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La memoria de Casa Surga renace para completar el paisaje arquitectónico de Utrera

Casa Surga, en Utrera

Juan Miguel Baquero / JMB

La memoria de Casa Surga está de regreso. Como emergiendo de sus propias ruinas. Recuperar el emblemático edificio, del siglo XVIII, es un proyecto del Ayuntamiento de Utrera (Sevilla) que vence décadas de abandono. Con una propuesta innovadora, el proceso ha logrado convertir los restos de una estructura atacada por el tiempo y la desidia en un espacio que completa el paisaje arquitectónico de una ciudad que custodia entre sus calles una parte esencial de la historia sevillana.

Los trabajos de recuperación “serán modelo a seguir en muchos edificios históricos”, señala el Consistorio utrerano. Y han hecho que nazca el Centro Cultural Casa Surga. “Estaba completamente derruida, excepto la primera crujía”, precisan. La inviabilidad de una reconstrucción hizo mirar hacia una apuesta “novedosa” que ya disfruta Utrera.

La apertura de Casa Surga está completada con la exposición de la obra del fotógrafo utrerano del siglo XX, José Cela Ramos. La muestra está titulada 'Cela: Utrera, cinco décadas'. Además, frente a la fachada del Centro Cultural ha sido colocada una estatua de un personaje histórico nacido en Utrera, el Abate Marchena.

Una Casa Palacio rescatada del “abandono”

La Casa Surga está fechada en el año 1783. Está catalogada como Bien de Interés Cultural e incluida en la Base de Datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía. Comparte esta distinción con otros edificios utreranos, caso de la Casa Palacio de los Marqueses de Tous, la Iglesia de Santiago o el Santuario de Nuestra Señora de Consolación.

Concebida bajo estilo Barroco, Casa Surga presenta un modelo típico de casa señorial sevillana con dependencias estructuradas en torno a un patio principal rodeado de columnas y arcos. Predominan materiales como el mármol, yeso o piedra, como en la portada principal que luce como un vestigio de otra época hacia la calle María Auxiliadora.

La “puesta en valor” del edificio deja atrás “décadas de abandono pero también de lucha de los últimos equipos de Gobierno”, apunta el Ayuntamiento de Utrera. Se trata de una gran noticia para la ciudad “ya que por fin los miles de utreranos y utrerana podrán entrar en la Casa Surga”, un nuevo espacio para la cultura y el arte.

Visto el resultado, difícil entender el desamparo. “Pero del abandono y la desidia que ha rodeado a este inmueble durante décadas ha surgido la oportunidad de hacer una recuperación que será modelo a seguir en muchos edificios históricos repartidos por la geografía española completamente en ruinas”.

El legado del Archivo Cela

La nueva vida de Casa Surga arranca con el trabajo gráfico de José Cela Ramos (1904-1986). Una exposición titulada 'Cela: Utrera, cinco décadas' que es la primera propuesta del naciente Espacio Cultural. La muestra recoge 157 imágenes expuestas sobre papel montadas en 120 obras y divididas en tres partes “bien diferenciadas”: Dictadura de Primo de Rivera y Segunda República, Guerra Civil y Posguerra.

Cela desarrollo su actividad en Utrera entre las décadas de los años 20 y 70 del siglo pasado. El autor llegó a acumular unas 20.000 placas fotográficas de un trabajo que incluye retratos de la vida social pero también reportajes de muy diversa temática.

El legado está siendo sometido a un proceso de recuperación durante los últimos años mediante una subvención anual del Ayuntamiento de Utrera. Los históricos documentos están en manos del editor fotográfico Ignacio González, donde fue depositado por la familia Cela “para evitar el daño irreparable en este por el paso del tiempo”.

Ahí está “un importante trabajo de reportaje que no se conocía”, reconoce, como “imágenes impactantes de la guerra”, de la vida social o de obras como la Basílica de los Salesianos o la Plaza de Abastos “que solo hay documentación gracias a su trabajo”.

“El archivo se está recuperando”, confirma González. Un fondo “que supera los 20.000 negativos, muchos de vidrio y otros formatos como nitratos de finales de los años 20... era urgente, o se hacía ya o perdíamos esta información”, certifica.

“El actual equipo de Gobierno ha sido el único que ha apostado por la recuperación del Archivo Cela y desde el principio ha puesto los medios necesarios para su limpieza, digitalización y documentación”, precisa el Consistorio. Un proceso que ha descubierto “a un gran fotógrado, con una visión artística de calado e interesado no solo en las fotos sociales, sino en narrar y dejar constancia de la época que le tocó vivir”.

La figura histórica del Abate Marchena

La inauguración del nuevo Centro Cultural Casa Surga ha tenido además un hito de calado artístico que remata el “novedoso” proyecto de recuperación arquitectónica. El mismo día que abrió sus puertas, quedó frente a la fachada del edificio una escultura del Abate Marchena, realizada por el “prestigioso artista internacional” Jordi Díez. La obra refleja cómo el personaje histórico nacido en Utrera deja atrás el pasado que representa el Antiguo Régimen y cómo a través de la razón y el pensamiento se abre una nueva era en Europa gracias al movimiento de la ilustración.

La impactante obra está trabajada en acero inoxidable. “Como escultor con una formación clásica he trabajado con todos los materiales tradicionales”, explica Jordi Díez en conversación telefónica con eldiario.es Andalucía. Y en ese proceso, desde el análisis de la proporción de la figura humana, el autor llega “a la importancia del interior de la escultura”.

“Este lenguaje tan sintético al que me obliga el acero me lleva a tener que expresar la energía de la persona que estoy retratando... es retratar energía en estado puro”, expone. Como ha hecho con el Abate Marchena. “Un personaje que me fascinó, con una gran potencia personal”, alude.

De ahí el uso de un material “complejo, que hay que saber usar”. El acero “no tiene color, devuelve el color de lo que le rodea, es como trabajar con un material inmaterial”, sintetiza Díez. El acero, además, ofrece al escultor “el contraste entre un material del siglo XXI y una estructura barroca”.

Y ni el movimiento de la figura, ni su ubicación, acaban siendo arbitrarias. “No es una búsqueda compositiva sino una consecuencia racional”, avisa. El Abate Marchena “con la mano izquierda aleja el pasado y con la derecha esgrime la pluma, la fuerza de la razón en unos tiempos aún más bárbaros que los que vivimos”, sostiene Jordi Díez.

Con todo, Casa Surga regresa a la vida de Utrera. Un símbolo con siglos de historia que ahora, recuperado de sus propias ruinas, ofrece su aspecto colosal al paisaje arquitectónico de una ciudad que vence a la “desidia y el abandono”. Un rinconcito barroco que resurge desde las huellas del tiempo.

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