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Un millón de euros para estudiar posgrados en el extranjero

Alumnos de posgrado estudiando en el extranjero

Estudiar un posgrado en el extranjero no es fácil. No solo el idioma y la logística son un obstáculo, también lo es el precio. Por eso, la Fundación Mutua Madrileña quiere ayudar a hijos de mutualistas —con un excelente expediente académico— que quieran terminar de formarse fuera de España. Este año, la fundación ha dado 57 becas para estudios de posgrado en otros países. 

Yago del Barrio cursa un Máster en Energía Internacional en la Paris School of International Affairs de la prestigiosa Universidad Sciences Po. Este mallorquín tuvo claro por qué elegir este máster: “Tiene un enfoque holístico en lo relativo a los estudios energéticos”. Sin embargo, sabe lo caro que es vivir en una ciudad como París. Yago cuenta que el coste de la vida podría ser de 1.500 euros al mes. 

Los  becarios de este año, todos hijos de mutualistas con más de 20 años de antigüedad, recibieron las becas en un acto que tuvo lugar en Madrid. En 2022, la fundación ha dado 15 ayudas más que en otros años, destinando esta vez un millón de euros en total. Los becados deberán haber cursado sus estudios universitarios en una universidad española. 

Esther Mercado es otra de las beneficiarias. En su caso, estudiará un doctorado en Psicología en la National University of Ireland Galway, en Irlanda. Se trata, según cuenta Esther, de una de las mejores universidades europeas en la materia. Además, dice la estudiante, tiene una gran proyección internacional. Pero Esther no quiere que su vida laboral acabe en el mundo académico, espera terminar el doctorado y poder compaginar la docencia con el trabajo que ya desempeña con personas con espectro autista. 

Una beca que apuesta por la inclusión

“Mi primera aproximación al mundo del autismo y la discapacidad fue en el instituto, ya que mi colegio era un centro de atención preferente a estudiantes con Trastornos del Espectro Autista (TEA)”, cuenta Esther, que explica que se dio cuenta de que “el colectivo es uno de los más vulnerables en la educación”. Por eso, su proyecto se centra en la promoción de la inclusión de los adolescentes con TEA en el ámbito educativo.

Esther ya lleva un año de curso y, para costearlo, ha tenido que compaginar un trabajo de media jornada con sus estudios. Gracias a la beca de la Fundación Mutua Madrileña, podrá centrarse totalmente en su posgrado. 

Este año, la fundación ha reorganizado las categorías académicas en las que encuadra las becas, que se han distribuido en cuatro ramas: Artes, Humanidades y Arquitectura, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias de la Salud, y STEM para estudios de Ciencia, Matemáticas, Tecnología e Ingeniería. Los candidatos se eligen en función de criterios de excelencia académica, y las becas están dotadas de 12.000 euros anuales por un periodo máximo de dos años. 

Otra característica de esta edición es que el 60% de los seleccionados son mujeres. Inés Gasset es otra de las estudiantes que recibirá estas ayudas. Inés estudió medicina en la Universidad Ceu San Pablo (USPC) de Madrid y en la Universidade Nova de Lisboa. Sin embargo, su estudio paralelo de artes escénicas le llevó a la conclusión de que es posible aplicar las mismas como herramientas en el ámbito de la salud mental. 

Artes escénicas para trabajar la salud mental

“Mi primera experiencia como investigadora comenzó en el quinto año de la carrera de Medicina, bajo la supervisión del doctor Luis Caballero, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Puerta de Hierro, en la cual estudié la aplicación de diferentes narrativas fílmicas a personas que sufrían enfermedades mentales graves”, cuenta Inés. 

En 2017, Inés también realizó un curso de Neurociencia y Música. Después, en 2021, colaboró en proyectos de lingüística cognitiva en el Basque Center On Cognition, Brain and Language. Ahora, con la ayuda de la Fundación Mutua, estudiará el máster de Escritura Dramática y Creación Escénica en la Universidad Jean Jaurès de Toulouse. 

Unos estudios que, espera, le ayuden a lograr su objetivo. “Mi intención es lograr experimentar a través de distintos lenguajes y metodologías escénicas, para así poder generar herramientas de creación colectiva que ayuden a la integración de las personas”, explica Inés. Un objetivo que cristaliza en la creación de una compañía dedicada a la intervención en el terreno para la rehabilitación y la integración psicosocial. 

Por otro lado, Inés lleva dos años organizando el proyecto piloto La Quinta Escena, que imparte talleres semanales de artes escénicas a adolescentes que han sufrido un primer episodio psicótico.

Una aportación social

Yago, que de niño soñaba con el espacio, acabó viendo en la energía su verdadera vocación: “El mundo energético es muy interesante, ya que estamos en momentos críticos para poder conseguir los objetivos climáticos establecidos, y eso pasa por una transición energética tanto en la producción eléctrica como en el consumo industrial de calor”.

Inés, una estudiante de Medicina, descubrió en las artes escénicas una herramienta para ayudar a personas con enfermedades mentales. Un enfoque original en el que lleva ya muchos años trabajando con distintos profesionales. 

Y Esther se dio cuenta de la importancia que tiene ayudar a un colectivo tan vulnerable como los adolescentes con algún grado de espectro autista. Por eso, ha orientado sus estudios en psicología a esta tarea. 

Los tres estudiantes, que gracias a las becas de la Fundación Mutua Madrileña pueden cursar sus estudios de posgrado, no solo representan perfiles de éxito académico, también son activos necesarios para construir una sociedad mejor. Gracias a ellos, en un futuro, viviremos en un mundo más inclusivo, más sostenible, más justo y, en definitiva, más amable.

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