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El comercio ilegal de especies, un oscuro negocio que genera 23.000 millones de euros al año

La caza furtiva y la destrucción del hábitat están aniquilando al leopardo de las nives. Actualmente, solo hay 4.000 ejemplares en todo el planeta.

ED Creativo

Según algunas estimaciones, los beneficios anuales de los traficantes ilegales de especies salvajes pueden llegar a alcanzar 23.000 millones de dólares, una suma equiparable a la que mueve el tráfico de armas y de drogas. Hablamos de una actividad delictiva de dimensiones internacionales, y extremadamente lucrativa, que incluye tanto el comercio ilícito de animales exóticos vivos como la caza ilegal de especies (rinocerontes, elefantes, tigres, gorilas…) para utilizar partes de su cuerpo en artículos de moda, objetos de arte y decoración, o las transacciones ilegales de plantas silvestres.

Este contrabando también está estrechamente vinculado a otros delitos, como la corrupción política en determinados países, la financiación de guerrillas y grupos terroristas o el uso de documentos e identidades falsas.

La superstición alimenta la caza furtiva y hace crecer sus cifras cada año, lo que representa un grave riesgo para la supervivencia de animales en peligro de extinción y fomenta la aniquilación de la vida salvaje en muchos países. “Mitos como la creencia en Vietnam de que el cuerno de rinoceronte cura el cáncer o que los huesos y los bigotes del tigre son un remedio contra la malaria en China generan una demanda por estos productos que, en gran medida, se abastece a través de la caza ilegal”, afirman desde World Wildlife Fund (WWF), la mayor organización conservacionista independiente del mundo. En su opinión, este delito “es la mayor amenaza directa a la supervivencia de especies”.

Pero ¿qué pueden hacer las entidades financieras para combatirlo? Los traficantes necesitan ocultar el origen ilegal del dinero y blanquearlo, para lo que intentan utilizar a los bancos. Con el fin de bloquear los mecanismos que emplean los traficantes y poner barreras a esta actividad nació International Wildlife Trade Financial Taskforce, un grupo internacional que involucra a las instituciones financieras en este objetivo. Banco Santander es, de momento, la única entidad española que se ha unido a esta iniciativa, que cuenta también con el apoyo de otros gigantes internacionales, entre ellos Bank of America, Barclays, JP Morgan, Citigroup o HSBC.

Las instituciones que integran esta organización, impulsada por el príncipe Guillermo de Inglaterra, duque de Cambridge, firmaron el pasado mes de octubre de 2018 la Declaración de Mansion House por la que se comprometen a dedicar esfuerzos y recursos para combatir y erradicar cualquier intento de ser utilizados como fuente de financiación del tráfico de especies salvajes. Además, se ha creado un grupo de trabajo que establece seis prioridades:

  1. Mayor conciencia de cómo la industria financiera puede combatir la IWT (illegal wildlife trade, comercio ilegal de especies). 
  2. Proporcionar capacitación para identificar e investigar actividades sospechosas. 
  3. Proporcionar inteligencia a los organismos reguladores y agencias de aplicación de la ley. 
  4. Revisar las alertas de inteligencia y tomar las acciones apropiadas. 
  5. Considerar acciones adicionales tales como enmiendas a la política. 
  6. Apoyar y promover el grupo de trabajo y los mecanismos de apoyo externos.

Como parte de este compromiso, el Grupo Santander ha puesto en marcha mecanismos y señales de alarma para la prevención y disuasión del tráfico con especies salvajes y la corrupción relacionada con el mismo. Se ha informado a los equipos locales de prevención del blanqueo de capitales e impartirá formación de concienciación más amplia. “Nuestra política de sostenibilidad prohíbe cualquier tipo de operación o financiación de actividades relacionadas con especies incluidas en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés).

Santander también apoya la iniciativa del Grupo Wolfsberg para definir mecanismos que faciliten la prevención y disuasión efectivas de las transacciones financieras provenientes del tráfico ilegal de especies salvajes“, señalan desde la entidad.

Políticas contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo

Para Santander, “el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo se presentan como fenómenos universales y globalizados que aprovechan las ventajas que ofrece la economía internacional y la paulatina eliminación de barreras en los intercambios a nivel mundial, y requieren de una respuesta coordinada y global por parte de la comunidad internacional y del sector financiero”.

El grupo cántabro cuenta con estrictas políticas globales de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo -adoptadas por el consejo de administración- que deben ser seguidas por todas las entidades del grupo, así como adaptaciones locales en función de la legislación y regulación de cada país. Entre ellas, la evaluación y gestión del riesgo de negocio; segmentación, identificación y conocimiento del clientes -con clientes prohibidos o medidas de aceptación reforzadas-; análisis y control de operativa; comunicación de operativa sospechosa y reporting sistemático; conservación de archivos y documentos; y formación permanente. Miles de trabajadores hacen todos los años en el grupo cursos presenciales y online. De esta manera, todos los empleados son conscientes de sus obligaciones de comunicar de manera inmediata las operaciones sospechosas a los órganos de control.

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