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Sordo (CCOO) pide retringir el despido con mecanismos para controlar sus causas y elevando su coste

El secretario general de CCOO, Unai Sordo

ACT

MADRID —

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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, quiere que se restrinja el despido en España ante la facilidad que, según él, tienen las empresas para prescindir de trabajadores e incluso de fábricas enteras, y cree que para ello habría que tomar diversas medidas, entre ellas un mayor control de las causas, un mayor coste y la posibilidad de que no sea el empresario el que decida qué hacer cuando un juez declare improcedente el despido.

En rueda de prensa para presentar las prioridades de CCOO para los próximos meses, Sordo ha insistido en que se trataría de abordar varios elementos a la vez para conseguir que el despido no sea la principal vía de ajuste a la que recurren las empresas cuando tienen problemas. Así, no se trataría sólo de encarecerlo, que también, sino de tocar diversos 'palos' para que realmente se evitara esta línea de ajuste en las empresas.

De este modo, y dado que no se pide autorización administrativa para acometer un ERE en España, Sordo ha abogado por ir hacia un sistema de control de causas del despido, que no tendría por qué traducirse en la recuperación de la autorización administrativa sino en un sistema quizá más moderno, pero siempre con el objetivo de impedir la “barra libre” de la que disfrutan ahora las empresas.

“Algunas multinacionales nos dicen que es muy sencillo prescindir de una fábrica en España porque con un buen bufete de abogados que evite que te declaren una nulidad, haces y deshaces a tu antojo (...) España ha sido más papista que el Papa a la hora de dar más facilidades a las empresas supuestamente para que vinieran y que finalmente han sido facilidades para que se marchen. Lo tienen demasiado fácil para despedir y dejar a comarcas enteras desasistidas”, ha denunciado el dirigente sindical, que ha advertido de que de esta situación se han aprovechado empresas como Alcoa o Nissan.

Sordo ha explicado que, en otros países europeos, el cierre de una fábrica o la deslocalización de un centro de trabajo requiere planes sociales e inversiones alternativas e implica problemas legales que en España no se tienen. “Y no estoy hablando de Venezuela y Cuba, estoy hablando de otros países de Europa”, ha subrayado.

Además del control de las causas del despido, su encarecimiento sería “otra opción a barajar”, así como la posibilidad de que no sea el empresario el que decida si readmite o echa a un trabajador cuando el juez declara la improcedencia del despido. “Igual habría que cambiar quién decide. Es otro elemento”, ha apuntado.

En todo caso, Sordo ha explicado que se tiene que restringir el recurso al despido en España, vinculándolo al fortalecimiento de la contratación fija y a la vez a una fórmula de flexibilidad interna, pactada con las empresas, que hiciera que el despido fuera el último recurso.

Dicha fórmula de flexibilidad interna podría ser similar a lo que se hace en Alemania con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Aunque en España está vigente una regulación puntual de los ERTE por la pandemia del coronavirus, ya está sobre la mesa del diálogo social abordar la manera de que éstos puedan convertirse en una medida de carácter más estructural.

La fórmula que plantea Sordo -y que no viene de ahora, pues ya la propusieron a anteriores gobiernos- es la de que se pueda adaptar el tiempo de trabajo cuando las empresas tengan problemas económicos reales y demostrables. Eso sí, si las horas de trabajo se adaptaran a la baja, la disminución de los salarios de los trabajadores tendría que ser compensada con una ayuda pública, sufragada por el Estado, según expone Sordo, que añade que también podrían vincularse a esta medida planes de formación permanente para los trabajadores, como se hace en Alemania.

Ahora bien, un modelo como éste exigiría cotejar las causas para asegurarse de que se utiliza de modo correcto. En este sentido, ha señalado que cuando arrancaron los ERTE al inicio de la pandemia, “no se controlaba nada y se pagaba todo”, algo que, según ha advertido, “no podría ocurrir en periodos de normalidad”.

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