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Podemos en Extremadura

El partido cuenta ya con más de 210.000 'inscritos' en su censo.

Andrés Holgado Maestre

Invirtiendo el título de mi anterior columna, (¿En Extremadura podemos?), hablaremos ahora de esa fuerza política nacional emergente sobre la que cabe hacer algunas consideraciones, partiendo de estimaciones sobre los comportamientos políticos o electorales observados aquí, ya que está recibiendo mucha atención y aunque le dedicaremos otra columna, pues su notoriedad lo exige, pero adelanto que tendrá que ver con lo antedicho, que es lo que me importa: Extremadura es y va a seguir siendo una realidad desde mucho antes y mucho más allá de cualquier opción política concreta, sea propia o importada.

A modo de apuntes previos a un análisis más objetivo: “Podemos” es una fuerza política “joven” y “urbana”, que es de donde se ha nutrido en “militantes” (y votantes) y cuyo resultado en las elecciones europeas la ha hecho aparecer como una fuerza nacional, algo discutible, aunque visible. Y siendo su mensaje tan proclive a “entender” las posiciones de las grandes bolsas de voto urbano y las “reivindicaciones” de los insolidarios, con sus “derechos a decidir”, (y que son nuestros verdaderos adversarios en el camino que Extremadura tiene que andar), no me parece que vaya a tener mucho atractivo aquí, más allá del voto de castigo a las formaciones “clásicas” que pueda recoger. Hay otras opciones con más arraigo e implantación. Las elecciones municipales y autonómicas, mucho más complejas, serán un espejo más claro de la forma en que caerá, o no, el sistema actual de partidos, del que se nutrirán las nuevas formaciones políticas, incluida esta. Habrá que seguir hablando del tema de fondo, que es el cambio acelerado en el mapa político español (y europeo...).

En Extremadura solíamos votar en forma especular, y por lo general con una elección de “retraso” cuando se han dado cambios bruscos en el voto nacional, pues es lo propio de regiones más rurales, que suelen ser más reacias a los cambios, pero ahora debiera elaborar un discurso propio, ante la percepción de que el sistema nucleado por PP y PSOE podría caer de un modo tal que acaso no aguante siquiera el próximo ciclo electoral: muchos creen que “la izquierda” está en crisis, pero la crisis de “la derecha” podría ser más profunda y ello podría ponerse de manifiesto en las próximas elecciones, cuando cerca de diez millones de votantes que se abstuvieron de votar al “bloque sistémico” decidan votar “algo”. Ese voto, si encuentra opciones políticas en las que pueda confiar, será el decisivo.

Y Extremadura tendrá que seguir abriéndose camino, peleando contra tirios y troyanos... En Extremadura podemos y a lo mejor hasta nos bastamos. En sucesivas columnas se pueden estas cuestiones y el resultado lo veremos el próximo mes de mayo.

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