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Toyota GT86 2017, diversión al volante garantizada

Tres cuartos delantero del Toyota GT86.

R. T.

Quédense con este nombre y esta fecha para entender la historia que se cuenta a continuación: Akio Toyoda, año 2005. Bien, éste es el momento en que este abogado llega a la vicepresidencia ejecutiva de Toyota, pasando a ocupar la presidencia en 2009. A él, fundamentalmente, hay que agradecerle que el gigante japonés vuelva por sus fueros.

Tras un largo parón en la fabricación de legendarios coches deportivos para dedicarse únicamente a presentar propuestas racionales, vehículos híbridos y crossover, Toyota retorna en 2012 a este segmento que parecía tener olvidado gracias al GT86, cuya denominación está inspirada en otras siglas que han hecho historia durante décadas, AE86, la declinación deportiva de la quinta generación del Corolla (1983).

Una carrocería pequeña y ligera de 2+2 plazas y un motor delantero potente, aunque no demasiado, que transmite la fuerza al eje trasero, y sólo está gestionado por el acelerador y por un control de estabilidad muy permisivo, con una dirección hiper directa típica de coche de carreras, asegura la diversión al volante del Toyota GT86.

Actualizado recientemente al pasar por el ecuador de su ciclo comercial, el GT86 evoca al AE86 por su capacidad para derrapar dentro de unos márgenes altos de seguridad, un juguete para el mundo del drift como en su momento fue el AE86. Ideológicamente cercano a éste, el moderno se diferencia en que tiene un motor tipo bóxer -cilindros enfrentados- y pesa algo más (1.297 kilogramos) como consecuencia de un equipamiento más abundante.

Con el cambio de siglo, Toyota fue retirando progresivamente sus tres deportivos, Celica, Supra y MR2 -éste fue el último, en el año 2007- para orientarse a un público más generalista y por lo tanto, vender más coches, hasta que Toyoda dijo basta, impulsando el desarrollo de un GT86 que comparte diseño, chasis y motor con el Subaru BRZ.

La puesta a punto 2017 del GT86 incluye novedades en la estética, el bastidor, el habitáculo y el equipamiento, así como un nuevo modo Track (circuito) que rebaja al mínimo la intevención de los sistemas electrónicos: control de estabilidad y control de tracción. Donde no hay variaciones es en el motor, un 2.0 litros atmosférico de 200 caballos, y en la caja de cambios, manual de seis marchas (o automática con el mismo número de velocidades).

Que el Toyota GT86 era un cupé pensado para el disfrute al volante ya se sabe desde su lanzamiento; gracias a esta actualización también es un coche más cómodo y controlable. Con minuciosos ajustes en la suspensión y la amortiguación, además de puntos adicionales de soldadura en la carrocería y optimizaciones aerodinámicas, el GT86 2017 ofrece unas reacciones más progresivas en una conducción por carretera de montaña.

Con 4,24 metros de longitud y 1,29 de altura, y unas sensaciones de conducción tan puras, mecánicas, casi olvidadas en estos tiempos de digitalización que vive el automóvil, el GT86 apenas encuentra réplica en la competencia. Y si la hay, el precio a pagar es mucho más alto. Toyota oferta su cupé desde 32.990 euros (34.990 € para la versión automática). Por tipo de carrocería, dimensiones, reacciones al volante y coste, sólo el Nissan 370Z puede igualarle.

El diseño respeta las líneas maestras del modelo original (capó largo y bajo, habitáculo en posición retrasada, voladizos cortos y neumáticos relativamente pequeños con llantas de 17 pulgadas), añadiendo para la ocasión unos nuevos faros y pilotos de LED y un paragolpes revisado en la parte delantera; y un nuevo alerón, de mayor tamaño, fabricado en aluminio ultraligero y pintado en color negro en la zaga.

Toyota ha actualizado ligeramente el interior del GT86 2017, pero mantiene su esencia de vehículo sencillo. No es un coche vistoso, aunque con el restyling la calidad percibida del habitáculo aumenta gracias al empleo de materiales con mejor aspecto y tacto. Sin espacio para los adornos, el fabricante ha implementado un nuevo volante de diámetro más pequeño con mandos integrados (en el modelo anterior no había botones) que, entre otras funciones, gestionan la nueva pantalla a color de 4,2 pulgadas del cuadro de instrumentos. Ésta presenta información que antes no estaba disponible como un gráfico de aceleración, potencia, par y un cronómetro.

Toca hablar de su usabilidad. El GT86 2017 es un deportivo apto para el día a día. Salvo por el acceso a su interior, con unos asientos en posición muy baja, es un coche cómodo. Las dos plazas delanteras son amplias, la visibilidad desde el puesto de conducción buena, la suspensión es firme pero no seca, el sonido de motor que llega al interior es bajo, y los neumáticos son pequeños facilitando las maniobras en espacios cortos.

Las dos plazas traseras, con anclajes ISOFIX para sillas infantiles, son auxiliares, esto es, para ser utilizadas por niños o adultos de talla media en ocasiones puntuales, y siempre y cuando los asientos delanteros no vayan muy retrasados, ya que en tal caso quedan inhabilitadas. En cuanto al maletero, los escuetos 243 litros declarados se benefician de una boca de carga amplia y unas formas regulares que facilitan su uso.

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