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9 enfermedades que podrían arruinar tu viaje

Tan pequeño y tan peligroso, el mosquito Aedes Aegypti transmite tanto la Fiebre Amarilla como el Dengue, el Zyka y el Chikungunya.

Roberto Ruiz

Aunque por suerte hay muchas enfermedades que en casa tenemos controladas todo cambia cuando salimos a según qué zonas del mundo. Nuestro cuerpo no está preparado para muchas de ellas y puede ser especialmente sensible en según qué casos, por eso es más que recomendable tomar todas las precauciones necesarias y así asegurarnos un viaje lo más seguro y saludable posible.

A la hora de preparar un gran viaje hay ciertas cosas que no debes pasar por alto y una de ellas es tu propia salud. Todo dependerá de tu destino, porque igual que en Europa o Norte América encontrarás enfermedades para las que ya estás preparado, en África, Sudamérica o Asia ocurrirá todo lo contrario. Para saber qué encontrarás allá donde vayas puedes consultar esta guía sanitaria por países del Ministerio de Sanidad.

Exponernos a posibles enfermedades siempre requiere cierta prevención, para algunas habrá vacunas, para otras habrá tratamientos profilácticos y para muchas ni lo uno ni lo otro, por lo que evitar el contagio será la única solución. Si viajas a una zona potencialmente peligrosa localiza el Centro de Vacunación Internacional de tu ciudad pide cita previa con toda la antelación posible, ellos te asesorarán y gestionarán todas tus vacunas necesarias, así como las de Hepatitis y Tétano si no las tienes ya. Para que lo que te cuenten no te suene a chino, aquí te explicamos cuáles son las enfermedades más comunes del viajero.

Diarrea del viajero

Es la más común y la más fácil de padecer cuando estamos de viaje, aunque nos la podamos tomar a la ligera tiene una gran capacidad para arruinarnos las vacaciones. Su origen se encuentra en ingerir alimentos o bebidas contaminadas por una bacteria, un virus o un parásito, y aunque la podemos contraer en cualquier lugar del mundo debemos extremar la precaución en América Latina, Asia, África y Oriente Medio. La regla número uno en estos sitios es beber siempre agua embotellada.

No hablamos simplemente de la urgencia de tener que ir al baño frecuentemente, sino de que los síntomas pueden llegar a dolor abdominal, vómitos, deshidratación, sangre en las heces y fiebre alta. Hay que cuidar la hidratación, recurriendo a sueros minerales en caso de persistencia, pero no es recomendable el tratamiento con antidiarreicos ya que evitaríamos la expulsión del bicho que nos provoca la enfermedad.

Estreñimiento del viajero

He aquí el caso contrario. No es tan grave ni tan común como la diarrea pero sí afecta a un gran número de viajeros y aunque uno no se muera de esto el no defecar en varios días puede ser un problema importante. Sus causas pueden ser la dieta baja en fibra, la falta de agua, los nervios, el no disponer de baño propio… y si conseguimos que no se den estas situaciones podríamos evitar su aparición.

Por si acaso, además de ingerir líquidos y recurrir a frutas laxantes como las ciruelas o los kiwis, en todo buen botiquín del viajero no pueden faltar supositorios de glicerina, comprimidos de aloe vera o incluso enemas para casos persistentes.

Fiebre amarilla

La fiebre amarilla es posiblemente la enfermedad de la que más se habla entre los viajeros, pues es de vacunación obligatoria en muchos países de África y Sudamérica. Se contagia a través de un mosquito infectado (el Aedes Aegypti) y los síntomas son muy variables, pasando por fiebre alta, malestar general, dolor muscular, vómitos, hemorragias e incluso puede ser mortal.

Hay que evitar la picadura de los mosquitos con repelentes y barreras físicas, como ropa y mosquiteras, pero como son muy listos su vacunación es más que recomendable. La vacuna es una sola dosis y hay que administrarla al menos 10 días antes del viaje, te darán un certificado internacional de por vida que te exigirán en algunos países. No hay cura como tal de la fiebre amarilla, sólo se pueden tratar sus síntomas, así que acude a tu Centro de Vacunación Internacional más cercano para informarte y tramitar su vacuna.

Malaria o Paludismo

Otra enfermedad muy extendida que pone en jaque a muchos viajeros es la malaria o paludismo. Se transmite a través de la picadura de un mosquito (Anópheles) infectado por un parásito (Plasmodium), que cuando se introduce en nuestro organismo se multiplica infectando los glóbulos rojos. Los síntomas son fiebre, escalofríos, sudoración intensa, náuseas y también es una enfermedad mortal.

Las zonas de mayor riesgo palúdico se encuentran en países tropicales de África, Sudeste Asiático, Oceanía, Amazonas, América Central, India…

En el caso de la malaria o paludismo no existe vacuna. Lo primero es evitar la picadura, como en el caso de la fiebre amarilla, y segundo evitar la enfermedad, para lo que habrá que recurrir a fármacos antipalúdicos con dosis profilácticas antes, durante y después de nuestro viaje. En un Centro de Vacunación Internacional te lo explicarán todo. 

Rabia

La rabia es una enfermedad vírica que se transmite por el contacto directo con determinados animales infectados, como por ejemplo a través de la mordedura, arañazo o secreciones de perros, gatos, monos o murciélagos transmisores de la enfermedad.

La rabia afecta al sistema nervioso central y puede provocar la muerte, con síntomas iniciales como fiebre, dolor y hormigueo en la zona de la herida. Sí existe vacuna y, como comprenderás, es altamente recomendable. La vacuna de la rabia consiste en 3 dosis antes de la exposición al agente infeccioso y de 2 más una vez que te has infectado. Tiene una duración de unos dos años y debes ponértela al menos un mes antes de viajar. ¿Dónde? Exacto, en tu Centro de Vacunación Internacional. 

 

Fiebre tifoidea 

La fiebre tifoidea está causada por la bacteria Salmonella Typhi y se propaga a través de alimentos, agua infectada o incluso por el contacto con personas infectadas. Es común en países del Sudeste Asiático, Asia central, algunos países de Sudamérica y África Subsahariana.

En la mayoría de los casos produce fiebre alta, dolor abdominal, cansancio, dolor de cabeza, pérdida del apetito y en ocasiones también lesiones cutáneas. Hay que prevenirla y tratarla en caso de contagio pues puede ser mortal.

Por suerte existe vacuna contra la fiebre tifoidea y la encontrarás en dos tipos, una vacuna inactiva (muerta) inyectable y otra viva (atenuada) que se toma por vía oral en cuatro dosis. A estas alturas… ya sabes dónde te informarán y te la suministrarán en caso de necesitarla, y además también en tu médico de familia. 

Dengue, Zika y Chikungunya

Estas tres enfermedades, tanto Dengue, Zika como Chikungunya, se transmiten a través de la picadura del mosquito Aedes Aegypti, el mismo que el de la fiebre amarilla, y además el Zika también es contagioso por transmisión sexual. Pueden ser graves e incluso mortales.

Todas ellas provocan fiebre en diferentes grados, así como sarpullidos y dolor de articulaciones entre otros síntomas. El Dengue afecta especialmente al sistema inmune y puede provocar graves hemorragias internas.

El Zika pasa bastante desapercibido pues se estima que sólo 1 de cada 4 infectados manifiestan síntomas, pero su virus es especialmente grave en el caso de mujeres embarazadas pues puede provocar problemas en el desarrollo del bebé como la microcefalia.

Se encuentran tanto en Centroamérica como en Sudamérica, así como en África, y centro y sudeste de Asia. Hay que poner todos los remedios posibles para evitar la picadura de los mosquitos y tratar los síntomas en caso de infección pues no existe vacuna para ninguna de ellas.

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