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La supervisión de los reguladores falló en la crisis por la “excesiva” confianza en la autorregulación

EUROPA PRESS

MADRID —

“No es culpa del sistema de 'corporate governance', sino de los encargados de vigilar su correcto funcionamiento. Los responsables son quienes no ejercieron correctamente las competencias que en el sistema de mercado les estaban encomendadas”, explica en un artículo para la publicación de la UNACC 'El sistema financiero y el gobierno corporativo'.

En este sentido, culpa a los miembros de los órganos de vigilancia y supervisión, los auditores encargados de verificar y censurar las cuentas sociales, las agencias de rating a las que compete la calificación de valores y emisores.

A renglón seguido advierte que las funciones de estos agentes están regidas “por normas imperativas, existentes y en vigor” pero que han sido ignoradas o “abiertamente” se han incumplido, infringido o defraudado.

Por ello, concluye que “ni los códigos de buen gobierno son culpables de la crisis, ni ésta determina una crisis de los códigos de buen gobierno, a los que corresponde un importante papel en la salida de la crisis: el de acentuar los valores éticos del gobierno societario con mayor transparencia y más responsabilidad de sus administradores”.

Olivencia recuerda que en España, los códigos de buen gobierno, desde el de 1998 al actual código unificado (2006), “no han supuesto 'desregulación' alguna que afecte al sistema de normas imperativas”. “Al contrario, no pocas de sus recomendaciones han inspirado la promulgación de nuevas normas que han convertido lo voluntario en obligatorio”, afirma.

Así, insiste en que no se puede establecer ninguna relación entre los códigos de buen gobierno y las causas de la crisis económica en España y pone de ejemplo EE.UU., donde “las ilícitas conductas de los responsables no solo no respetaron las normas de buen gobierno, sino que infringieron abiertamente normas imperativas, como las penales, y las que regían las compañías y su contabilidad”.

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