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Los cuatro errores más comunes que puedes cometer al desinfectar tu casa

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Nuestra casa la tenemos como un entorno seguro. O al menos así nos gustaría que fuera. Es donde pasamos un mayor número de horas, el espacio que compartimos con nuestros seres queridos y donde nos gusta estar relajados. Es nuestro refugio. Pero para eso es necesario que se trate de un lugar libre de peligros, y cuando el enemigo no se ve es fácil olvidarse de él. Por eso es tan importante que siempre tengamos la precaución de llevar a cabo una correcta desinfección del hogar para evitar posibles focos de contagio.

Pero desinfectar no significa que el suelo brille o que no se acumule ni una mota de polvo, sino eliminar todo tipo de bacteria para impedir el crecimiento de microorganismos en cualquier zona. Podemos tener la casa reluciente, pero la humedad, el contacto con animales, los alimentos crudos y unos cuantos factores más pueden facilitar el desarrollo de diferentes tipos de gérmenes. Por eso es tan importante realizar una eficaz desinfección de la casa y, para ello, es fundamental no caer en los siguientes errores. Descuidos que a veces son especialmente comunes.

Pasar por alto las zonas de mayor importancia

No todas las zonas de la casa son iguales y no todas requieren los mismos cuidados para su desinfección. De hecho, ni siquiera todas las casas son iguales. Se ha de prestar una especial atención en los procesos de desinfección, por ejemplo, donde haya mascotas, ya que pueden ser un foco de transmisión de gérmenes. También donde haya bebés recién nacidos y niños pequeños, así como donde convivan personas ancianas o con alguna enfermedad.

Los espacios con humedad son siempre el mejor caldo de cultivo para que bacterias y hongos crezcan y proliferen, por lo que siempre deberán ser tratados con especial insistencia. En elementos de la cocina, como bayetas y estropajos, o partes del baño, como recipientes, escobillas o esquinas en las que se acumula la humedad también debemos desinfectar con mayor cuidado. Tampoco está de más lavar la ropa a alta temperatura de vez en cuando y cerciorarse bien de que está completamente seca antes de guardarla.

Usar lejía para todo

Sin dudarlo, la lejía es lo primero que nos viene a la mente cuando hablamos de desinfección. Y es cierto que tiene un alto poder desinfectante ante bacterias y hongos, pero también que se trata de un elemento muy agresivo. Su uso diario puede conllevar ciertos inconvenientes que podríamos evitar si la sustituimos por otros productos, tanto para nuestra salud como para la de nuestra propia casa. 

Un uso excesivo y recurrente para todo puede exponernos a inhalar una buena cantidad de vapores tóxicos, además de poder dañar y estropear una gran cantidad de materiales y superficies de nuestra casa. Siempre hemos de tratarla con precaución, la lejía tiene la capacidad de manchar la ropa y producir un fuerte olor difícil de eliminar, además de poder provocar irritaciones en la piel.

Olvidar que existen productos desinfectantes sin lejía

Para evitar los inconvenientes de la lejía han aparecido en el mercado una nueva generación de productos que desinfectan sin la necesidad de añadir lejía a sus componentes. Productos capaces de eliminar bacterias y hongos sin emplear un agente tan agresivo. Todos, por supuesto, capaces de demostrar su poder desinfectante tras superar ensayos de eficacia llevados a cabo en laboratorio.

Dada la importancia de poder acabar con estos agentes dañinos sin la necesidad de emplear lejía, marcas como KH7 han desarrollado limpiadores específicos destinados a la desinfección, contando con productos de estas características tanto en sus gamas desengrasantes como de baño. Con ellos es posible llevar a cabo la limpieza diaria de la casa, desinfectando cada día las superficies de contacto, el baño, la cocina, los textiles, los juguetes infantiles y los útiles de las mascotas sin peligros de vapores, manchas, deterioros u olores.

No prestarle la suficiente atención al baño y la cocina

Las zonas húmedas y en las que hay presencia de alimentos crudos son espacios especialmente vulnerables para la aparición de bacterias y hongos, por lo que el baño y la cocina exigen una especial atención por nuestra parte. Es básico que los elementos que utilicemos para limpiar la cocina sean solo para la cocina y los empleados en el baño sean solo para el baño, y nunca cruzarlos. Y aunque suene redundante, desinfectar bien los utensilios que utilizamos para desinfectar. 

Cuando limpiamos y desinfectamos tanto la cocina como el baño es recomendable abrir puertas y ventanas para que la ventilación sea máxima, así conseguiremos también que el secado sea lo más rápido posible. Es conveniente retirar todo lo que haya por medio (recipientes, jabones, pequeños electrodomésticos, cepillos de dientes, etc.) para acceder bien a todos los rincones.

El agua implica humedad, lo que a su vez facilita la aparición de hongos y bacterias. Y al igual que las zonas afectadas por aguas más duras necesitan ser tratadas por productos específicos anti cal, las zonas húmedas o de fácil contacto requieren la aplicación de limpiadores desinfectantes capaces de garantizar una limpieza completa, diaria y segura.

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