La crisis obliga a los españoles a reducir sus viajes, incluso por España
Las vacaciones de Navidad están a la vuelta de la esquina y los españoles han utilizado tradicionalmente estas fechas para volver a sus lugares de origen y reunirse con los seres queridos. Máxime en estos momentos en los que muchas personas, en especial los jóvenes, se ven forzados a emigrar.
Sin embargo, muchos ciudadanos comienzan a renunciar incluso hasta a sus viajes por España, todo por culpa los devastadores efectos de la crisis en sus bolsillos. Así lo demuestra un estudio realizado por Renfe en el que se compara, mes a mes durante 2012, y en relación con la evolución respecto a los dos años anteriores, las caídas del PIB (-1,6% hasta octubre), del empleo según la EPA (- 4,6%), las subidas del IPC (3,5%) y los descensos del uso de los principales sistemas de transporte que utilizan los españoles en sus viajes: avión, tren, autobús y coche privado (-6,8%).
Los indicadores medios de movilidad multiplican por cuatro la caída del PIB, por dos el incremento de IPC (valorado como un factor negativo porque detrae recursos a las familias) y supera en más de dos puntos el descenso del número de personas empleadas. Los datos están recogidos de las estadísticas oficiales de la propia Renfe, de AENA, del Ministerio de Fomento y del INE.
La estadística resulta relevante porque se creía que, sobre todo entre las nuevas generaciones de españoles, el viaje en períodos de vacaciones, era un elemento de consumo intocable e insustituible; se podía renunciar a cualquier otra cosa menos a hacer “escapadas” para alejarse y olvidar la dura realidad cotidiana.
Un reciente estudio de la operadora ferroviaria Renfe, sin embargo, demuestra que los españoles también se aprietan el cinturón en lo que a desplazamientos se refiere y en especial durante las épocas de vacaciones.
Avión
Del informe citado se desprende que el medio de transporte al que antes y con más intensidad se ha renunciado es el avión. Aunque los datos que se barajan se refieren a la movilidad en los 13 principales corredores dentro de España, la caída en un plazo de 24 meses de hasta un 13% en este modo de transporte, muestra el importante grado de retracción de los españoles en los viajes de largo radio, nacionales e internacionales, a causa de la crisis.
Pero las restricciones no solo afectan al avión. El estudio constata que el segundo modo de transporte que más se ve perjudicado por la actual situación de dificultades económicas es el coche. Siempre se había considerado que el vehículo privado era la principal alternativa en la que se refugian los viajeros en los tiempos de crisis. La percepción general es que el automóvil propio siempre es más barato que las alternativas públicas en los viajes. El estudio de referencia parece desmentirlo ya que el descenso es del 5%. En términos absolutos la caída en el uso del coche pasó de 46 millones desplazamientos (para viajes de vacaciones) en 2010, a 44 el año siguiente y a 42,1 millones en el total anual acumulado hasta este noviembre.
Los sistemas de movilidad de transporte público que mejor resisten el azote de la crisis, pese a su descenso, son el autobús interurbano y el tren de alta velocidad y media distancia, siempre según los datos que ofrece el estudio de Renfe.
Los servicios de autobús interurbano, a octubre último sufren una caída del 2,5%, aunque en el histórico en relación con los ejercicios anteriores consigue una recuperación relativa ya que entre 2009 y 2010 cayeron un 5%. Entre 2010 y 2011 el descenso en el uso del autobús para viajes interurbanos fue del 3,9%.
El tren, por su parte, obtiene un índice de gran fidelidad por parte de sus usuarios y la caída en la suma de los servicios de alta velocidad y larga distancia se reduce al 1,5%. Quedan fuera de esta estadística los trenes de cercanías y sobre todo los servicios regionales que son utilizados para acudir al trabajo. Los servicios regionales, además, son muy cuestionados por su baja ocupación y sus elevados déficits.
El buen comportamiento estadístico del tren de alta velocidad se ve favorecido en parte por la entrada en servicio en 2010 de la línea del AVE entre Madrid y Valencia que logró desbancar al avión y, en menor medida, al coche en esta importante ruta, tanto vacacional como de negocios. Pese a la resistencia del AVE ante los efectos de la crisis, hay que hacer notar que desde el pasado mes de febrero los tráficos de este modo de transporte se han resentido, en parte por que cada vez con más intensidad los pasajeros consideran que los precios del tren de alta velocidad son altos y poco flexibles.