Una costa de color llamada Cinque Terre

Los espectaculares colores de Manarola contrastan con el azul del Mediterráneo.

Roberto Ruiz

En la costa italiana de Liguria, donde más azul luce el agua del mediterráneo, cinco pequeños pueblos desafían a las alturas asomándose a los acantilados y estirándose hasta tocar el mar. Son Cinque Terre, o las “Cinco Tierras”, un pequeño grupo de coloridos pueblos costeros formado por Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, cinco localidades de tal belleza que forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y que integran el Parque Nacional Cinque Terre.

Como un destino pintoresco e ideal para pasar tres o cuatro días disfrutando del mar, los colores de sus casas y una espectacular gastronomía basada en el pescado fresco y los vinos de la región, Cinque Terre tiene merecida su enorme fama turística. Su popularidad hace recomendable evitar los meses de verano para no sufrir aglomeraciones en sus estrechas y empinadas calles, siendo primavera y otoño las épocas más amables para disfrutar de sus encantos. Siguiendo un orden ascendente, de sur a norte, así son las Cinque Terre que te esperan en la costa italiana.

Cinco pueblos asomados al mar

Riomaggiore

Riomaggiore es el pueblo más al sur de estas Cinco Tierras, el más cercano a La Spezia. Un pueblo pesquero como pocos, en el que las cuestas te llevan hasta el agua y en el que las barcas se amontonan cuando no están faenando. A pesar de su atractivo turístico Riomaggiore es quizá el más auténtico de todos, en el que la vida tradicional mantiene su curso. Uniendo Riomaggiore y Manarola se encuentra la Via dell’Amore, un antiguo sendero esculpido en la roca sobre el mar que bordea la costa hasta unir ambos pueblos, realizado en los años 20 durante la construcción del ferrocarril. Mide alrededor de un kilómetro pero los desprendimientos han cerrado su acceso hasta nuevo aviso, aún así merece la pena recorrer los pocos metros que quedan abiertos tanto desde Riomaggiore como desde Manarola.

Manarola

Si hiciéramos un concurso de belleza entre estas cinco localidades quizá Manarola se llevaría el primer premio. Es el más antiguo de todos, un pueblo que ha vivido siempre de la pesca y el vino pero al que el turismo ha empujado a sobresalir sobre sus hermanos de costa. De casas coloridas y superpuestas unas sobre otras, Manarola es un acantilado de tejados que baja hasta el mar. Es quizá la postal más buscada de Cinque Terre y nada como contemplarla desde el mar para disfrutarla en todo su esplendor.

Corniglia

Corniglia es el auténtico pueblo mediterráneo rodeado de viñedos, olivos, higueras… Está encaramado sobre el acantilado a unos 100 metros de altura y sus casas de colores se asoman a las terrazas cultivadas. Es el único de los cinco que no tiene contacto con el mar pero sus cuestas y escaleras son famosas en la región. Si te gustan los retos pregunta por la playa de Guvano, difícil de encontrar y acceder, pero que bien merece la pena en cuanto disfrutas del color de su agua.

Vernazza

Vernazza es un auténtico pueblo marinero, de una sola calle, en el que su puerto natural es uno de sus principales atractivos. Tranquilo, pequeño y agradable, en él las terrazas de sus bares y restaurantes invitan a dejarse calentar por el sol para después zambullirse en sus aguas cristalinas. El antiguo Castillo Doria vigila desde el borde del acantilado y la iglesia de Santa Margarita de Antioquía, del siglo XIII y junto al agua, representa a la perfección el estilo gótico ligurio.

Monterosso

Monterosso, o Monterosso al Mare, es la localidad más poblada de estas cinco tierras. Visualmente no es la más espectacular, es más plana, bulliciosa y en ella sí pueden circular los coches, pero a cambio ofrece buenas y amplias playas de arena, las mayores de la zona. Merece la pena pasear las callejuelas medievales del Monterosso Vecchio, subir a la torre Aurora para contemplar las vistas desde lo más alto y sin duda ir a conocer El Gigante, una enorme estatua de Neptuno de 1910 que se encuentra en la zona moderna de Monterosso.

Cómo llegar y moverse en Cinque Terre

Una recomendación: para moverte por los pueblos de la costa de Cinque Terre olvídate del coche. Los pueblos son pequeños, el acceso a los vehículos está restringido y la mejor forma de descubrirlos es a pie, un coche de alquiler sería más un problema que una solución.

La mejor opción para moverse entre estos pueblecitos es el tren. Es rápido, efectivo y conecta unos con otros, por lo que no hay opción mejor. Además, algunos están lo suficientemente cerca como para hacer una caminata entre viñedos siguiendo la costa, algo altamente recomendable para huir del bullicio turístico y conocer el lado más rural de la costa Liguria. Echa un ojo a la Cinque Terre Card ya que quizá te pueda ser de interés.

También has de tener en cuenta los ferries que conectan los pueblos entre sí, no son tan rápidos como el tren pero te permitirán disfrutar de unas espectaculares vistas desde el mar, sin duda las mejores que puedas imaginar. Una combinación tren/barco/pie sería lo ideal para recorrer esta costa.

Cinque Terre se encuentra entre Génova, Pisa y Florencia, podrías llegar desde cualquiera de ellas pero es quizá la ciudad de la torre inclinada la que te lo pone más fácil. Podrías aprovechar para conocer sus monumentos, coger allí la línea de tren de La Spezia y contemplar de camino las espectaculares canteras de mármol de Carrara. Dependiendo del tren que elijas, en poco más de una hora unirías Pisa con Riomaggiore, el pueblo más al sur de los cinco que componen Cinque Terre.

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