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Diez propuestas para mejorar la seguridad del motociclista

Fundación Pons y Anesdor han elaborado un decálogo para mejorar la seguridad vial en moto.

Pedro Umbert

Como es perceptible por todos los que vivimos en entornos urbanos, el uso de motocicletas y ciclomotores no ha dejado de crecer en los últimos años en las grandes ciudades. Ya sea para una utilización profesional o particular, los vehículos de dos ruedas representan ya el 15% del parque total en nuestro país.

El problema es que esa cuota no corresponde con la representatividad de víctimas mortales en el caso de la moto, que ha crecido hasta el 22%. Solo en 2016, 397 motociclistas perdieron la vida en accidente de tráfico, un 3% más que el año anterior. Las ciudades concentran más de la mitad (55%) de los heridos graves y, de acuerdo con datos de la DGT, el riesgo de fallecer en un siniestro es 17 veces mayor en la moto que en un automóvil.

A la vista de estos datos preocupantes, la Fundación Pons y Anesdor, la asociación que representa al 96% del mercado español de las ruedas, han elaborado un decálogo que pretende mejorar la seguridad de los motoristas y que han presentado en el curso de la jornada La moto en la movilidad del siglo XXI. El encuentro contó con la participación de expertos de la DGT y de entidades como el Banco Mundial, CAF, Ponle Preno, Luike Iberoamericana de Revistas y la Asociación Mutua Motera, así como con un mensaje de vídeo del piloto Pol Espargaró.

Los 10 consejos que proponen la Fundación Pons y Anesdor son:

  1. Que los organismos implicados en la seguridad vial dediquen a la moto la atención y recursos que se corresponden con su representatividad en la siniestralidad: el 22% ya mencionado.
  2. Revisar el Plan Estratégico de Seguridad Vial, que data de hace 10 años, para adecuarlo a las circunstancias de hoy, y elaborar un Plan de Seguridad Vial Urbana que permita poner en práctica aquél en el ámbito municipal.
  3. Desarrollar una Ley de Usuarios Vulnerables, que incluiría a peatones y ciclistas, y designar dentro de los organismos responsables de la seguridad vial un funcionario, a ser posible usuario de moto, como referente en cuestión de desplazamientos sobre dos ruedas y en contacto permanente con las asociaciones del sector.
  4. Promover “políticas de tráfico calmado o zonas 30 por su significativa incidencia en la seguridad de los motociclistas por lo que supone de actuación sobre la velocidad y mejora de la convivencia con los otros modos de desplazamiento”.
  5. Incrementar las zonas de aparcamiento de motos en la vía pública de las ciudades en proporción con su cuota dentro del parque de vehículos.
  6. Poner el acento en la formación continua de los conductores, a partir del ciclo escolar, y revisar los permisos de conducción para dar cabida al concepto de acceso progresivo a los diferentes tipos de moto.
  7. Aumentar las campañas de seguridad vial para informar de los riesgos específicos de los usuarios de las dos ruedas, entre otras razones por la responsabilidad de los otros usuarios de la vía (en dos de cada tres accidentes).
  8. Crear un certificado de calidad oficial que acredite el rigor de las escuelas y la calidad de los cursos de formación, junto a medidas de incentivo para el motorista.
  9. Incluir a los trabajadores de reparto en moto en los planes de prevención de riesgos laborales.
  10. Abrir el debate con las asociaciones de motociclistas sobre la eventual obligación del uso de guantes en los desplazamientos por carretera, y trasladar el mensaje de la importancia del equipamiento adecuado para minimizar las lesiones en caso de accidente.
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