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Cáncer colorrectal en menores de 50 años, un problema en aumento

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Mercè Palau

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El cáncer colorrectal (CCR) es el que se origina en el colon o el recto y constituye la segunda causa de muerte por cáncer en España (15.000 personas fallecidas al año). Es el tipo maligno más frecuente en el ámbito nacional si se consideran ambos sexos de forma conjunta. Según datos de la Asociación Española del Cáncer (AECC), cada año se diagnostican en España 30.000 nuevos casos de CCR, lo que supone el 15% del total de cánceres, por detrás del de próstata, pulmón y mama. Si bien este tipo de cáncer es más frecuente en personas a partir de los 50 años, en los últimos años esta tendencia ha ido cambiando, lo que ha obligado a modificar el enfoque y avanzar en el conocimiento de sus características clínicas y genéticas.

Cada vez más jóvenes

Aunque los datos epidemiológicos nos dicen que el cáncer colorrectal predomina sobre todo en personas mayores, de 70-71 años, y la mayoría de los pacientes tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la incidencia en población menor de 50 años, o incluso antes de los 30, ha aumentado en los últimos años. También lo demuestra un estudio realizado sobre datos de 144 millones de personas de 20 países europeos entre 2004 y 2016 según el cual la incidencia de este tipo de cáncer ha aumentado un 1,6% cada año en personas de 40 a 49 años.

El aumento en personas cada vez más jóvenes se ha relacionado con factores de riesgos genéticos y ambientales. De hecho, se calcula que en el 20% de las ocasiones los casos son hereditarios, y el síndrome de Lynch es el factor genético más frecuente. De hecho, y según José Perea García, especialista del Servicio de Cirugía General de la Fundación Jiménez Díaz, “los antecedentes familiares de cáncer colorrectal en este grupo de población añaden más riesgo a padecerlo”. Cuando los factores de riesgo son ambientales, se habla concretamente de un estilo de vida sedentario y del consumo de tabaco y alcohol, lo mismo que sucede con el cáncer colorrectal general. 

Estudios realizados entre la población americana, que es de la que se disponen más datos, demuestran que “un factor muy importante es el asociado a diabetes tipo 2, sobrepeso y obesidad”, reconoce Perea García. Otros estudios han estimado que el 16-71% de los cánceres colorrectales en Europa y Estados Unidos son atribuibles a factores de estilo de vida. 

El impacto de la enfermedad en la población más joven justifica iniciativas como la celebración del 2º Simposio Internacional de Cáncer colorrectal de aparición temprana, un encuentro en cuya organización han estado implicados varios especialistas de la Fundación Jiménez Díaz que, junto con la fundación estadounidense Fight CRC, trabaja también para analizar, a nivel mundial, las claves de este tumor que afecta a menores de 50 años. Y es que el aumento de aparición temprana de este tipo de cáncer ha hecho que cada vez sean más grupos de investigación los que estén centrados en este problema. 

La clave de un diagnóstico precoz y un abordaje multidisciplinar

La detección es una de las armas más poderosas contra el cáncer colorrectal, antes de que aparezcan las señales de alarma, entre las que está la presencia de sangre en las heces (rectorragia), dolor abdominal y cambio en el ritmo intestinal habitual. En los casos hereditarios es muy importante valorar la presencia de posibles pólipos, antes de que aparezcan estas señales. Según la Sociedad Americana del Cáncer, un pólipo puede llegar a tardar entre 10 y 15 años en convertirse en cáncer. 

Con un diagnóstico precoz, los médicos pueden encontrar y eliminar pólipos antes de que estos tengan la oportunidad de convertirse en cáncer. Estos expertos recomiendan, por ejemplo, que las personas con riesgo de tener cáncer colorrectal (antecedentes hereditarios o factores ambientales) empiecen con exámenes regulares antes de los 45 años, con un simple test de heces y con pruebas como la colonoscopia, uno de los métodos más sensibles y específicos para la detección de pólipos.  Solo si se mira, se encuentra.

Por motivos como este es importante incluir el cáncer colorrectal en adulto joven dentro del abanico del diagnóstico. Y es fundamental que los profesionales clínicos sean conscientes de esta importancia. Para el doctor Perea, y debido sobre todo al hecho de que se observa un cierto desajuste entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico en los pacientes más jóvenes, es importante que “la educación sanitaria, la información y la sensibilización respecto al problema en todos los ámbitos sea un objetivo prioritario”. Es importante, por tanto, abordar y tratar la enfermedad en pacientes jóvenes que están fuera de los circuitos de cribado poblacional, apunta este especialista de la Fundación Jiménez Díaz, centro que recientemente ha sido avalado por AENOR con la certificación de ‘Protocolo Seguro frente al Covid-19’ tras comprobar que se trata de un espacio protegido, controlado y alineado con los estándares más exigentes frente a la pandemia del coronavirus. 

Durante el encuentro citado, celebrado el pasado 11 de junio, también se ha puesto especial énfasis en destacar la importancia de ir al centro hospitalario tan pronto como sea posible para facilitar el diagnóstico precoz, algo que podría haberse visto interrumpido por los meses más agudos de la pandemia, durante los cuales muchas personas, por temor a acudir al médico, han demorado la visita. 

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