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Los nuevos permisos de paternidad: 16 semanas en 2021, intransferibles y con la simultaneidad en el aire

Un padre con su bebé. EUROPA PRESS

Ana Requena Aguilar

Los Presupuestos Generales para 2019 que acaban de pactar el Gobierno y Unidos Podemos contemplan la equiparación de permisos de maternidad y paternidad hasta las 16 semanas progresivamente hasta 2021. En 2019, el permiso de paternidad se ampliará a 8 semanas, a 12 en 2020 y a 16 en 2021, año en el que estarían ya totalmente equiparados. El impacto presupuestario de esta medida es de 300 millones en 2019.

Más allá de la equiparación, la clave es el modelo pactado: los permisos serán intransferibles, es decir, serán derechos individuales que no podrán cederse, un punto que busca fomentar la corresponsabilidad y el cuidado de los padres. A día de hoy no hay cambios respecto a la simultaneidad, un punto en el que PSOE y Unidos Podemos difieren. Mientras que la propuesta del PSOE contemplaba que los permisos deban cogerse de forma inmediata al parto o la adopción (por tanto, serían simultáneos), la de Unidos Podemos estipula que puedan cogerse durante el primer año de vida del bebé. Las dos partes siguen sin acuerdo sobre ese punto.

“Perseguimos tanto el reconocimiento de un derecho laboral individual para cada persona progenitora en igualdad de condiciones, como el cambio sociocultural que supone una responsabilidad común del cuidado de las hijas e hijos durante el primer año de vida”, dice el documento del acuerdo, que no especifica si los nuevos permisos serán simultáneos o no. Solo se refiere al acuerdo sobre equiparación de permisos que también se pondrá en marcha para los empleados públicos, pero que aún se negocia. El texto dice que eses acuerdo del sector público se planteará en el diálogo social “para que el sector privado establezca una estrategia de avances en la misma línea”.

Actualmente, el permiso es de 16 semanas para la madre –las 6 primeras obligatorias y las 10 siguientes voluntarias y transferibles al padre– y el permiso de paternidad, de 5 semanas.

La madre puede ceder parte de sus 10 semanas voluntarias al padre, aunque los datos muestran que solo el 7% de los progenitores optan por esta modalidad. Lo mismo sucede en el caso de las parejas del mismo sexo: solo uno de los progenitores tiene el derecho de 16 semanas, mientras que la otra persona se queda con 5 semanas.

Tanto el PSOE como Unidos Podemos coincidían en la necesidad de equiparar los permisos y de que estos sean intransferibles. Esta segunda pata es una de las claves: se trata de que cada madre o padre sea titular del derecho y no pueda cederlo, como sucede con otros derechos sociales. La intención es evitar que, de hacerlos transferibles, esa parte siga recayendo en las madres. Por contra, su propuesta trata de que cada progenitor se corresponsabilice de la crianza.

La diferencia entre una propuesta y otra era la simultaneidad o no de los permisos. Mientras que la propuesta de Unidos Podemos apuesta por que los permisos puedan cogerse durante el primer año de vida del bebé, la del PSOE contempla que deban cogerse de forma inmediata al parto o adopción. El efecto sería distinto: la primera propuesta implica que los progenitores no tienen por qué coincidir durante su permiso o al menos durante todo su permiso, de forma que pueden turnarse en el cuidado; la segunda supone que ambos progenitores, cuando los haya, cogerán sus permisos simultáneamente durante todo el periodo.

Unidos Podemos fue el primer grupo en registrar su propuesta. Apostaban por permisos iguales e intransferibles, es decir, 16 semanas para cada progenitor que no pueden cederse sino que se conciben como un derecho individual. En detalle, las dos primeras semanas serían obligatorias y deberían cogerse inmediatamente después del parto o la adopción. Las siguientes cuatro semanas también serían obligatorias pero podrían cogerse en cualquier momento dentro del primer año. El resto, diez semanas, pasarían a ser voluntarias (una persona puede decidir no cogerlas, pero en ningún caso se podrían ceder al otro progenitor) y también libres dentro del primer año.

En su proposición de ley, el PSOE proponía la equiparación y la intransferibilidad: 16 semanas para cada progenitor. Las 6 primeras semanas serán obligatorias y las 10 siguientes, voluntarias. La diferencia con Unidos Podemos es que su propuesta pasa por que el permiso se coja inmediatamente después del parto o la adopción y no a lo largo de primer año. Eso haría que las bajas tuvieran que ser simultáneas e impedirían que ambos progenitores pudieran turnarse en algún momento en el cuidado.

Para la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA), el lobby feminista que lleva años planteando esta medida como una de las claves para acabar con la discriminación laboral y la reivindicación de los cuidados, el diseño del PSOE impediría que ambos progenitores se turnen en el cuidado de los hijos. “Necesitamos que hombres y mujeres se quedan solos al cargo del bebé durante los primeros meses. Cuando los hombres se quedan solos en el cuidado dejan de ser espectadores o ayudantes para convertirse en protagonistas de los cuidados”, aseguran.

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