar el nivel exacto del salario mínimo es una cuestión muy compleja que depende en gran medida de la dinámica específica de cada país.

En el contexto del Semestre Europeo, estudiaremos cuidadosamente las condiciones específicas con las que se incrementará el salario mínimo en España, y nos referiremos a un análisis específico. Este análisis se basará, por supuesto, en el pilar social.

¿Cómo han recibido en Europa que España haya incumplido sus previsiones y compromisos de déficit público prácticamente cada uno de los últimos ejercicios?

Como usted sabe, España sigue estando sometida al componente corrector del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y se espera que confirme la adecuada corrección del déficit excesivo este año. Si los datos presupuestarios que han de notificarse la próxima primavera así lo confirman y si nuestras previsiones de primavera de 2019 corroboran que el déficit se mantendrá por debajo del umbral del 3% del PIB también en 2019 y 2020, el procedimiento de déficit excesivo podría derogarse en la primavera de 2019. Esto constituiría un hito importante no solo para España, sino también para la UE en su conjunto.

“No existe dependencia del turismo”

Usted es el vicepresidente de Empleo. España es uno de los países con una tasa de paro más alta de la Unión. ¿Considera que este problema es estructural por el tipo de economía en España, muy dependiente del sector servicios, el turismo y la estacionalidad?

La economía española creó más de 1,5 millones de puestos de trabajo entre 2013 y 2017, y esta tendencia sigue siendo intensa. De hecho, el empleo aumenta con rapidez en todos los sectores y el desempleo se ha reducido considerablemente. Se trata de una señal clara de la mejora del mercado de trabajo. Todas ellas son muy alentadoras, pero es cierto que el desempleo sigue siendo demasiado elevado. Por lo tanto, hay margen para seguir mejorando. No cabe duda de que hay retos estructurales, pero las reformas pasadas y en curso del mercado de trabajo ya están dando sus frutos.

La proporción del sector servicios en la economía española es similar a la de otras economías avanzadas, por lo que no creo que exista dependencia del turismo. En mi opinión, una de las razones de la elevada tasa de desempleo (además de las cicatrices de la crisis), es más bien la inadecuación de las capacidades. Antes de la crisis, el 10% del PIB español dependía de la construcción. Ahora este porcentaje es mucho más pequeño, lo que significa que contamos con un gran grupo de personas que están preparadas para hacer cosas que ya no son necesarias. España también tiene un problema de abandono escolar prematuro, uno de los más altos de la UE, lo que hace que un gran número de jóvenes no posean una cualificación adecuada. Por esta razón, los esfuerzos deben centrarse (y no solo en España) en la formación o en la reorientación de estas personas para hacer frente a las necesidades del mercado laboral de hoy y de mañana.

Al mismo tiempo, resulta crucial contribuir a la transición de la economía española a actividades de mayor valor. Se trata de impulsar la productividad y la innovación. Solo entonces será posible reducir aún más el desempleo. El mensaje global es que España, como todos los demás, necesita seguir invirtiendo en las personas y en la tecnología para hacer frente a los retos del siglo XXI y proporcionar empleo de calidad a sus ciudadanos. Estoy seguro de que se trata de un objetivo compartido por el Gobierno.

España ha sido una de los principales receptores del Plan Juncker. A estas alturas del programa, ¿se puede ya hacer un balance de estas ayudas?

En julio de este año el Fondo superó su objetivo inicial de movilizar 315.000 millones de euros. A fecha de hoy, la financiación del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE) generará más de 344.000 millones de euros en inversiones adicionales en toda Europa, dos tercios de los cuales proceden de recursos privados. Esto quiere decir que el Plan de Inversiones ha tenido realmente éxito a la hora de atraer la inversión privada y esto es positivo porque todos somos conscientes de que la financiación pública por sí sola no puede hacer frente al déficit de inversión actual.

Gracias al FEIE se prevé que 793.000 pequeñas y medianas empresas se beneficien de un mejor acceso a la financiación, que es la savia que alimenta el espíritu empresarial. También se calcula que los acuerdos alcanzados en el marco del FEIE han contribuido a consolidar más de 750.000 puestos de trabajo y esperamos alcanzar la cifra de 1.400.000 puestos de trabajo de aquí a 2020.

España es, claramente, un importante beneficiario del Plan Juncker, con más de 39.000 millones de inversiones adicionales en todo el país, que beneficiarán a más de 100.000 pequeñas y medianas empresas y esto es crucial para la economía española. Esta línea de actuación es la adecuada y hemos de mantenernos en ella.

“Los casos de fraude con fondos de la UE son escasos”

Aparte de este programa, España ha sido receptora neta de ayudas europeas desde que entró en la UE, ¿tienen la sensación de que este flujo de dinero se ha aprovechado correctamente? ¿Están totalmente satisfechos con el resultado? ¿Creen que puede haber habido una parte desviada por problemas de corrupción?

España es, indiscutiblemente, un importante beneficiario de fondos de la UE: el tercero más grande por detrás de Polonia e Italia durante el período 2014 –2020. En los últimos 30 años ha recibido alrededor de 190.000 millones de euros de los Fondos de Cohesión, y ello ha repercutido muy positivamente en el país. Creo que las cifras hablan por sí solas.

Solo en la última década, gracias a las inversiones de la Política de Cohesión, recibieron ayudas unas 73.000 pequeñas y medianas empresas, 2,4 millones de personas tuvieron acceso a la banda ancha y 6,4 millones de personas tuvieron acceso a un mejor suministro de agua potable. Las inversiones actuales de la UE ayudan a España a modernizar su economía, centrándose cada vez más en sectores de alto valor añadido como la investigación, la innovación, las pymes, la transformación digital y la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono.

Para el actual período presupuestario, España ha tenido un buen historial en la ejecución de los programas de fondos de la UE, a pesar de los retrasos iniciales, que se han dado también en los demás países de la UE.

Menciona usted la corrupción, pero los casos de fraude real con fondos de la UE son, afortunadamente, escasos. Lo que vemos en la mayoría de los casos son meros errores administrativos, sin consecuencias financieras, o irregularidades en la gestión de los fondos de la UE, que nos esforzamos por detectar y corregir con rapidez para que el presupuesto de la UE no se vea afectado. En la Comisión tenemos una tolerancia cero con respecto al fraude con los fondos de la UE y, por tanto, insistimos en el compromiso necesario de todos los Estados miembros en la prevención del fraude. La Comisión hace un estricto seguimiento de este compromiso y toma medidas inmediatas, que pueden llegar a la recuperación de los fondos concedidos, en caso de que se confirme el fraude.

¿Le preocupa el nivel de deuda pública de los países europeos ante el fin de los estímulos del BCE y de los llamados “vientos de cola” (petróleo barato, etc...), además de la guerra comercial China-EEUU?

Los datos sobre deuda y déficit publicados por Eurostat en octubre muestran que las finanzas públicas de la Unión Europea siguen mejorando: la deuda pública ha pasado de un máximo del 86,4 % en 2014, cuando entró en funciones la Comisión Juncker, al 81,6 % en 2017. Del mismo modo, los datos confirman que el saldo de las administraciones públicas sigue mejorando en toda Europa. En la zona del euro, el ratio de déficit de las administraciones públicas/PIB bajó del 1,6 % en 2016 al 1,0 % en 2017.

No obstante, tenemos que ser conscientes de los actuales retos económicos y geopolíticos y de las incertidumbres que nos rodean, y hemos de estar preparados para hacerles frente. La Comisión publicará en noviembre sus previsiones económicas de otoño y su evaluación de los proyectos de presupuestos nacionales, con el fin de coordinar las políticas económicas de los países de la UE. La estrecha coordinación es un requisito previo para garantizar que nuestras economías sean sólidas y resilientes y estén preparadas para hacer frente a los retos que se avecinan.

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