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El regulador atómico recorta la autonomía de los inspectores de las centrales nucleares

El presidente del CSN, Fernando Marti.

Antonio M. Vélez

El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Marti, ha aprobado una nueva versión del manual que regula los procedimientos de gestión de los inspectores residentes en las centrales nucleares que, en la práctica, recorta la autonomía y el poder de estos funcionarios y reduce la presión sobre las propietarias de las plantas, las empresas eléctricas.

A partir de ahora, los inspectores no podrán hablar directamente con los especialistas del CSN en diversas áreas para resolver dudas sobre indicios de hallazgos en las plantas; deberán remitir cualquier duda al Coordinador del Área de Inspectores Residentes, César Gervás, que será el que controle las actas de inspección a las plantas, los hallazgos (anomalías) y la interlocución de estos funcionarios.

Hasta ahora, según fuentes internas del organismo, era habitual la interlocución entre los inspectores y los expertos de las múltiples áreas de especialización del organismo ante dudas de gran complejidad técnica. Entre estas áreas están las de protección contra incendios, envejecimiento de las centrales, riesgos geológicos, termodinámica o cálculo de las dosis de irradiación al medio ambiente. Esas consultas informales eran la tónica en el organismo. Hasta ahora.

La “Modificación del Procedimiento PG.IV.10.‐ Inspección residente en centrales nucleares en explotación” fue presentada al pleno por Marti en la reunión del pasado 21 de diciembre, cuya acta ha colgado en su web este lunes el CSN. El documento refleja la “preocupación” de la consejera Cristina Narbona, “especialmente con los cambios producidos en las secciones 5.2.3 (”Coordinación de la inspección residente con la sede del CSN“) y 5.4 (”Actividades de inspección“)”.

Una preocupación que comparte la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN), que considera que “el planteamiento de apelar a la jerarquía va en contra de la cultura de la seguridad” nuclear “que tiene que fundamentarse en el debate, apertura, transparencia y comunicación continua entre todos los expertos” del organismo.

Según la exministra de Medio Ambiente, una de las dos representantes del PSOE en el pleno y la única voz crítica en el máximo órgano del organismo que vela por la seguridad nuclear, “la aplicación del nuevo texto podría reducir la capacidad de interlocución de los inspectores residentes” con las áreas especializadas del CSN, “al canalizarse a partir de ahora toda la comunicación” de estos funcionarios con los especialistas a través del Área de Coordinación y Apoyo de la Inspección Residente, “a cuyo coordinador corresponde la tarea de ordenar y distribuir las correspondientes solicitudes”.

Según la exministra, con este manual, las notas semanales de los inspectores residentes “dejarán de transmitirse a los Jefes de Área”, como hasta ahora, “y ello podría reducir la capacidad de analizar los contenidos de dichas notas, en el caso de que estos partes no resulten accesibles a los especialistas”.

Narbona pidió sin éxito “que siga siendo posible el cauce informal de consulta directa” del inspector residente a los especialistas, de forma que el nuevo manual “permita que, en el caso de que, por razones de urgencia y operatividad, con eventual incidencia en la valoración de la seguridad nuclear, radiológica y física de las instalaciones, el IR considere imprescindible realizar directamente consultas puntuales a los especialistas” y que “dichas consultas puedan llevarse a cabo manteniendo siempre informada a su línea jerárquica”.

Todos en contra

La propuesta se topó con el rechazo del resto de consejeros, según el acta, que revela un nuevo encontrazo entre Narbona y la otra consejera socialista y vicepresidenta del organismo, Rosario Velasco. En su opinión, la propuesta de Narbona “puede distorsionar el esquema organizativo del organismo, que se basa en un sistema matricial y jerárquico y del que la inspección residente no puede estar al margen”. Respecto de la consulta directa de los inspectores a los especialistas en casos de urgencia, Velasco se opuso por entender que “puede distorsionar de manera sensible la planificación de trabajos de las áreas especialistas”.

El consejero Fernando Castelló (nombrado por el PP) criticó a Narbona por manifestar su opinión en un momento en el que “puede crear una percepción negativa en la sociedad de merma de seguridad o de garantías que en absoluto se corresponde con la realidad”. En la misma línea, Javier Dies (también del PP) le recriminó que “la propuesta hecha en este momento puede generar una alarma social que no está justificada objetivamente” ya que el procedimiento “clarifica de manera muy relevante cómo tiene que actuar la inspección residente, lo que ayuda a mantener la credibilidad del CSN”.

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