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Estos son los nuevos retos de la asistencia pediátrica en los hospitales

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Mercè Palau

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La irrupción del nuevo coronavirus en España ha alterado la rutina de muchas familias y ha puesto a prueba la capacidad de reacción de los servicios sanitarios. Durante todas estas semanas, no solo se han tenido que atender los casos de Covid-19 sino también otras patologías que no han tenido nada que ver con el SRAS-CoV-2 y que, evidentemente, no han desaparecido. Aunque la dinámica en la atención sanitaria ha cambiado en muchos aspectos con el coronavirus, no se han paralizado todos los servicios. Una de las áreas asistenciales que no han parado y que han continuado con su tarea ha sido la pediátrica.

Como recuerda la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante estos días ha habido otras patologías que han requerido asistencia pediátrica de urgencia o intervenciones sanitarias que no han podido retrasarse, como la vacunación durante el primer año de vida, considerada prioritaria incluso en este estado de alarma en los menores de 15 meses. Desde el principio del confinamiento, los pediatras han instado a los padres a consultar telefónicamente cualquier síntoma importante o a acudir con responsabilidad al hospital en caso de cuadro grave o algún síntoma fuera de lo normal, no solo de los síntomas del coronavirus, sino otros que puedan alertar de alguna otra patología como una apendicitis.

Todo esto ha obligado a los hospitales a modificar y replantear sus rutinas pre-Covid-19 con el objetivo de no perder calidad asistencial, a la vez que se han garantizado todas las medidas impuestas para prevenir la propagación del nuevo coronavirus. Una labor que no ha estado exenta de dificultades, no solo desde el punto de vista del personal, sino también de las infraestructuras de las que dispone cada hospital para continuar ofreciendo una atención de calidad, con la máxima seguridad, a los pacientes pediátricos.

Consultas pediátricas telemáticas

Una de las principales modificaciones como consecuencia del estado de alarma ha sido la priorización de la asistencia no presencial en casi todos los apartados del ámbito sanitario. Esto se ha traducido en el incremento de las consultas y servicios telemáticos en todos aquellos casos en los que ha sido posible. Uno de los centros que ha demostrado esta capacidad de adaptación ha sido el Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro, integrado en la red sanitaria pública madrileña. El centro ha realizado 1.345 consultas pediátricas no presenciales y 69 e-consultas desde Atención Primaria en un tiempo de 24-48 horas y ha ejecutado 205 valoraciones sin paciente presencial entre los meses de enero y mayo.

Mediante el uso de “canales telefónicos, que han mejorado la comunicación en algunos casos”, o a través de “medios digitales como formularios enviados al paciente” se describía su situación clínica y “se realizaba paralelamente la interpretación de pruebas diagnósticas con emisión del informe pertinente”, admite el doctor Enrique la Orden, jefe del Servicio de Pediatría de dicho hospital madrileño, que acaba de recibir la certificación ‘Protocolo Seguro frente al Covid-19’de AENOR tras certificar que es un espacio protegido, controlado y alineado con los estándares más exigentes frente a la pandemia.

Esta atención ha sido posible gracias a que, con anterioridad a la situación de alarma del pasado mes de marzo, el hospital ya tenía una desarrollada una infraestructura digital, a través del Portal del Paciente, un canal de comunicación directo entre profesionales y usuarios. De esta manera, cuenta el especialista, se han evitado desplazamientos innecesarios al hospital, una de las grandes prioridades de estas semanas de cuarentena. Pero no siempre se han podido atender todas las consultas pediátricas por esta vía, por lo que siempre se ha mantenido un mínimo adecuado para la asistencia presencial necesaria.

Reorganización de los espacios

La reubicación de las consultas y la reorganización de los espacios en los hospitales ha sido otro de los aspectos que se han tenido que modificar para reducir al máximo el riesgo de contagio. Para evitar que los niños tuvieran que deambular por todo el hospital antes de llegar a su consulta, el Hospital Universitario Infanta Elena ha situado las consultas pediátricas en la entrada, lo que ha significado tener todo lo necesario para la visita nada más entrar. Además, el Hospital de Día pediátrico, se ha reubicado en un área provisional y se ha marcado un circuito para que los pacientes no Covid-19 puedan moverse por espacios seguros tras descartar que no son positivos ni sospechosos.

Estos circuitos “limpios” y “dudosos”, se han decorado para su distinción pediátrica y las bancadas se han adaptado para que sea más fácil respetar el distanciamiento físico. El objetivo es no sólo garantizar la seguridad de los pacientes y acompañantes sino también la de los profesionales.

Todas estas tareas responden a la necesidad de hacer frente a un nuevo tipo de asistencia, en la que, además de la seguridad de todos los que participan en ella (pacientes, acompañantes, profesionales sanitarios, etc.), se garantice la accesibilidad en condiciones de igualdad enfatizando, sobre todo, en la humanización de todos cuidados. Un complejo reto al que los hospitales tienen que hacer frente para adaptarse a esta “nueva realidad” asistencial que nos deja el coronavirus.

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