Transformar depuradoras en biofactorías, clave en la lucha contra el cambio climático
Este verano nos ha traído una situación de escasez del agua con pocos precedentes, con imágenes inéditas en Europa y en otros lugares del mundo. Los efectos del cambio climático ya son innegables. En España, uno de los países de la Unión Europea más afectados por el cambio climático, la escasez hídrica es un desafío importante para gran parte del país, incluso en algunas zonas que habitualmente no padecen de falta de agua.
La Conferencia anual de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que tendrá lugar del 6 al 18 de noviembre en Sharm el-Sheij (Egipto), reclamará a los países acciones concretas sobre el terreno y no solo palabras. El histórico Acuerdo de París fue firmado hace ya más de seis años y aún hay mucho trabajo por hacer.
Agbar, parte del grupo Veolia, es una compañía comprometida en la lucha contra el cambio climático. Ofrece soluciones innovadoras en materia de gestión sostenible del agua y de los recursos naturales para las ciudades, la agricultura y la industria. Su hoja de ruta es la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. En España, Agbar presta servicio de agua a más de 13,6 millones de personas, en 1.100 municipios.
Mitigación y adaptación
La compañía está integrada en el grupo Veolia, referente mundial en la transformación ecológica, con actividades también relacionadas con la energía y la valorización de residuos. Su estrategia climática se basa en la mitigación de las causas del calentamiento global y en la adaptación a las consecuencias del cambio climático.
Agbar redujo en 2021 el 26,5% de sus emisiones totales potenciales (hasta 515.396 toneladas equivalentes de CO2), gracias, entre varias iniciativas, a una mayor compra de energía verde. Además, el grupo consiguió generar el año pasado 90,02 GWh de energía renovable, proveniente en un 89% del biogás generado en las estaciones depuradoras, en un 9% de la energía solar fotovoltaica y en un 2% de turbinas hidráulicas. Esta energía se utilizó en instalaciones propias y en su flota de vehículos eléctricos.
La compañía apuesta por la economía circular. En este ámbito, Agbar consigue valorizar el 71,2% de los residuos generados en las plantas depuradoras y el 48,8% de los generados en potabilizadoras. Asimismo, Agbar reutiliza 128,7 hm3 de agua regenerada al año, de los que el 53% se destina a usos agrícolas.
Un proyecto pionero es la transformación de las depuradoras tradicionales en biofactorías, un modelo reconocido por Naciones Unidas como proyecto destacado en la lucha contra el cambio climático. Las biofactorías regeneran el agua para nuevos usos, valorizan todos los residuos y producen energía renovable para autoabastecerse. La biofactoría Sur de Granada, gestionada por Emasagra, filial de Agbar, es un referente internacional.
Por otro lado, el proyecto “Gavà Circular”, liderado por Cetaqua y en el que colaboran Aigües de Barcelona y el Ayuntamiento de Gavà, ha sido premiado recientemente en el World Water Congress, en Copenhague por su potencial para crear una cultura basada en el desarrollo sostenible a través de los flujos de agua, energía y residuos. En este proyecto destaca la iniciativa conocida bajo el nombre de Recaigua, que consiste en la construcción y puesta en marcha de un punto de recarga inteligente de agua subterránea para el riego y la limpieza de las calles.
La innovación es la clave para aumentar la resiliencia de las ciudades frente a los efectos del cambio climático. En este sentido, Agbar ha desarrollado la red Dinapsis que despliega soluciones digitales de referencia para la transformación digital de la gestión del agua y la salud ambiental de los territorios, promoviendo el desarrollo de ciudades inteligentes, resilientes y verdes. Asimismo, el grupo impulsa la implantación de infraestructuras verdes mediante soluciones basadas en la naturaleza, preservando la biodiversidad y los ecosistemas, tanto en entornos urbanos como rurales.