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Llega el T-Cross, un Volkswagen Polo con aires de SUV

El T-Cross se fabrica en la planta de Volkswagen en Landaben, Navarra.

Pedro Umbert

Con la habilidad que le caracteriza en estos menesteres, Volkswagen ha conseguido en los últimos meses suscitar gran expectación acerca del lanzamiento de su SUV de pequeño tamaño, el T-Cross, que por fin ha desvelado en un evento celebrado en Amsterdam. El modelo presenta una relevancia especial para nuestro país porque se fabricará, a partir de mediados de diciembre, en la planta de VW en Landaben (Navarra), donde se produce el Polo desde 1984.

De hecho, el T-Cross deriva del Polo y la fábrica los despachará conjuntamente a partir de ahora, para lo cual la plantilla aumentará un 10%, sin duda una noticia espléndida para la población local. La marca está tan convencida del potencial de crecimiento de los SUV compactos –a los que algunos ya denominan CUV, Vehículos Utilitarios Crossover–, basándose en estudios que pronostican que doblen sus ventas dentro del segmento de los coches pequeños en la próxima década, que va a invertir en Landaben unos 1.000 millones de euros hasta 2019. El vehículo se está produciendo ya en Sudamérica y China en versiones específicas para esos mercados.

Desde el punto de vista estrictamente de producto, lo más sobresaliente del T-Cross es una distancia entre ejes muy generosa (de 2,56 metros) para un coche que mide en total 4,11 metros (5 centímetros más que el Polo, al que saca 11 cm en altura, con 1,56 metros). Ello permite esperar un interior relativamente amplio para cinco pasajeros y es posible gracias a la utilización de la plataforma modular transversal (MQB) del Grupo VW, con la que el motor puede colocarse en una posición muy adelantada.

Para ganar versatilidad, las plazas traseras se desplazan 14 centímetros en función de si el espacio se necesita para cargar más equipaje o se ofrece a la mayor comodidad de los viajeros. La capacidad del maletero oscila, según dónde se coloquen los asientos, entre los 385 y los 455 litros, y en el caso de que se plieguen los respaldos (total o parcialmente), puede alcanzar los 1.282 litros.

Los motores llamados a animar a este nuevo SUV compacto serán tres, todos ellos turboalimentados y sujetos ya a la normativa de emisiones Euro 6d-Temp. Dos son de gasolina 1.0 TSI de tres cilindros, dotados de filtro de partículas y con potencias de 95 y 115 caballos. La gama se completa con un turbodiésel 1.6 TDI de cuatro cilindros que entrega 95 caballos.

Entre las numerosas ayudas a la conducción que incorpora de serie el modelo destacan el sistema de monitorización del entorno Front Assist con detección de peatones y sistema de frenada de emergencia en ciudad, la asistencia al arranque en pendiente y el detector de fatiga del conductor. Como opciones están disponibles el asistente de mantenimiento de carril, el sistema de protección proactiva de ocupantes, el asistente de cambio de carril con detector de vehículos en el ángulo muerto y de tráfico cruzado trasero, el control de velocidad adaptativo y el dispositivo de aparcamiento semiautomático.

Con el T-Cross, Volkswagen amplía una gama todocamino que ya integran los Tiguan, Tiguan Allspace, T-Roc y Touareg, otros modelos específicos para EEUU y China, los futuros Tharu y Tayron y, en 2020, el ID.Crozz, que será su primer SUV 100 eléctrico. La apuesta de la marca por este tipo de vehículo es tan decidida que prevé que, para 2025, la mitad de todos sus vehículos sean de tipo SUV.

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